Josemaría Monforte
Revuelta, es sacerdote, Doctor en Sagrada Teología por la Universidad de
Navarra y en su libro Conocer la Biblia Ediciones Vértice 1997 Madrid, su el
inicio nos relata una anécdota de un sacerdote que viajaba en tren desde la
ciudad donde residía hasta un pueblo cercano, desconocido entonces para él,
para dar una conferencia sobre la Biblia. Cuando llegó, en la estación no había
nadie a quien preguntar, pero cerca observó a un grupo de niños jugando al
futbol en un descampado próximo. Se
acerco a ellos en busca de información. “perdonad que os interrumpa le dijo,
¿alguno me podría indicar cómo se va desde aquí al Ayuntamiento?”. En seguida se acercaron todos rodeándole y
uno más espabilado, balón en mano, inicia con el sacerdote este dialogo:
Oiga padre, ¿qué se
le ha perdido en el Ayuntamiento?
Tengo que dar allí
una conferencia, responde el cura, pasando por alto la impertinencia del chico
y… ¿de que les vas a hablar?
Pues mira… le
contesta el divertido sacerdote les voy
a hablar cómo se va al cielo. El asombro se dibuja en la cara del niño y le
suelta espontáneo. Les va a hablar de cómo ir al cielo… ¡y no sabe cómo se va
al Ayuntamiento!
Ubicando algunas
pistas…
Leí con desánimo
parte de una entrevista en un medio digital Prodavinci para más señas, a un
candidato a Diputado, incubado en claustro materno de la (MUD-MID) y postulado
por el Circuito 4, que congrega las Parroquias Santa Rosalía, El Valle y Coche
del Municipio Bolivariano Libertador, revelando en la misma que aparte de
carecer de otros prerrequisitos, que legitimen su aspiración, exhibió un
infatuamiento que revela el eruditismo de piernas cortas que prima en algunos
sectores de nuestra sociedad, solo se le escapó para mostrar su comprensión
sobre las particularidades de esos preteridos espacios urbanos, la recordada
popular expresión, “la bendición para la
tía de mi tío en el barrio el 70, y que me traigan a Foster, y como piscolabis
acotó, en el Pendrive, tengo ya algunas leyes, inferimos que discutidas a fondo en el Ȧgora de PJ, y
su frontispicio la (MUD-MID).
Intentar en este
decisivo y complejo momento hacer elaboraciones y análisis críticos es difícil,
primero partiendo de la premisa de que la capacidad analítica no es cosa de
exhibir extensivos niveles académicos ni de impersonales Posdoctorados, ni de
revelada inteligencia, ni ostentar una compendiada erudición, ni gozar de doble
paladar para la valoración de los eventos frecuentes en la cada vez mas ambigua
sociedad, en sus oscuros entornos, ni tener la certeza de las necesarias
reformulaciones particulares, regionales
y planetarias. Corremos el riesgo de que nos suceda como el astrónomo
invidente, que en sus fantásticas alucinaciones creía descubrir nuevas
constelaciones en las oscuridades engañosas de su propia ceguera.
Indagar no es solo
aplicar categorías tradicionales, históricas,
económicas, sociológicas o metodológicas a partir de un excedido
conocimiento en el que eventualmente podríamos afirmarnos, el quiz es definir,
examinar, profundizar, reconciliar y con harta imperturbabilidad antes de
atreverse a formular alguna precisión.
“Es difícil que esto
ocurra mientras prevalezca la arrogante insularidad intelectual de la elite que
actualmente rige de manera férrea y miope las investigaciones económicas”. (The
Journal of Economic Perspectives).
