jueves, 4 de junio de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, EL QUE SE CANSA Y EL QUE SE MUERE

Tal vez esta nota pueda ser interpretada como una carta dura dirigida a Leopoldo López. Sí y no. Esta dirigida a cualquier venezolano que en su plena conciencia haya tomado la seria decisión de comenzar una huelga de hambre como último recurso para la restitución de sus derechos pisoteados por el régimen y por todos nosotros.

Las huelgas de hambre tienen un sitial prominente en la historia de la humanidad. Las 17 huelgas de hambre del Mahatma Ghandi en su lucha por la liberación de la India, no las hizo en contra de un régimen comunista. Las hizo en contra del Imperio Británico, con una sociedad altamente civilizada que nunca arriesgó su reputación de siglos por un político muerto bajo su custodia, independientemente de la prominencia de su protagonista.

La disidencia cubana ha emprendido este camino de lucha extrema No Violenta en contra de los comunistas. Orlando Zapata falleció luego de 85 días en huelga de hambre solo por pedirle al régimen de los Castro que se le tratara como preso de conciencia (ver  http://www.rtve.es/noticias/20100224/muere-preso-politico-cubano-orlando-zapata-tras-dias-huelga-hambre/319874.shtml). 

Imagínense si este régimen, astilla de ese palo, se moverá por algo de mucha mayor trascendencia en los casos de nuestros presos en huelga de hambre. Y para muestra un botón: este régimen dejo morir a Franklin Brito por no devolverle lo que era suyo por legítimo derecho.

Entonces, podríamos enunciar una hipótesis sujeta a comprobación: el éxito de las huelgas de hambre va en relación directa a la percepción que tenga el gobierno a quien se le dirigen, de que pueden perder algo de mucho mayor valor si el huelguista muere. Los gobiernos no ceden porque les importe la vida del huelguista, ceden porque si muere pierden algo que consideran de mucha mayor importancia para ellos.

En el caso del Imperio Británico, cedieron porque pudieron en ese tiempo convulsionado en la India, perder el control de una colonia donde eran minoría y tendrían que involucrarse por poderío y dominación en una mortandad de parte y parte. Y en el caso del régimen los Castro con Zapata, o del régimen de Chávez con Franklin Brito ¿que podría perderse mas allá de una reputación ya perdida? Obviamente crecería la presión internacional al régimen pero eso no comprometería su estabilidad. En otras palabras, los gobiernos no ceden a una huelga de hambre, si en el horizonte no existe nada de mayor interés para ellos que puedan perder si la vida que está en riesgo fallece.

No se trata aquí de minimizar en modo alguno la importancia de este drástico instrumento de lucha No Violenta, sino de calibrar cuando usarlo, las condiciones del enemigo para enfrentar esa situación y las posibilidades de lograr las demandas después de esa evaluación, considerando siempre la huelga como el último recurso luego de haber tratado todos los demás, y pensando si al usarlo se tendrá un éxito medido en el tamaño del riesgo que se está corriendo, ya que está de por medio la vida.

Bajo esa perspectiva, no creo que las huelgas iniciadas por Leopoldo y el resto de los presos políticos tengan ese perfil. Resultado previsible: al régimen le importará un pito dejar que fallezcan como Brito. No creo que el régimen este considerando el costo de que muera alguno de los presos políticos en esa huelga como algo que lo desestabilice verdaderamente, mucho más allá de lo que se logró con los sucesos del año pasado, y que pudieron controlar con ayuda de la oposición oficial.

Ya están apareciendo artículos de opinión de una supuesta oposición que hacen aparecer a Leopoldo López-y en consecuencia al resto de los huelguistas- como unos irresponsables al intentar “polarizar con la MUD”, creando de esa manera una matriz que hace que todo ese esfuerzo de huelga de hambre se vea como el de unos ambiciosos sin límites que no les importa llevarse por delante a quien sea. Eso da como resultado que en el lamentable caso de que fallezca alguno, su muerte no resulte significativa a esa supuesta oposición. Eso es de una mezquindad indescriptible.

Pero esa pelea es así de sucia. Se están jugando los intereses de la “representación opositora” y por consiguiente los de la franquicia que maneja indirectamente el régimen. El gobierno no dejará que quienes ahora detentan esa franquicia pierdan la representación ya que la controlan a voluntad; y pagarán a cuanto tarifado sea necesario para desprestigiar el noble esfuerzo de esas huelgas.

Es por eso que la huelga de hambre de nuestros jóvenes lideres ya no tiene sentido, si alguna vez lo tuvo. Los necesitamos con vida y saludables para que asuman la responsabilidad de la conducción opositora, conjuntamente con los verdaderos dolientes de esta tragedia: los estudiantes, los gremios, la sociedad civil, desplazando esa entelequia cooperante de la MUD. Cuando eso ocurra se empezarán a ver cambios significativos en nuestra lucha en contra los castro-comunistas.

La carta que dirigió Diego Arria a Leopoldo (ver https://www.facebook.com/Arria.Diego?_rdr) no solo reconoce la valentía y dignidad de estos lideres presos en huelga de hambre, como bien lo expresa el texto, sino que da como un éxito intrínseco para suspenderla el hecho mismo de la convocatoria realizada en toda Venezuela. Efectivamente, ese poder de convocatoria les concede una indudable  legitimidad, desplazando de hecho y de una vez, ese secuestro al que tienen sometida a la oposición desde el régimen a través de la MUD. Por eso le tenían pánico a esa convocatoria y no fueron a ella para no darle poder a quienes están presos.

No solo hay que ponerle fin a las huelgas de hambre, como bien dice Diego, sino a una representación que ya siendo ilegitima antes del sábado 30 de mayo, ahora es criminal. Es tiempo de movernos a mejores espacios, pero eso sí, de la mano de un liderazgo acorde con la situación del país y que no se inmole en el altar de un régimen que tiene las manos llenas de sangre.

Leopoldo, Daniel, Raúl Emilio, Alexander, y ahora el resto de los estudiantes y jóvenes valientes que les siguen hasta ahora en huelgas de hambre: créanme, estoy seguro que existen caminos más efectivos para derrotar al régimen. Todavía falta probar a profundidad las restantes 197 formas de Lucha No violenta de Gene Sharp. Si ustedes se ponen a la cabeza de eso con el resto de la sociedad civil, esa convocatoria del sábado 30 de mayo será poco para lo que veremos todavía en Venezuela. Y si como dice Leopoldo, “el que se cansa pierde”, el que se muere desaparece de la lucha. Y eso es inaceptable…

Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana

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