domingo, 21 de junio de 2015

LEONARDO MORALES P., UNA POLÍTICA: ¿LA FECHA?

La fecha es un término que políticamente puede tener muchas significaciones, generalmente importantes. La fecha del nacimiento o muerte de Miranda tiende a ser recordada y conmemorada por la significación que tuvo para este y otros países. Como esas hay muchas fechas aquí y en otros países. Unas se celebran festivamente, otras sirven de recordatorio de un hecho ocurrido o de un evento que acontecerá.

En Venezuela “la fecha” ha adquirido una connotación política inusual. Andan algunas organizaciones políticas opositoras tras el pronunciamiento del ente comicial sobre la fecha en que se realizarán las elecciones parlamentarias, y en efecto, el CNE tiene por obligación Constitucional convocar y realizar unas elecciones para que el  5 de enero de  2016 se instale una nueva Asamblea Nacional.
Lo cierto es que el cuerpo normativo venezolano que rige la materia electoral no obliga al CNE a anunciar la fecha electoral con un lapso específico de anticipación, por lo que legalmente el Poder Electoral no estaría violando la ley. No se podría acusar legalmente a los integrantes del CNE de no actuar responsablemente, sin embargo, todo individuo que ocupa un cargo público, aun cuando no fuera electivo, no queda excluido del juicio colectivo. Desde esa perspectiva, advierte Díez-Picazo, hay, mutatis mutandis, una responsabilidad política difusa, que no es otra que la opinión de los ciudadanos, libres e iguales, respecto de quienes ejercen funciones públicas, que está perfecta inscrita en el concepto de democracia. Y, de ella nadie escapa, decimos nosotros.
Pero una cosa es preocuparse por “la fecha” y otra es convertirla en parte de la campaña electoral. Empeñarse en esto último revela un estado de desconexión profundo con la realidad nacional.
La oposición tiene amplias posibilidades de ganar los próximos comicios parlamentarios que serán convocados, entre otras cosas, por la grave crisis que vive el país. Es el gobierno quien mejor trabaja para que así sea: su inacción para corregir la enorme crisis económica es la que los lleva a la derrota, pero aun introduciendo correctivos, el tiempo no les da para que la angustia ciudadana desaparezca. Inflación y desabastecimiento de bienes esenciales llegaron para acompañar a los venezolanos por algún tiempo. No hay medidas que en corto plazo alivien la certeza de que el país va por muy mal camino y de que el culpable es Maduro y su gobierno.
Los sondeos de opinión pública ofrecen datos inobjetables. Datanalisis indica que el 84.3% de los encuestados aprecian que la situación del país está entre regular y muy mala, mientras que el 68.5% atribuye al Maduro no actuar por el bienestar de los venezolanos. Revela, además, que el 75.9% y el 83%  estarían en desacuerdo con manifestaciones de calle y guarimbas, respectivamente, lo cual pone de manifiesto que la preocupación nacional se centra en problemas muy distintos a los partidistas o, para no generalizar, de algunos partidos,.
Reestablecer una agenda que privilegie la conexión de la oposición democrática con los problemas reales del país, es fundamental para el logro de una mayoría parlamentaria que permita una transición que libere a sus ciudadanos de las presentes penurias.
Leonardo Morales P.
leonardomorale@gmail.com
@leomoralesP

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