Me imagino el gran disgusto que tendría el
maestro Simón Rodríguez, si viviera en esta época donde se maltrata al docente
o educador a todos los niveles, desde la educación inicial hasta el más alto
grado universitario, actualmente a los maestros nuestros gobernantes los
denigran y los humillan, con bajos sueldos y excesos de trabajo. A esto hay que
agregar el mal funcionamiento de los servicios del IPASME. En Venezuela el
gobierno nacional está empeñado en hacer las cosas malas.
En Finlandia es el país donde la educación es
el principal recurso del país y así debe ser, si tenemos una buena educación y
maestros con vocación, Allá el gobierno está consciente que en la educación hay
que invertir, porque si se tienes una buena educación vas a construir una ciudadanía
cívica y este es un recurso para competir en el mercado internacional.
En los
países nórdicos y en la mayoría de los países del mundo el maestro tiene los
mejores salarios. Aquí en Venezuela es el contrario, los maestros venezolanos
trabajan con las uñas, por falta de material de oficina y donde todos los
trabajos, evaluaciones, planificación, programas, etc., donde todo el material
para realizar estos trabajos deben ser adquirido por el docente, deben sacarlo
de su mísero salario y hacer este trabajo en sus hogares.
Extienden su jornada
de trabajo a su casa, sin tener el reconocimiento ni el sueldo que merecen. En
Venezuela con la alta inflación y un control de cambio, donde el dólar SIMADI
llega a 200 bolivares, los maestros venezolanos son los peores pagados del
mundo.
Para mala suerte de los maestros, donde ellos
también tienen grandes responsabilidades, es la falta de organización y unidad
como gremio, sus organizaciones sindicales, son archipiélagos con decenas de
sindicatos, no asisten a las asambleas , se dejan imponer contratos colectivos
que son una vergüenza y dejan que una dirigencia sindical arraigada en las
organizaciones, que la mayoría de veces se arrodillan al patrono o gobierno de
turno decidan por ellos, en los tiempos de adecos y copeyanos habían sindicatos
favorecidos y beneficiados, la contratación colectiva era negociada para
beneficios de los sindicalistas y son varias las traiciones y entregas de los
beneficios sociales y económicos,
Ahora en tiempos de Revolución el favorito del
gobierno es SINAFUM con dirigentes sumisos y vendidos al patrono que firman
contratos de hambre, que solo están pendientes de las crediticias y además con
ministros en el sector que menosprecian a los maestros o docentes.
Los docentes viven en más completo abandono
en beneficios económicos y sociales, no hay mejoramiento profesional, porque
ahora los talleres o colectivos, como los llaman ahora es para solo asuntos
políticos.
No hay nada que mejore la educación, se vive de ensayos que son
abandonados a los meses. Para los sueldos no cuentan los años de servicios y
preparación de los maestros, el postgrado en educación no significa nada para
el Ministerio de Educación. Con el aumento decretado del salario Mínimo
Nacional, Un docente con tres años de experiencia cobra 5.947,10 bolívares al
mes, mientras que uno con 18 años de experiencia gana 7.404,13 bolívares, ambos
por debajo del salario mínimo. Son muchos los profesionales con maestría y
postgrado y hasta doctorados que están ganando menos que el salario mínimo.
Es la triste realidad del magisterio, de todo
el sector educativo. Es triste ver en la VII Convención Colectiva, bono de
transporte en el año 2015 de 500 bolivares, cuando hay educadores que gastan
más de 60 bolivares diarios en transporte, otro el incremento de Antigüedad 40
bolivares mensual.
La risible CONTRIBUCIÓN SOCIAL ANUAL PARA UNIFORMES de 500
bolivares anual. Los sindicalistas son una vergüenza para el gremio, pero los
docentes no pueden esperar que otros piensen y decidan por ellos, deberían
implementar jornada de discusión de sus beneficios sociales y económicos en
todos los planteles del país y buscar la mejora profesional para tener una
mejor educación en el país, elevar la voz y no esperar que todo lo envié el
Ministerio de Educación ya elaborado para que lo acepten, deben integrarse
alumnos, padres y representantes y docentes a discutir por una mejor educación,
desechado la politiquerías y malos ejemplos éticos y morales.
Se hace necesario que los docentes levanten
su voz de protesta, ante la pérdida del poder adquisitivo de los salarios,
afectados por la inflación devoradora y la devaluación del país. Actualmente
los venezolanos deberían ganar cinco salarios mínimos mensual.
Es necesario
luchar por ajustes salariales que compensen los índices inflacionarios y el
alto costo de la Canasta Básica Familiar subió a 35.124 bolívares. Los maestros
deben iniciar acciones de protesta ante la violación del derecho humano
fundamental que tienen todos los trabajadores de la Educación a un salario
digno.
Por ejemplo, si un maestro que gana 5.622,00 bolivares, actualmente ese
sueldo le alcanza para comer una semana, menos pueden comprar uniformes,
vestidos, adquirir vivienda y para pagar los servicios y comprar los materiales
de oficinas para hacer su trabajo.
Al parecer al maestro en Venezuela, el
gobierno nacional no le tiene cariño.
Juan Linares Ruiz
jlrlinares@gmail.com
http://www.aporrea.org/actualidad/a207652.html
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