"Quisiera sufrir todas las
humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte,
para impedir la violencia" Gandhi.
¿Cómo hubiesen llamado
a Gandhi, Mandela o Winston Churchill, por luchar por la libertad, la paz y la
prosperidad de sus pueblos?
Muchas de las
vedettes demoscópicas, apelando a sus
"mediciones" y cualidades para explicar el presente y anticipar el
futuro, no dudo los hubiesen etiquetado de "radicales", por ser los padres de históricas movilizaciones que
cambiaron al mundo. Ellos no pensaban electoralmente sino generacionalmente. En
ese sentido, quiero ser radical.
Al ser invitado a un
programa de TV, la producción -entre otros temas- quería propiciar un debate
entre Luis Vicente León y este columnista. Nuestro trabajo en El Universal
"Los datanalíticos de pura paja" (28/4/15), levantó caña. En momentos
que se avecinan parlamentarias, era bueno revisar si este evento comporta
realmente el l'état de la question, en un país donde más importa cargar con la
harina PAN que atender al chofer herido o muerto que la transportaba...
Luis
Vicente respondió con acritud: "Con Orlando no voy a discutir porque yo
-no debato con radicales" -sic-. Pues nada amigo mío, si no podemos
conversar democrática y libremente a través de un medio que tanto os gusta,
hagámoslo por esta vía. Ambos seguimos en casa.
Comencemos por decir que ganar o no la AN, no cambiará para nada lo que padecemos en Venezuela. Mi preocupación es aportar más en lo ciudadano. Es despolarizar nuestra sociedad e impulsar un nuevo liderazgo que posibilite la reconstrucción del país, en un clima de concertación, no violento.
Es el uso de los sondeos, no para espetar
de radicales a María Corina, López, Tovar Arroyo o a un servidor, por promover
la libertad, la democracia real, esa que se viste de tolerancia, de separación
de poderes, alternabilidad o al decir de Churchill "de capacidad de
doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás".
Mi frustración Luis Vicente, os confieso, es que habiendo transcurrido tres largos lustros de la peor crisis moral, social, política y económica que haya vivido la República, aún tenemos una sociedad dividida, sin que un 80% de rechazo al Gobierno pueda ser capitalizado por una alternativa de poder empática, merecida y construida desde un consenso-país.
Mi
visión es que las encuestas sirven para explicar el fenómeno, el clivaje
político (anclaje), pero no para resolverlo.
Mi llamado a los demoscópicos es que
hagan sus mediciones, incidan sobre la opinión pública, pero no la
condicionen, ni la confundan. Encuestador no es presentador. Respeten a los
actores políticos, no pretendiendo Uds. serlo. Y si quieren ser presidentes,
apártense del oficio de censores. Sincérense. No tilden de fanáticos a quienes
protestan; a nuestros estudiantes, a quienes sacrifican sus vidas y su
libertad, por defender tus derechos. Quizás no da votos, pero sí dignidad.
La encuesta es un
instrumento de investigación utilizado para diagnosticar un fenómeno, conocer
la opinión de los ciudadanos o la percepción que se tiene sobre algún hecho o
acción, representando una "fotografía" válida en un momento y espacio
determinado. Pero es efímera.
La política y el liderazgo por su parte, tienen
vocación de permanencia. Sus ideales son profundos y universales. Mandela dijo
que "los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por
la libertad de su pueblo". Expresión que cataliza el valor superior del
liderazgo político. No es un tema de medir si una marcha, o Brito, o una madre
haciendo huelga de hambre por salvar a su hijo, es un acto
"productivo".
Gandhi decía que "si quieres cambiar al mundo,
cámbiate a ti mismo", por lo que la gente tiene derecho a arriesgar,
apelando a su más profundas convicciones morales, amén de lo que piense la
sacrosanta opinión pública.
En momentos de pérdida y dolor, no importa
cualquier atrevimiento."Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las
torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la
violencia". También lo dijo Gandhi y lo cito mil veces, porque "las
citas cuando quedan esculpidas en nuestra memoria, nos sugieren pensamientos
originales". No por su decir, Gandhi, Mandela o Churchill, fueron radicales.
Por el contrario, fueron reconocidos como los valientes de la historia, siendo
que sus principios superaron la borrachera y la resaca de cualquier encuesta.
Sartori (1998) señaló
que las encuestas son volátiles. Aproximaciones, bocetos, mapas en busca de un
territorio, pero no hacen el territorio mismo. Es la humildad y el perdón, lo
que como polvo, se desliza en el alma de los pueblos y vence el miedo. Andrés
Valdez, (Ventajas y desventajas de las encuestas), alerta que "Lo ideal no
solo es contar con una buena "fotografía," sino con la
"radiografía" que posibilite tomar las mejores decisiones políticas.
Y el debate en libertad, es la luz que enciende esa radiografía.
Sin encono LV.
Como nos enseña el maestro Mahatma: "No dejes que se muera el sol sin que
hayan muerto tus rencores". Ese es el ejemplo que debemos dar: cesar la
aversión y la prepotencia, variables que no miden las encuestas. Salut!
Orlando Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco
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