“El análisis erudito
jamás pondrá fin a los violentos conflictos políticos causados por la
desigualdad”. (Tomado del libro El Capital de Thomas Pikety). La investigación
ejemplo en filosofía polٕítica es y será siempre frágil e imperfecta; no tiene
la pretensión de transformar la economía, la sociología ni la historia ni las
ciencias exactas, sino establecer con serenidad hechos y precisiones, e indagar
con frialdad los mecanismos económicos, sociales, políticos, que sean capaces
de dar cuenta de que estos puedan gestionar que el debate democrático esté
mejor informado y se concentre en las preguntas y respuestas correctas; además
se obliga a contribuir a redefinir siempre los términos de la disputa, revelar
las certezas imitadas y las imposturas, imputar y debatirlo todo siempre. Éste
es el rol corresponde, desempeñar a los intelectuales, y, igual esfuerzo se
obligan los investigadores ciudadanos como todos, pero esencialmente a ellos
que tienen la suerte de disponer del instrumental metodológico para dedicarse al
estudio paciente e inflexible de estos contenidos, al mismo tiempo las
comunidades vienen observando con estupor como se han ido cupularmente
seleccionando los candidatos, y pareciera que uno de los prerrequisitos es que
no sea de la jurisdicción, y que logre cancelar su membresía a la (MUD) y
ostente abultadas “credenciales académicas”, (ya lo había advertido en su
poemario Barco de Piedra, el poeta del pueblo Andrés Eloy Blanco en estos
cuatro versos “Pendejo con palmas académicas, /ni le matas el hambre a nadie,
/ni le quitas a nadie el frío, /ni le amparas a nadie el sueño”), para
contender de nuevo en las elecciones parlamentarias, mientras todos los
indicadores revelan que frente al dilema que atraviesa el país por la sofocante
crisis económica no ha impedido, que el
chavismo tenga un plan avanzado, con el precipitado con tramposo nombramiento y jura de la Fiscal, Contralor, Magistrados del
alto Tribunal y Rectores del CNE,
anticiparon su agenda de cara al evento comicial, y ahora fuerzan con la
recolección de firmas darle otra vuelta de tuerca al chavismo clientelar,
(cuando la masa no daba pa’ bollo, Obama con su desorientada orden ejecutiva
leudó al chavismo), y así por la vía de
la coerción garantizar una asistencia razonable en los comicios, mientras con
estupor advertimos lo que se revela en la oposición es el decisionismo
voluntarista y engañoso de cuello corto, en las circunstancias excepcionales
por las que atravesamos no puede desafiarse estas elecciones como un
acontecimiento electoral usual consciente de fuerzas políticas dirimiendo en
elecciones libres quien obtiene la mayoría, con respeto de la minoría, ese
escenario está descartado dado todo el recorrido del régimen en los últimos
meses, con la suma del impacto profundo
de la gravedad de la crisis y el manejo que raya en lo desatinado del
Presidente que hemos presenciado de calado continental, por eso necesario es girar el cuello, y trazarse
réplicas para estos supuestos, ya que en el país la percepción difundida y
reafirmada por los ciudadanos en general
es que el Comando político de la (MUD), de cara al decisivo de este
sospechado evento electoral, es que no ha definido con claridad, cuales son sus
objetivos tácticos, que sirvan de cuadrante para sortear este delicado tramo,
(por cierto se ha venido exponenciando en los mandos políticos de gobierno y
oposición la fatal premisa endogámica como antiguo retrato de las formas
patrimoniales de dominación, comunes en América Latina y otras latitudes,
capaces de reproducirse tanto a nivel , regional como nacional, como tal, el
nepotismo se ha convertido en el principio organizador del hecho político en el
país. Son los atributos de un orden político que el sociólogo Juan Linz llamó
“sultanismo”. Con el Imperio Otomano como metáfora y Max Weber como
inspiración, esa noción describe un sistema de dominación donde el límite entre
lo público y lo privado es tan esponjoso que ambas esferas se fusionan. El
sultán administra la cosa pública igual como gestiona su hacienda…o su
concesionaria y demás. El Estado es la extensión de los dominios del sultán, de
sus activos, el activismo democrático se debilita hasta esfumarse. La autoridad
es personalista, se hace dinástica, cuasi monárquica, solo que no es una
monarquía constitucional sino absolutista. Y no vengan después a recurrir a la
categoría de engañados inconcientes; o que fue lo que le aconsejaron los que
Nietzsche llamaba “Bildungsphilister o Zafios Doctos, ignorantes que se escudan
en los títulos académicos pero carecen de erudición verdadera por su falta de
curiosidad y su estrechura de miras, y en el caso nuestro por su desconexión
con las comunidades”. Por cierto el aspirante be su reflección economicista
soltó una verdad del tamaño de la Catedral de Santa Sofía, al sentenciar “Al
final, las decisiones económicas las toman los políticos”
Aporte para el
debate…
Sin pretensiones
apodícticas, deberíamos aprovechar para darle abordaje a una discusión de una
nueva relación Estado y Sociedad. Si
tuviéramos que elegir algunos términos para identificar al Estado y a la
Sociedad seleccionaríamos seguramente Poder y Necesidades, respectivamente. El
Estado es una creación cultural y, como tal, cambiante según los tiempos y las
circunstancias, mientras que la Sociedad es una entidad natural. Por tanto, se trata
de que la Sociedad tenga un Estado y no que el Estado tenga una Sociedad.
