Las tierras usurpadas a los privados y su
poca producción son la principal causa
en la escasez de alimentos.
Cuando evaluamos las distintas fincas,
haciendas y hatos usurpados a los privados, mediante las medidas de
"rescate" aplicadas por el Instituto Nacional de Tierra o simples
invasiones organizadas por entes afines al gobierno, a tierras privadas,( lo
cual estimamos en millones de hectáreas, el total afectado) nos permite indicar
que la aplicación de estas medidas son la principal causa para la escasez de
alimentos, al comparar lo producido actualmente bajo el control de organismos
gubernamentales y las cantidades obtenidas cuando eran privadas
Estimamos que apenas unas 300.000 hectáreas
de este gran total están en producción, de las casi 6 millones de hectáreas
tomadas a propietarios privados. O sea apenas un 5% son utilizadas, el resto se encuentran
abandonadas y con grave deterioro de su infraestructura en la mayoría de los
casos.
En estas tierras cuando estaban en manos de
sus legítimos propietarios se producía buena parte de los alimentos que se consumía
en el país: Carne, leche, pollos, maíz, café, arroz, caña de azúcar, sorgo,
soya, yuca, caraota, etc. Si hoy se comparara la capacidad productiva de
cualquiera de las propiedades tomadas y quitadas a los privados, con su
producción y productividad actual en manos del gobierno, nos encontraríamos que
no existe alguna hacienda, hato o finca donde se pueda comparar positivamente
de cuando estaban en manos privadas.
Lo más grave es la cantidad de recursos de la
Nación invertidos en los planes de producción para estas tierras .Se estima en
ciento de miles de millones de bolívares lo invertido o malgastado en estos
megaproyectos de producción, sin que se hayan logrado resultados
significativos; las pruebas están a la vista en las cantidades producidas.
La razón del gobierno para llevar adelante
estas medidas de "rescate" y política de estimular las invasiones,
fueron el de darle tierra a los campesinos para que las comunidades campesinas
fueran beneficiadas. Hoy la situación
socio-económica en que se encuentran es compleja, al muy pocos de ellos haber
recibidos los créditos, maquinarias y equipos otorgados. Los beneficiarios en
muchos casos no guardan relación con esas comunidades y a pesar de los recursos
otorgados no todos se invirtieron en poner a producir esas tierras, los
resultados obtenidos así lo demuestran.
Buena parte de los empleos de esas
comunidades rurales se creaban por las actividades desarrolladas en las fincas,
hatos y haciendas que fueron tomadas por el gobierno, es evidente que ya no existen
los mismos al disminuir la actividad productiva. Así lo demuestran los niveles
de desempleo e informalidad que existen en ellas, lo cual ha facilitado el
desplazamiento de sus habitantes que se
han ido en busca de oportunidades a las ciudades.
Es evidente que la poca producción de estas
tierras las cuales fueron invadidas o se
les aplico medidas de "rescate" son la causa del desabastecimiento de
alimentos ya que en ellas no se producen las cantidades obtenidas de cuando
estaban en manos privadas, así lo demuestran los números al comparar la década
de los 90, cuando éramos auto-suficientes en casi todos los alimentos.
Lamentablemente en los últimos 10 años, la aplicación de estas medidas solo
logro que bajara la producción nacional, por lo cual hemos tenido que aumentar
las importaciones, para cubrir las necesidades de alimentos de la población que
paso de un índice de escasez de menos de 10% en 1998 a superar el 50% en lo que
va del 2015.
Esta es una prueba fehaciente de cómo esta
política de toma de tierras a privados, solo llevo ruina a miles de familias
que vieron con tristeza la perdida de sus propiedades que las habían obtenido
con mucho trabajo y sacrificio. Sin obtener ningún pago por parte del gobierno.
Siendo una violación a los derechos humanos de los afectados, al ser la
propiedad privada un derecho fundamental bien definida en la carta de las
Naciones Unidas y en la Constitución Nacional.
Lo más grave son las inmensas cantidades de
recursos públicos invertidos para "aumentar" la producción que fueron
a saco roto, logrando no solo disminuir la producción de alimentos sino
acumular las mayores pérdidas de recursos públicos invertidos para el
desarrollo de la producción, en la historia petrolera de la República. Están a
la vista los resultados obtenidos.
Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y
la Constitución
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