ERNESTO GARCÍA MAC GREGOR, EL MÉDICO INTEGRAL COMUNITARIO

Muchas críticas han recibido los horrores de ortografía del Médico Integral Comunitario (MIC) en los pedacitos de papel que hacen las veces de récipes médicos, lo cual demuestra un bachillerato deficiente y una educación superior sin supervisión. Aún más lamentable es la carencia de lenguaje médico, que refleja la falta absoluta de profesores universitarios. Pero lo peor es el daño que pueden hacer al prescribir por ejemplo, 1200 ml de novalcina. Esto, que a todas luces parece un error tipográfico, es inaceptable. Pero la rigurosidad de las universidades tradicionales contrasta, con la informalidad de las socialistas.

Esta tragicomedia que recorre el país a través de Internet, más que ganas de reír, da ganas de llorar, sobre todo cuando se comprueba que no son casos aislados sino la punta del iceberg. La Medina es la carrera más absorbente, difícil y exigente. No todo el mundo puede ser médico, como tampoco cualquiera puede ser ingeniero químico o matemático puro.

El conocimientos de las ciencias básicas es indispensables, materias que representan una especie de filtro para los estudiantes de las universidades tradicionales. En cambio, los docentes de los MIC son médicos cubanos de Barrio Adentro sin ninguna experiencia en enseñanza. “Lo importante no es la calidad científico-técnica, sino el compromiso humanista” y además, “el modelo no empieza con el cadáver y su anatomía, sino con el barrio” [sic].

Cuando se necesitó hacer pasantías con pacientes, los centros tipo CDI y otros módulos socialistas eran totalmente inapropiados para recibirlos por no cumplir con un pensum acreditado. La solución fue apiñarlos en los 181 hospitales públicos con el consiguiente hacinamiento.

Estos médicos fueron entrenados para atender en ambulatorios y no en hospitales. Ahora están invadiendo los posgrados para los cuales no están preparados. Los primeros especialistas en obstetricia realizaron un curso de seis meses, cuando el posgrado regular, dura cuatro años. Cada día los MIC, por su masificación, van desplazando a los tradicionales que aún no han migrado. Dentro de poco éstos serán la mayoría y dominarán tanto el sistema de salud como la formación del médico futuro y lo harán nivelando por lo bajo. Que oiga quien tiene oídos...

Ernesto Garcia Macgregor

garciamacgregor@gmail.com

@garciamacgregor

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