En los tiempos que se avecinan los
venezolanos estarán seducidos por el
fenómeno del rumor, cuya propagación estará, como suele ser, de “boca en boca” o de “boca en
oreja”. “Se dice que…”, “dicen que…” o “me dijeron…” siempre aparece, junto a
otras construcciones similares, como la formula por medio del cual se comienza
una veloz transmisión de ese fenómeno de la comunicación que se denomina rumor.
Una razón muy importante para que el rumor se
apodere de la ciudadanía: por un lado, las expectativas de una parte muy significativa
de la población respecto a las elecciones que deberían realizarse este año, por
otro, el desconocimiento general de la fecha en la que los comicios
parlamentarios se realizarían.
Respecto de la primera, existe la convicción
de que el gobierno se llevaría una monumental derrota electoral como
consecuencia de la crisis que en diversos ámbitos afecta a los venezolanos. No
hay encuesta que no revele la convicción popular de que nunca antes se había
estado en presencia de un gobierno particularmente maula que no logra
satisfacer los reclamos de la sociedad. Las expectativas respecto de las cuales
con este gobierno las cosas mejoraran hacia el futuro son tan bajas que poco
importa que altos jerarcas rojos aparezcan señalados internacionalmente en actos
repudiables. Los venezolanos se levantan diariamente al ritmo de la escasez, la
inflación y la inseguridad; son los
“tres platos” del día, todos los días.
La baja popularidad de Maduro y su gobierno,
la cada vez más acentuadas dudas acerca de la división de poderes, unido a la
incertidumbre de cuándo se realizarán la elecciones son los ingredientes que
encienden la mecha del rumor.
La realización de las elecciones y sus
resultados son un acontecimiento importante para los que se creen ganadores
como para los perdedores, y ese es justamente un primer ingrediente para que un
rumor sea creído y transmitido, es decir, como señala Rouquette: “adaptarse a
los temas que en ese momento interesan a la población.”, y las elecciones
parlamentarias son un evento importante.
La otra variable es la ambigüedad. Todos
imaginan que este año habrá elecciones pero una extraña circunstancia
fundamentada en el cuerpo jurídico que rigen los procesos electorales no
obligan a quienes corresponde a fijar la fecha en los términos que lo
establecía la ley anterior. Ese lamentable vacío en la legislación venezolana
permiten que el producto de la importancia del evento electoral y la ambigüedad
gatillen la propagación de todo tipo de rumores.
Los meses que restan del 2015 estarán llenos
de rumores que alimentarán la formación de la opinión pública. Los rumores en
el mundo de la política se desarrollan y corren a gran velocidad cuando los
entes oficiales gozan de muy baja credibilidad o su accionar para combatir los
rumores son lentos e inapropiados.
Lo que corresponde es examinar a quien se
beneficia con determinados rumores. Si la especulación de la suspensión de las
elecciones crea un clima de opinión pública desfavorable a la oposición, no
habrá voceros gubernamentales que lo desmientan. Más aun, una vez anunciada la
fecha electoral, porque se hará y habrá fecha, los rumores continuarán a lo
largo de los meses que restan para la fecha que se anuncie.
Leonardo
Morales P.
leonardomorale@gmail.com
@leomoralesP
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