No
señor(a). El tema que atañe no es el pabellón nacional: oro de Araguaney, azul
Mar Caribe y sangre. Terrible y actualizado final. ¡No es el argumento! Se
trata del dramático Terminal de La Bandera, estación que moviliza el centro y
parte del Occidente del país. Se le podría intitular: drama sobre ruedas,
peligro en el centro del valle, anarquía y humo, así… Regentado por la
Alcaldía…
Señores
políticos, Gobierno, oposición, jefes todos de las arcas del Estado: ¿cómo se
imaginan ustedes que se moviliza la gran masa humana?; ¿por dónde se transporta
el pueblo llano? Los ricos van por aire, en sus propios aviones y otros ricos
del Estado, usan para sí, los aviones propiedad del colectivo. Luego, los que
poseen vehículo particular y finalmente, nosotros, los más pobres que vamos en
autobús y nos la calamos toditas. Creo que los del Gobierno se desclasaron
rápiditooooooooo… o dice el transporte público.
¿Qué
nos calamos? Larga lista y aquí voy: inseguridad. A las cuatro de la mañana
saliendo de Santa Teresa unos jovenzuelos, armas largas en mano atracan la
buseta. La gente que madruga para buscar el sustento. Qué desgracia tan atroz.
Y así a toda hora, en todo el territorio. Los choferes son unos héroes al
volante. Falta de seguridad en las vías, no hay policías, patrullas, alguien
que se encargue y ponga el orden. Todos con el rosario en la mano y que Dios se
apiade de los choferes y pasajeros.
Otra.
El estado caótico de las vías y el actual drama de reposición de repuestos. El
“no hay”, son las cuentas del rosario de la escasez. Sin luz, con huecos, mala
señalización…, etc… Inflación estrepitosa y especulación sabrosa con todos los
insumos mecánicos. Rápidamente perdemos unidades y viajar será cada vez peor.
¿Cómo nos movilizaremos por el país? ¿No sé por qué los planificadores de vías
solo piensan en Caracas y Valencia? ¿Dónde estarán los millardos gastados en
hacer trenes que no arrancan…? ¿Tendréis alguna idea estimados lectores?
Dentro
de la estación te mata el calor. El averno de La Bandera asfixia, sin aire
acondicionado, ni natural, que cada quien que se compre una bombona de oxígeno;
además, sin señalización, no hay agua en los baños, cuando los abren; todos con
la servilletica en la mano… Los vendedores de puestos muy obstinados de tanta
depauperación y charlatanería barata que escuchan de sus regentes…; dicho por
ellos mismos. Hubo un incendio hace poco. No hubo extintores… SOS para los
trabajadores…
Más
adelante, funcionarios sentados únicamente mirando sus teléfonos portátiles que
se ofenden y te gritan si les preguntas alguna información: Salga por allí, no
pase por allá, termínese de ir… No están allí para trabajar, menos para dar un
servicio. Solo para cobrar un sueldo y que nadie se atreva a molestarlos. Y si
es temporada alta, no ves a ninguno. Las agencias de boletos son la caja de
Pandora. Cualquier cosa sale… ¡tu destino es sufrirlo! Y cuidado si llega de
noche. Se aguanta despierto. No se le ocurra salir de allí hasta que el gallo
cante porque será atracado(a)… Ni el Metro, ni el BusCaracas lo esperan antes
que el sol salga y después, muévase rápido. Los chicos malos son zamuros que
rodean La Bandera. A veces uno que otro policía siempre en trío pasea cerca,
nunca antes de las 10 am; hora oficial… tanto petróleo, recursos y el pueblo
pelando… ni agarrar un autobús para ir a trabajar. El drama del terminal de La
Bandera… y todos los demás que existen en Venezuela.
María
Mas Herrera
info@mariajosefinamas.com
@mariamasherrera
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