En
el imaginario popular, los hombres del petróleo que trabajaron en esta
actividad desde el inicio de la misma hasta el año 2002 eran
unos tipos prepotentes, que tenían sueldos muy altos, disfrutaban de grandes prebendas, con mentalidad extranjera y
encerrados en una cúpula indiferentes al acontecer nacional.
Después que se estatizó la industria petrolera en 1976, persistió esta
visión, con el agregado de que no
permitían que se escudriñaran las cuentas de Pdvsa, no acataban las directrices del Ministerio al
cual estaban adscritos, sin sensibilidad social
e incluso que invirtieron en refinerías en el exterior para evadir
cumplir con el fisco. Es decir, que unos
tipos que se consideraban sobrados
establecieron una caja negra y un estado dentro del estado.
Sin
duda que, como en todo grupo humano, había algunos prepotentes, que trataban un tanto despectivamente a
contratistas y que con tres palos entre pecho
y espalda hacían alarde de ser los mejores, pero eran un porcentaje insignificante. Puedo decirlo
con propiedad, porque durante muchos años trabajé en la Fundación Servicio Para
el Agricultor(Fusagri), organización que tuvo muchos convenios con las
petroleras. Es decir que no soy petrolero de formación y solo a partir de 1988
entré en la nómina de Palmaven, filial responsable de contribuir a una relación
más armónica entre la actividad petrolera y el medio rural donde se realizan
las operaciones.
Los
sueldos de los petroleros, fuesen obreros, secretarias, profesionales o
directores, eran el 75 percentil de los sueldos de las mejores empresas
venezolanas. La presencia en el interior de campos petroleros con
buenas viviendas y facilidades recreacionales fue algo imprescindible,
establecido por las compañías extranjeras,
para atraer personal calificado a zonas con poca infraestructura. A medida que el país se fue desarrollando,
gradualmente se fueron clausurando. La
queja de algunos de que cuando eran niños solo podían ver desde la cerca los
campos deportivos, no es culpa de los petroleros, sino de los gobiernos locales que no
construían esas facilidades. El monto de la jubilación no estaba indexado como
en el caso de otros organismos públicos y
muchos tuvieron que conseguir otro trabajo cuando la inflación se hizo
presente.
Los
señalamientos de que tenían mentalidad extranjera es una apreciación gratuita, quizá influida porque como grupo era
notoria su dedicación al trabajo, puntualidad y orientación al logro. En el
2002 demostraron que no eran insensibles a la problemática del país. En abril
dijeron sí a la meritocracia y no a la politización de Pdvsa; en diciembre se sumaron al paro cívico en
defensa de la democracia, que les costó
a miles de ellos el despido y la prohibición de trabajar en Venezuela.
Por otra parte, los planes, presupuestos y
resultados tenían que ser aprobado por el accionista, es decir el Estado,
representado por el entonces Ministerio
de Minas e Hidrocarburos. Existía una gerencia de auditoría interna y una
oficina delegada de la Contraloría General de la República. Las inversiones que
se realizaron en el exterior no fueron para evadir impuestos en Venezuela y el objetivo no fue
comprar refinerías, sino comprar mercados. La política de apertura, por medio
de la cual empresas privadas
participaron en el negocio fue una necesidad para poder aumentar la
producción, ya que las crecientes demandas del fisco impedían a la empresa
contar con suficientes recursos para realizar las inversiones requeridas.
Juan Chacín Guzmán |
La
semana pasada falleció un petrolero
ejemplar. Uno que contribuyó a que Pdvsa llegase a ser una gran empresa
al servicio de los intereses de la nación
y no de una parcialidad política. Un profesional que se destacó en el
exterior como presidente de la Gulf en Ecuador y que en lugar de seguir
ascendiendo en esa empresa en diferentes países, prefirió regresar a Venezuela.
Fue presidente de Corpoven y por mérito alcanzó la presidencia de Pdvsa. Fue
un hombre sencillo accesible a todos.
Una vez jubilado, nos acompañó como
asesor adhonorem a las reuniones de directiva
de Palmaven, ya que estaba convencido de que las petroleras tenían que llevar a
cabo programas de responsabilidad social para disminuir la brecha con el resto
de las actividades en el medio rural.
El
jueves pasado, extrabajadores petroleros de diferentes nóminas y
personalidades de la vida nacional despedimos por última vez al geólogo
Juan Chacín Guzmán, petrólero y gran
venezolano.
Como
en botica: En su Informe 2014 la Pdvsa roja reporta 172.824 trabajadores en Venezuela(incluidos
30.320 en actividades no petroleras) y
una producción de 2.785.000 barriles por día de crudo. Es decir que cada
trabajador solo produjo 16,1 barriles por día. En el 2001, la Pdvsa
meritocrática producía 47,1. A pesar de los fracasos en todas las empresas
del Estado, el energúmeno y algunos rojos piensan que podrían manejar la Polar. Nuestra solidaridad con Lorenzo
Mendoza ¡No más prisioneros políticos,
ni exiliados!
Eddie
A. Ramírez S.
eddiearamirez@hotmail.com
@eddieAramirez
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