viernes, 1 de mayo de 2015

JUAN JOSÉ MONSANT ARISTIMUÑO, CALIFATOS MENTALES

El amigo me espetó así, nada mas, de forma inesperada: “Juan, le estoy agarrando arrechera a los intelectuales”. Por supuesto me sorprendí, sobre todo por la persona  que lo decía, un periodista escrutador de la historia y un experimentado político, curtido desde las luchas juveniles en los liceos más aguerridos de la Caracas de los sesenta, cuando ser socialcristiano constituía una temeridad y una convicción total para enfrentar las fuerzas desatadas de una izquierda inspirada en la guerrilla que bajó de la Sierra Maestra, para extenderse por el continente iniciándose por Venezuela.

Y lo que son las cosas, en aquél entonces fue derrotado el intento de invasión por unas Fuerzas Armadas diferentes a las que hoy reciben instrucciones directas desde La Habana, convertidas en el brazo armado de la represión y la violación de los derechos humanos. Literalmente, en un ejército de ocupación  de su propio pueblo.

La frase surgió de manera espontánea ante las posiciones asumidas frente al  hecho político, por individualidades ubicadas en el sector intelectual, ya sea por ser académicos, escritores, periodistas, políticos, comentadores o analistas; no creo que  en ese grupo existan pintores, escultores, arquitectos, poetas, o cualesquiera expresión del quehacer humano donde la estética sea la razón de existir, junto a la ética. Se les observa un prurito por evitar ser tildados de derecha, contra revolucionarios o antichavistas, de no ser políticamente correctos, de no terminar de romper con el pasado si alguna vez militaron o simpatizaron con el marxismo, como si lo hicieron Carlos Fuentes, Vargas Llosa, Octavio Paz, Sergio Ramírez y hasta el mismo García Márquez, quien sin romper su relación con Fidel, se distanció del modelo.

Nos ha tocado asistir a reuniones donde el planteamiento de fondo fue la disertación sobre que tipo de socialismo ejerce el gobierno, si científico, utópico, marxista o populista; señalan el carácter autoritario del gobierno, pero no se atreven a llamarlo directamente como lo que es: un régimen totalitario, una dictadura cruenta, corrupta y comunista, convertido en Estado Forajido,  llevado con premura  a la condición de Estado Fallido.

Ese fue el motivo de la indignación de nuestro amigo; llegan a ser tan elevadas sus disertaciones que no se permiten llamar las cosas por su nombre, han demonizado la lucha estudiantil que culminó en muertos, desaparecidos, torturados, violados, exiliados, encarcelados, y abandonado a su suerte a Leopoldo, María Corina y Ledezma. Miran con aprensión la lucha en la calle, como si la lucha en la calle no fuere un derecho natural ante la opresión y la pérdida de la libertad, una vez  cerrados todos los espacios de legalidad.

Por supuesto coincidí con el amigo en cuestión, porque esas posturas ayudaron y ayudan a darle legitimidad al régimen, y por mezquinas para quienes salieron a la calle y allí dejaron sus vidas; sin embargo, no me encontraba tan indignado como él, más bien dolido, desconcertado y  frustrado, como el extranjero de Camus.

Meses después, recién, veía por satélite un programa de televisión “Ahora con Oscar Haza” en Mega TV; el moderador presentaba ese martes a dos damas expertas en islamismo, a fin de conocer sus opiniones acerca del origen, alcance y significado de  la matanza sistemática y masiva que lleva a cabo el Califato Islámico (ISIS) contra los cristianos. 

Una, de mediana edad, de vestir sobrio y una pequeña cruz de madera al cuello, hizo un recuento de los últimos asesinatos masivos en Egipto, Irak, Yemen, Somalia, Kenia, Pakistán y Siria, incluyendo a los indocumentados trasportados hacia Italia que fueron arrojados al mar Mediterráneo, cuando los contrabandistas (trata de personas) se enteraron de su fe cristiana. Concluía  la entrevistada que Occidente tenía que dar una respuesta inmediata y contundente sobre esta  expresión genocida en razón de la religión, y cuantificó el número de cristianos asesinados por islamitas radicales desde hace dos años, equivalente a la sumatoria de uno por hora. Me hizo recordar a la declarada agnóstica, hoy fallecida, Oriana Fallaci, quien fue perseguida por denunciar la dinámica y calculada invasión de los musulmanes en Europa.

La otra entrevistada coincidió en el objetivo central del Califato Islámico y sus despiadadas practicas de intimidación por medio de la muerte cruel. Sin embargo afirmó que no eran un peligro para Occidente, porque su acción se centraba en dominar el territorios donde actúa; e insistió en diferenciar al islamismo del yidahismo, y dentro del yidahismo grupos diferenciados entre sí. Noté de inmediato hacia donde se dirigía su disertación. Para ella no existía choque cultural ni peligro para Occidente, porque era una lucha religiosa interna que al alcanzar su propósito, el Califato se dedicaría a conformarse como Estado miembro de la Comunidad internacional. Poco más o menos fue su argumentación.

Allí entendí la indignación del amigo, y también pasé de la fase de dolido a la fase de indignado, porque estos individuos, autosuficientes que se sitúan en una esfera superior del conocimiento, son en realidad cómplices por cobardía, oportunismo, hedonismo o ausencia de reciedumbre, de la instauración de los matones que actualmente nos gobiernan o de los que pretenden gobernar al mundo, para imponer el totalitarismo en detrimento de los valores más preciados de Occidente: la libertad, el respeto a la dignidad del otro y la práctica de la democracia como modelo de vida societaria.

Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant                                                                         

ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD, VENEZUELA, INTERNACIONAL, NOTICIAS, ENCUESTAS,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.