El primer secuestro a mi familia ocurrió en
1998 cuando 2 de mis hijas fueron a la panadería con el carro nuevo. Que el
carro fuera ¨regulado¨, sin vidrios eléctricos ni otras virguerías significó
que las ¨botaran¨ apenas una hora después
a pocas cuadras de donde las atracaron. El ladrón tuvo la cortesía de
permitir que mi hija negociara con él la virgencita de su collar. Y luego tuvo
el coraje de llamar a mi casa para pedir rescate por el carro y para ¨reclamarnos¨ que hubiéramos hecho la
denuncia.
Creímos que eso era lo peor…
El segundo le ocurrió a otra de mis hijas
cuando, iniciándose en Derecho Laboral, los sindicalistas de una planta,
¨secuestraron¨ al equipo de abogados, con ella incluida, durante varias horas.
El tercero ocurrió en 2009 y fue el pionero
de la modalidad de ¨secuestros colectivos¨. Es decir, un equipo completo de
entre 15 y 20 personas secuestraron completo al edificio. En aquella
oportunidad escribí la crónica de la terrorífica experiencia en ¨¡Secuestrados!´
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=573946
Y este viernes 29 de mayo, a media cuadra de
mi casa, exactamente a las 11.20 pm de regreso de una cena con unos amigos,
fuimos bruscamente interceptados. Del carro que nos interceptó por delante
salieron 2 individuos con armas largas, del de atrás no se cuántos; nos sacaron
y en menos de 1 minuto, en una operación
flash, unos se llevaron nuestro carro y
otros nos metieron a empellones en el otro carro, mi esposo y yo en el
medio con 4 secuestradores…y empezó la odisea.
Unos minutos mas tarde, el cuarto
secuestrador se mudó de carro a otro de la banda y quedamos 3 secuestradores y
mi esposo y yo.
No iré a los detalles del horror, del miedo,
de la conciencia de absoluta indefensión.
Solo compartiré lo que, para lo que pueda
servirles, son datos útiles en la nada
descartable opción que se vean en el trance.
Hoy mismo, ¡ya!, ahora.
1. Establezca y acuerde los familiares o amigos a quienes contactarán
en caso de ser secuestrados. Es probable que los secuestradores llamen a mas de uno simultáneamente. Lo harán además
desde los teléfonos de los secuestrados –el suyo- y el receptor de la
terrorífica llamada sabrá que no es falso.
2. Los contactos que establezca deben tener a
su vez los datos de los otros ¨contactables¨ para que puedan estar en
comunicación entre ellos sin que los secuestradores sepan. Nunca mas de dos. Diga que sus amigos son
unos pelabolas. Que sólo el que le dio primero podría hacer algo. Si la presión
es mucha, dé el segundo.
3. Preparen ¨el guión¨ que regirá la
información sobre ustedes mismos y sobre sus contactos. Deben coincidir en
TODO. Lo que diga usted y lo que digan sus contactables. Cualquier
inconsistencia se traduce en amenazas, agresión y violencia para con los
secuestrados. Estos datos son:
*ocupación ( de qué viven)
*tipo de vivienda que ocupan usted y sus
contactos (edificio con vigilante no les
resulta atractivo)
*enfermedades que podrían dañar ¨la
mercancía¨. Si…usted el secuestrado es la mercancía y sus contactables deben
decírselo al negociador. Ten cuidado que el señor es cardíaco, o que acaba de
salir de una operación…algo. Lo que acuerden.
*les harán mencionar varios familiares o
amigos.
Manténganlo simple.
Cuanto mas simple, mejor. Mejor la profesión
que la empresa donde trabaja. (ingeniero, economista, profesor). El vocabulario
de los secuestradores es muy reducido y con él, su capacidad de razonamiento y
entendimiento.
De las profesiones menos apetecibles, la de
Profesor, por razones tristemente obvias, resulta en una demanda de rescate
baja.
Empleado también impone limitación de
ingresos.
Jubilado…¿tengo que explicarlo?
Por el
contrario, la demanda de rescate aumentará si usted dice que tiene un negocio o
que lo tiene su contactable. Téngalo muy presente.
4. Apréndase de memoria esos teléfonos. En mi
caso ocurrió que mi teléfono se cayó en nuestro carro y ¡oh desgracia! , mal-acostumbrada
a confiar en mi aparato no me sabía de memoria los teléfonos. Afortunadamente
mi esposo si y eso nos salvó.
Durante el secuestro
Sepa que los secuestradores también tienen su
guión. Uno hace de malo, muy malo, otro hace de bueno (¿) y el otro no quiere
paja sino plata. Este último es el negociador.
Si son secuestrados en pareja, como nuestro caso, la emprenderán contra
uno, para que el otro ¨colabore¨ ante las amenazas horribles que se repetirán
durante ¨la película¨ como definen entre ellos el secuestro con sus secuaces.
