Un hombre hambriento es un hombre enojado. James Howell
La huelga de hambre es una herramienta de
lucha no violenta, que consiste en renunciar a cualquier tipo de alimentación
para reivindicar el cumplimiento de algún derecho, eliminar reglas o normas
consideradas ilegítimas por el sujeto huelguista. Puede tener una duración
determinada o ser ilimitada, en el segundo caso, el desenlace será la muerte
por inanición que sobreviene entre los 60 y 90 días del comienzo del ayuno
voluntario.
La historia registra reivindicadoras huelgas
de hambre llevadas a cabo por diferentes dirigentes políticos, entre los que destacan, Mahatma
Gandhi, Golda Meier, Evo Morales, Patricia Troncoso, Guillermo Fariñas, Ingrid
Betancourt, con el propósito de reclamar
sus derechos y de que sus alegatos fueran conocidos por la opinión pública.
Ninguno de ellos murió ni lo dejaron morir, como si ocurrió con Franklin Brito Rodríguez, productor agropecuario venezolano de 49 años
de edad, quien falleció el 30 de agosto
de 2010, en el Hospital Militar de Caracas, en donde había sido recluido en
contra de su voluntad por órdenes expresas de la Defensora del Pueblo. Desde el 2 de julio de
2009, Brito había realizado sucesivas huelgas de hambre como medida de presión
para solicitar la entrega de sus tierras e indemnización para su familia debido
a la expropiación de las mismas; la última la inició el 1 de marzo de 2010, con
consecuencias fatales para su organismo. Al momento de su muerte pesaba 35
kilogramos, siendo un hombre de 1,90 metros de estatura .Al humanitario
gobierno bolivariano le importó muy poco la vida de un compatriota que no era
afecto de la sui generis cristiana Revolución Bolivariana, que en vez de
predicar y practicar el amor al prójimo, lo que hace es odiarlo.
Los súbditos bolivarianos somos todos unos
hambrientos, unos por decisión propia de realizar una valiente huelga de hambre
para defender los derechos fundamentales de todos, otros, el resto de la
población - con exclusión de los
enchufados y la Nomenklatura bolivariana
- también está en huelga de hambre obligada y permanente, además como
castigo adicional debe hacer largas colas para adquirir lo esencial para una
sobrevivencia en el límite de lo humano. Como dice el sabio pueblo llano: “no
alcanza la quincena para el sueldo”.
Una inflación incontenible, la destrucción de
la capacidad productiva, les confiscaciones de tierras y empresas para que
produzcan pérdidas millonarias, la corrupción que no se castiga, la
malversación y el peculado, los controles, el acoso a los empresarios
productivos, una institucionalidad
paralela, las dádivas y regalos a los
países supuestamente amigos y solidarios del Proceso, han dado como resultado
un inaudito país que en materia de pobreza involucionó a los críticos niveles
de hace veinte años, en momentos en que se ha tenido una de las mejores bonazas
económicas de la historia nacional.
Los venezolanos practican hoy los tres votos
sacerdotales: el de castidad porque no hay preservativos ni anticonceptivos, el
de pobreza porque no hay qué ni con que comprar y el de obediencia porque si no
ahí está Ramo Verde.
¡VIVA LA HAMBRIENTA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE
VENEZUELA!
Enrique
Viloria Vera
viloria.enrique@gmail.com
@EViloriaV
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