lunes, 8 de junio de 2015

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V., MENSAJES DE SOLIDARIDAD, LECH WALESA

Existen episodios en los que la presión del gobierno y la exacerbación de la violencia parecieran reducir las opciones de los ciudadanos que claman por un cambio. Muchos son consumidos por la inercia de un sistema en el que lo único que parece tener valía es lo colectivo que emana del Estado, mientras que otros se atreven a alzar la voz, cada vez con mayor timidez, so pena de sufrir los embates de la represión. Todo esto mientras miles de ciudadanos abandonan el país buscando una vida mejor, pese a que la propaganda, la militarización y el miedo se imponen y hablan de grandes episodios de felicidad, usando modelos, que aunque arcaicos, se mantienen en la estructura de otros países que se dibujan como ejemplos a seguir.


Ante ello es necesario organizarse y formular políticas concretas. Por ende, aunque pasara prácticamente desapercibido en algunos lugares, el pasado cuatro de junio se conmemoró una fecha emblemática para las libertades ciudadanas, pues el grupo polaco Solidaridad, hace 26 años, demostró la factibilidad de las salidas democráticas y logró vencer en unas elecciones al partido oficial que tenía décadas en el poder y sustentaba su discurso bajo la mirada atenta de la Unión Soviética y el control absoluto.

La lucha de Solidaridad no nace por unas premisas electorales, ni siquiera para buscar condiciones y transparencia, sino con la exigencia de temas concretos. Es por ello que sus primeras acciones se dan con miras a alcanzar la participación como alternativa sindical, demostrando que la protesta y los planteamientos deben ser coherentes y provistos de estructura organizativa, para de esta manera tener resultados. Es menester repetir que los logros de Solidaridad y su impresionante crecimiento fueron posibles pese a que en el país imperaba absoluta censura de prensa y prohibición de cualquier asomo de oposición. Con todo y eso, la lucha de uno de sus líderes, Lech Walesa, trascendió nacional e internacionalmente, recibiendo el Premio Nobel de la Paz en 1983.

Contra el ventajismo gubernamental logró Solidaridad erigirse como una alternativa en los comicios parlamentarios a dos vueltas, de junio de 1989, ganando 99 de 100 senadores (el restante también se lo anotó la oposición) y obteniendo 161 diputados. Sin embargo, quedó en minoría, pues el oficialista Partido Obrero Unificado Polaco, se reservó el 65 por ciento de los escaños del legislativo, como base para permitir una transición. Pese a ello, fue tal la influencia de Solidaridad, que logró que aunque el comunismo tuviera la presidencia de la República, el opositor Tedeuz Mazowiecki pudiera convertirse en primer ministro.

Al poco tiempo el presidente renunció y luego de unas reformas, pudieron los polacos elegir jefe de Estado de manera directa, teniendo el honor de ser designado el emblemático Lech Walesa. La historia de Solidaridad es la de un movimiento claro y verdaderamente unido, que supo que en la democracia y en el aprovechamiento de las mínimas oportunidades que daba el régimen, estaba el camino a la libertad de Polonia.

Luis D. Alvarez V
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com
@luisdalvarezva

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