En Venezuela, los
resultados de los ingresos petroleros han
sido repartidos para sorpresa de sus ciudadanos en forma injusta e
inequitativa para con la gran mayoría de la población, generándose graves
distorsiones socio-económicas, tales como: El Estado endeudado por encima de la
capacidad de producción nacional; devaluación e inflación crónicas y
astronómicas desde, por lo menos, 1990; cuantiosos capitales venezolanos fuera
del país que operan como centrífuga económica y alimento continuo de la
inflación; más de la mitad de la población en zonas marginales o barrios; impuestos al consumo
cuantitativamente injustos y regresivos; grave falta de inversión nacional e
internacional; acumulación de capital individual y concentración de la riqueza;
un dualismo social acentuado.
Por ello, la
democracia venezolana del siglo XXI requiere asentarse sobre una nueva relación
Estado-Sociedad con una firme base ético-social. La experiencia demuestra
que ni la antinomia entre ambos, ni su
separación, ni la absorción o manipulación de la Sociedad por el Estado, ni la
conversión de aquélla en éste pueden realmente servir para lograr el desarrollo
humano integral de las personas y de los grupos sociales.
Se trata, por tanto,
de deliberar sobre los principios y criterios posibles para una nueva relación
Estado-Sociedad; los efectos que ésta debería tener sobre el sistema político y
socioeconómico, y las formas de organización que permitan articular esa
relación en beneficio de todas las personas mediante el logro de grandes
objetivos en el orden social, político y económico: una nivelación de las
diferencias de propiedad, educación y poder; la estabilidad política mediante
el ejercicio serio de comprometernos todos en un modelo de democracia
participativa, y un apuesta por el crecimiento y desarrollo económicos, privado
y público, con equidad y solidaridad.
Surgirá entonces la
necesidad de organizar y ejercer el Poder para satisfacer las Necesidades de la
Sociedad. Esto sólo puede lograrse si el Estado y la Sociedad comparten el
Poder en términos de asociación con lo cual, sin perjuicio de la
direccionalidad política que emane de la soberanía popular, habría que abrir
espacio suficiente a los elementos técnicos, institucionales y ético-sociales.
Desde este punto de
vista, el principio básico sería que el Estado pueda “someterse” a la presión popular para
determinar y satisfacer la demanda de necesidades y oportunidades de todos,
particularmente de quienes menos tienen. Para ello, es preciso relacionar
sistémicamente los elementos sociales, económicos y políticos mediante un
rediseño orgánico y funcional del Poder Legislativo y de la Administración
Pública a fin de que la formación de políticas públicas para la solución
efectiva de problemas concretos de desarrollo a nivel nacional, estadal y
municipal sea el resultado de compartir el Gobierno con la Sociedad
(personas-comunidades-sociedades civiles, organizaciones-cuerpos intermedios, y
demás.), mediante relaciones institucionales de concurso (activo, concertado y
sujeto a normas y procedimientos), mediando un alto sentido y contenido éticos.
Así, para la regulación de aspectos socio-económicos, habría una
participación–representativa y una representación–participativa de toda la
población.
Lógicamente, todo
esto debe transitar por un cambio de la estructura y praxis políticas para
disminuir el presidencialismo y el centralismo; evitar que el estatismo, se
convierta en una dictadura socio-económica; prohibir la delegación legislativa
(casos excepcionalísimos), para que la Sociedad asuma sus responsabilidades
deliberantes; fortalecer la descentralización y conectar reglamentariamente a
los electores con los elegidos
exigiéndoles transparencia y rendición de cuentas.
Estos cambios son
necesarios y urgentes para evitar las desigualdades de acceso, de oportunidades
y de puntos de partida existentes y crear así un futuro
socio-político-económico democrático, equitativo y solidario.
En conclusión, en
Venezuela los venezolanos debemos colocarnos por encima de todo en una Alianza
Superior, entonces la oposición y el gobierno, los intelectuales, los grupos de
presión e importantes medios como este, deberían recordar que la histórica
incapacidad de los partidos y de los grupos políticos para entenderse y llegar
a acuerdos que ha sido siempre la causa del estancamiento y regresión políticas
que ha tenido Venezuela en su historia. (Recuérdense, por ejemplo, las crisis
de 1846, 1858, 1892, 1898,1900, 1945, 1998).
“No es fácil mostrar a nuestros semejantes el camino”.
Pedro R. Garcia M.
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