La primera demanda de rescate es
astronómica. A nosotros arrancaron
pidiéndonos 50.000 $, joyas, Rolex (¿aun existen?) . Sin descorazonarlos, debe
establecer que esa cifra es simplemente inalcanzable pero creen que sus contactos
¨algo podrán conseguir¨. Pero también debe decirles que no está al cabo de
saber cuánto pueden recoger.
Mantenga la cabeza baja. SIEMPRE.
Cualquier movimiento
debe ser anunciado ANTES (tengo que enderezarme un poco, voy a acomodarme…pida
permiso antes de hacerlo).
No haga drama. Los
asusta, los pone nerviosos y agresivos y eso no le conviene.
No haga bravuconadas.
Ellos están al mando, armados, y lo
superan en número y determinación. No aspiran a pasar de los 40 años. Usted sí.
Hable despacio y en
frases cortas de lenguaje básico. El
¨hombre nuevo¨ no maneja las frases coordinadas.
Lo llevarán a
recorrer la ciudad. De norte a sur, de
este a oeste. Del Cementerio a Petare.
La Libertador. La Cota Mil. La autopista. Y vuelta a repetir el circuito.
Durante horas. Le dolerán músculos que no sabía que tenía por la postura
antinatura que le obligarán a tomar. Les taparán la cabeza y respirar será una
hazaña. Si. También tendrá que pedir permiso para respirar cuando se sienta
asfixiado.
A sus contactables
los llamarán cada 15 minutos para darles tiempo a ¨recoger¨ el rescate.
A su vez, el contacto
deberá pedir por usted para saber si están bien para seguir con la negociación.
Cuando le pongan a su
amigo al teléfono, sea breve. Si Fulano, estamos aquí.¨ No invente argucias ni
claves porque Venezuela no es Hollywood.
Hábleles a los
secuestradores de la ¨condición¨ de su
contacto. Es una persona mayor…está enfermo…a su esposa la operaron…Todo lo que
les de la tranquilidad de que su contacto no llamará a la policía o sobre todo
de que él mismo sea una amenaza para ellos.
Cosas con las que deberá lidiar durante y
después del secuestro.
*La culpa: usted escuchará a los secuestradores amenazar y amedrentar a
su familia o amigo. Sabrá a ciencia
cierta que los contactados padecen con usted
todo el secuestro pero a ciegas y
sabe cuan injusto que tengan que lidiar con
el horror del temor a equivocarse
y arriesgar las vidas de los secuestrados. Es decir, la suya. Adicionalmente, estará penosamente consciente del miedo que
habrán de pasar para la entrega del rescate sin garantía alguna que el pago se
traduzca en liberación.
Uno allí, con la cabeza tapada, sumará al
suyo, el miedo por el amigo. Uno sintiéndose culpable por lo que los amigos
están pasando por ¨culpa¨ de uno.
No es fácil…
*Dar las gracias: sépalo. No habrá forma que
JAMÁS pueda usted agradecer a su familiar o amigo. En nuestro caso, sin familia
aquí, fueron nuestros amigos. Una deuda de Vida. Literalmente. Saber que nuestros amigos tuvieron que
recibir la llamada de madrugada que nunca significa nada bueno, llamando ellos a su vez a otros amigos, a sus hijos, a sus vecinos, a
otros familiares para levantar la cifra. Sabiendo cuan injusto darles la carga
de que nuestra vida estaba en sus buenos oficios.
100 $ por aquí, 420 por allá, 310 mas allá.
50 euros, 3.000 bs
¿Cuánto llevamos? El que no tenía nada
sintiéndose aun peor por no tener nada que aportar. Suma. Suma. Esperar la
llamada de los secuestradores. Temer lo peor si la llamada no llega a los 15 minutos.
Dato importante: la cifra NUNCA debe ser
redonda para que los secuestradores entiendan que la colecta es de pequeños
montos de mucha gente.
No. Jamás podrán agradecerles suficiente.
La llamada del secuestrador
¿Cuánto tienes?
-Llevo tanto
-Busca mas
-No tengo de donde
-¿Que te pasa marico? ¿Quieres que los mate?
Porque los voy a matar. -A gritos-. ¿Me
oíste mmg?
-Déjame hacer otra llamada…ya no se a quien
llamar …espera me falta una persona.
-Así esta mejor. Te llamo en 15 minutos.
Esa negociación se repetirá con tantos amigos
suyos como hayan contactado. (de ahí la importancia que sus contactables puedan
comunicarse entre ellos ). Usted las vivirá todas. Y escuchará a sus
secuestradores ¨evaluando¨ si lo recolectado basta. Si su amigo miente,
pichirrea, les toma el pelo o peor aun, si está contactando a la policía.
La evaluación del precio de su vida está en manos de unos secuestradores cuyo
vocabulario no llega a 200 palabras.
Es una certeza arrechamente desmoralizante.
