En
temporadas de condiciones climáticas adversas como la que estamos viviendo, es
cuando se le ven las costuras al déficit en la infraestructura; particularmente
en los sectores energético, eléctrico y de suministro de agua. Entre estos tres
sectores existe una relación mucho mayor de la que la gente se imagina.
Cuando
se registran en una región del país apagones no programados, como los ocurridos
en Barquisimeto entre abril y mayo (77 apagones con 375 horas sin suministro
eléctrico en abril), dejan de funcionar los sistemas de bombeo y se requieren
24 horas para reiniciar el proceso de presurización de las tuberías; e incluso
se han quemado 13 motores valorados en Bs. 17 millones. Esta situación es peor
en Caracas donde los desniveles son mayores y el proceso es más complejo.
Al
quedarse sin agua el embalse de Canoabo, se quedó sin agua el acueducto que
surte a Puerto Cabello y que surte también, vía una tubería de 20 pulgadas, a
la Central de Planta Centro, que es la central termoeléctrica más grande del
país. La situación está tan grave que han tenido que contratar un buque
tanquero con 4 millones de litros de agua para que la planta continúe
operativa.
Producto
de la sequía que los análisis de predicción climática previeron a partir de
mediados del 2014, Colombia suspendió el suministro de gas a Venezuela con la
finalidad de producir más energía termoeléctrica y proteger sus embalses. El
gas colombiano alimentaba las plantas termoeléctricas Rafael Urdaneta, Ramón
Laguna y Termozulia y además a la Petroquímica El Tablazo. Como Venezuela tiene
un déficit de gas de 2.970 millones de pies cúbicos diarios, Corpoelec se vio
obligada a alimentar las centrales con combustibles líquidos que también
escasean en el país.
Pero
lo más grave que está ocurriendo, es que por existir baja disponibilidad en las
centrales termoeléctricas, se ha venido sobreexplotando a Guri, que para el
viernes 15 de este mes se encontraba 21,17 m por debajo de su nivel máximo y
próximo a alcanzar el nivel más bajo del 2010. Cuando el embalse baja en estas
proporciones se pierde la carga hidráulica y baja la eficiencia de las turbinas
lo cual produce una reducción de 1.200 Mw en la generación.
Esta
baja disponibilidad de las plantas termoeléctricas y la sobreexplotación de
Guri han llevado a la crisis eléctrica actual, la cual ha sido analizada por
nosotros en los boletines 225 y 229. La situación es tan compleja que a pesar
de presentarse una demanda de 18.200 Mw, la cual es inferior en 600 Mw a la
demanda máxima del 2013, ha sido necesario racionar el suministro en ciudades
como Maracaibo y Mérida y se ha establecido un horario reducido para las
instituciones públicas. El nivel de agua de Guri ha bajado tanto, que la Torre-
Toma que alimenta el acueducto de Upata se ha quedado con las Tomas por encima
del agua. Han tenido que improvisar instalando balsas-tomas, operando a duras
penas; por lo cual Upata no tiene agua.
En
el caso del Sistema Tuy III del Acueducto Metropolitano de Caracas, para
conservar el nivel del embalse de Camatagua, hoy a una tercera parte de su
capacidad, se cerró la descarga del río Guárico que alimenta la represa del
Guárico. Al perder su principal fuente de agua, este embalse se secó y no habrá
agua para el riego de las siembras de arroz y otros cereales. Tampoco habrá
fertilizantes por la falta de agua y gas en El Tablazo.
Como
hemos visto, la operatividad de nuestro país está muy ligada a su
infraestructura y al manejo de la energía. La experiencia de los últimos 16
años ha sido catastrófica, a pesar de las inmensas sumas de dinero que han
entrado por la venta de petróleo. Mientras que en los 40 años de la República
Civil se construyeron 83 embalses, en los últimos 16 años solo se han terminado
solo dos. Somos el octavo país del mundo con mayores reservas probadas de gas
natural y el primero en América Latina, pero tenemos déficit de gas. Hemos
invertido grandes sumas de dinero en nueva generación termoeléctrica e
hidroeléctrica, pero con bajos resultados por contratar obras a más del doble
del valor del mercado internacional, y muchas de estas obras no se han
terminado o están paralizadas, como es el caso de la Central Hidroeléctrica de
Tacoa.
La
única salida para que se inicie un cambio político que nos libere de la
improvisación, la corrupción y el desorden administrativo que está destruyendo
al país, es votando en las elecciones parlamentarias para ganar la mayoría de
la Asamblea nacional y convocar una Enmienda Constitucional que active el Art.
341 de la Constitución Nacional, para reducir el periodo presidencial y
eliminar la reelección indefinida.
Eduardo
Páez Pumar
aipop@aipop.org
@epphm
@APOPTWITT
http://www.aipop.org/site/modules/mydownloads/singlefile.php?cid=19&lid=354
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