En
la Venezuela metamorfoseada por Chávez y su banda, el “hombre nuevo” que se
inventó el asesino Ernesto “Che” Guevara es un malandro con arma y moto propia
que en su gran mayoría son dádivas de la “revolución”; esa revolución que
primero en Cuba y luego en Venezuela tuvo como prioridad la honda
transformación de los seres humanos unida al cambio de estructuras sociales,
instituciones, hábitos, valores…
Ese
“hombre nuevo” varón o mujer es transgresor, amoral, violento, despiadado. Con
armas y motos propias controlan ya todo el territorio y gozan de la impunidad
de sus delitos, impunidad que es orden oficial. Ese “hombre nuevo” acrecentando
horror, es para muchos políticos que están del lado que se vende como opositor,
un voto que hay que captar, no importa si el precio es voltear la cara cuando
se le ve matando, robando, violando, cuando se le ve acaparando productos para
revenderlos hasta 10 veces su precio.
Horror
con el que convivimos desde hace más de 16 años, porque también nos hacemos los
desentendidos para no asumir responsabilidades por la permisividad que se ha
tenido con Chávez, su corte, sus hordas, sus herederos y su apocalíptica
revolución donde uno de los íconos es el asesino “Che” Guevara, con su tenebroso
"hombre Nuevo", que en
Venezuela es el bandido del siglo XXI.
El
asesino “Che” Guevara junto a los Castro se apoderó de Cuba. Se crearon y le
crearon mitos y recubrieron de poesía y cancioncillas pegajosas la ejecución de
todo disidente político, el encarcelamiento y tortura de los homosexuales, la
expropiación y confiscación de empresas y bienes, la destrucción de la
economía, la prensa independiente, las libertades y derechos más elementales,
el terrorismo de Estado; todo mientras mensos y esbirros cómplices canturreaban
tonadillas a un fulano unicornio azul que según el sayón trovador que se lo
inventó se le había perdido mientras pastaba… Maleza que es lo que abunda en
esa desventurada isla donde alguna vez hubo caña, dignidad, libertad y esperanza.
Los
que habitamos en Venezuela padecemos al “hombre nuevo”. De él (varón o mujer) y
sus crímenes estamos hartos pero fundamentalmente estamos aterrados. La cosecha
de sus transgresiones, de su amoralidad, de su violencia y su falta de piedad,
es sangrienta, luctuosa… Ciudadanos a merced de criminales que el régimen
protege porque son brazo armado con el cual propagan ese miedo que les permite
dominar, paralizar, desalentar.
Iniciando
la semana, una mujer fue asesinada por dos “hombres nuevos” que se desplazaban
en una moto; “hombres nuevos” bien armados y bien dispuestos a mostrar que si
no entregas la bolsa te quedas sin vida… A las 8 de la mañana, en una zona
residencial le segaron sus sueños. Ella fue -en ese momento- la víctima
femenina número 60 liquidada en la ciudad de Caracas en lo que va del año 2015.
Horas después, el martes asesinaron al jefe de escoltas de un personajillo vil,
engreído y mentiroso llamado Winston Vallenilla, vocero a jornal fijo y jugoso
de esta revolución rojo sangre, que lo premió con la presidencia de uno de los
tantos canales de televisión dominados por el régimen (Tves, antiguo Radio
Caracas TV). Su grito “¡familia!” nada tiene que ver con el dolor que le
infligen a cada hogar golpeado por el hampa militante y poderosa.
Y
no exagero al definir a la delincuencia
como poderosa. No soy la única. El 28 del pasado abril, en las páginas del
diario El Nacional de Venezuela, el
sacerdote salesiano Alejandro Moreno, psicólogo y doctor en Ciencias Sociales
tituló su columna: Proyecto hampa. Allí nos mostró como lo que él define como
“una violencia delincuencial multiforme que ha ido copando la vida cotidiana de
todos los habitantes de este país, en las ciudades, en los campos, en los
barrios, en las urbanizaciones, en las calles, en los lugares de reunión y en
el propio interior de los hogares” es sin dudas un poder.
Un
poder que el estudioso de la sociología lo califica de “dominio hamponil”.
Mando hamponil en una desgraciada Venezuela, convertida en guarida y cuya capital
Caracas dejó de ser conocida por sus techos rojos para ser destacada como roja
por la sangre que baña las calles de una ciudad de muerte, donde a diario matan
a decenas de personas.
Caracas siniestra donde el régimen castrochavista entregó sus llaves a los cinco espías
asesinos cubanos, perfectos cancerberos de este infierno que me hace recordar
al francés Georges Bernanos, quien dijo: “El verdadero odio es el desinterés, y
el asesinato perfecto es el olvido”.
Eleonora
Bruzual
ebruzual@gmail.com
@eleonorabruzual
http://www.diariolasamericas.com/4943_eleonora-bruzual/3088486_columna-eleonora-bruzual-diario-las-americas-chavismo-maduro-hampa.html
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