¿Existe manera humana de corresponder el
gesto mas sublime de amistad de esos amigos que negociaron y salvaron tu vida?
No. No la habrá. Sepan que la Vida no les
bastará para agradecerles la vida. Asúmanlo y honren la amistad.
El pago de rescate
Ese será otro episodio que le atormentará
mucho…y por mucho tiempo. Una vez que los secuestradores estimen que no van a
sacar mas, indicarán a su amigo dónde
ir. Lo harán identificar su vehículo y
usted sabrá que lo están siguiendo y hablando de él.
Evalúan si
están solos o si alguien los sigue.
Usted será mudo e impotente testigo de las órdenes que recibe. Le
indicarán si acelerar o reducir la velocidad. Le indicarán el rumbo a
seguir, la salida que debe tomar. Le dirán
amenazantes.
-No vayas a colgar.
Le pedirán que baje los vidrios. Un momento de terror cuando nuestro amigo
dice que sus vidrios de atrás no bajan. Usted imaginará a su amigo manejando y
con el teléfono pegado a la oreja tratando de cumplir las órdenes.
-¿Quién cñ está contigo ah? ¿quién es ese?
-Es mi sobrino, tranquilo.
-Avisaste a la policía, ah? ah?
Imagina a su amigo tranquilizando al
secuestrador.
-Chamo, aquí hay dos patrullas.
-¡Verga, hay patrullas!
-Sigue, no hagas nada raro ( es una amenaza).
Coge el canal de la izquierda. Pásate a la derecha. Suavecito…¡te dije que
suavecito wbon!
-¡Párate! ¡Párate! Saca la funda con los
reales y ten la mano estirada afuera.
Sentirá el acelerón desquiciado por un lado, sentirá simultáneamente el ruido del arrebatón con el
golpe de aire que le entra, el negociador ordenando a su amigo marcharse
acelerando y el grito de triunfo con el primer rescate en sus manos.
Se repetirá una escena similar con los
contactos a quienes decidan llamar los secuestradores.
Usted se preguntará muchas veces cuando los
van a dejar. Si los van a dejar salir con bien. Si el rescate los satisfizo.
Uno de los secuestradores contó billetes y
puso 1000 Bs en el bolsillo de mi esposo ¨para que agarren un taxi¨.
Créanme, a las 4 de la mañana no hay
taxis. Los protagonistas de la madrugada
son otros.
Nos soltaron en La Campiña. Desorientados, mareados y asustados y sin
seguridad que el tiro llegara por la espalda. ¡NO VOLTEES CARAJO! Caminamos hacia donde nos indicaron y resultó ser la Libertador. Vi llegar una
camioneta y le hice señas. No culpo al conductor por acelerar y marcharse a
toda prisa a pesar que me puse en la mitad de la calle.
Detrás de ellos llegó una moto con parrillero.
Una nueva angustia al pensar que si eran ladrones, no teníamos nada. Resultaron ser 2 buenos hombres…o 2 hombres
que vieron que ya no había nada que quitarnos. Nos prestaron su teléfono para
llamar a nuestro amigo que vive cerca.
Justo les estaba agradeciendo que fueran los
ángeles de nuestra pesadilla cuando en su cara se pintó el terror. Corrieron a
su moto. Cuando me giré, 5 individuos venían caminando hacia nosotros. Pensé en
aquella cuña de Gillette ¨Lo que a la primera se le pasa, la segunda lo
repasa¨. Nos sentimos tan, pero tan
vulnerables , tan a la buena de Dios...
Cuando se tiene miedo, no se tiene mas nada.
Solo miedo.
Resultaron ser 5 hombres que volvían de algún
trabajo…tan asustados ellos de la noche, como nosotros de ellos. Nos cruzamos.
Ni una palabra.
Miedo en estado puro.
Caminamos hasta PDVSA La Campiña.
Nuestro amigo llegó unos minutos mas
tarde. Sentarnos en su carro es la
experiencia mas cercana de entrar al cielo que vaya a tener jamás.
A 48 horas del evento, estoy como si me
hubieran vaciado.
Llorar? No he podido. Yo que soy de lágrima
fácil, no he podido llorar. Pero tampoco puedo reír. Sonreír es un esfuerzo
sobrehumano.
Le decía a una de mis hijas, que me iba a
convertir en Amish. Así tendré leche fresca todos los días sin hacer cola, no
tendré que recordar ningún número porque no usan teléfono, y en vez de carro,
andaré en carreta. Pero lo mas importante: no tendré miedo de mis semejantes.
Pero soy venezolana en Caracas. Ya no tengo
carro, ni tengo teléfono, tengo miedo de mis semejantes y tengo una deuda inmensa con mis amigos.
Espiritual y monetaria.
Lo otro que nos quitaron no queda a la vista
como una herida que impresione a nadie. Es un roto por dentro.
Otra vez.
Otra vez.
Olga Krnjajsky(Olga K)
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