lunes, 25 de mayo de 2015

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, AUTONOMÍA UNIVERSITARIA: TERROR DE DICTADURAS, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL

Deberá reconocerse que el proyecto revolucionario endilgado a través de engañosas, ofertas propias del más rancio populismo, le quedaron pequeñas a la sociedad venezolana.

AUTONOMÍA UNIVERSITARIA: TERROR DE DICTADURAS

Es posible que en Venezuela la soberbia, la prepotencia y la indecencia se hayan juntado para actuar en la búsqueda de criterios a partir de los cuales puedan articularse procedimientos que favorezcan la acción de gobernantes tiranos en contra del conocimiento. Pero no de cualquier conocimiento. Solo de aquel que procura fundamentar la verdad que aviva la conciencia del hombre que con su trabajo reivindica los derechos que avalan su dignidad, su libertad y su calidad de vida. Estas realidades, han anudado condiciones que exhortan la democracia como sistema político de una nación. En consecuencia, han amordazado la discusión de ideas sobre las cuales descansan los valores morales que requiere el hombre en su defensa ante las contingencias que le rodean, mucha mas que la incidencia de intereses que puedan resistirse a la adopción de enfoques claros y novedosos. Sin embargo en medio de tan persistentes contradicciones, la universidad venezolana no ha dejado de valerse de su autonomía para al menos mantenerse en el sitial que por ley le corresponde.

Justamente, es cuando ante el  rescate que a diario le plantea el concepto de autonomía universitaria, la universidad moviliza sus mayores y mejores esfuerzos para equilibrarse en medio del zarandeo que le propina cada decisión gubernamental. Mas, cuando la autonomía se observa como el requisito indispensable para la realización plena tanto de los derechos del hombre en medio de la sociedad civil, como de los objetivos de la Universidad. Es precisamente la razón por la que la condición autonómica de la universidad, se torna incomoda a los ojos del régimen.

Así que el régimen, apoyándose en la fuerza que le concede leyes amañadas o resoluciones giradas desde el Poder Judicial, incluso mediante decretos emitidos por el Ministerio de Educación Superior, hace gala de su superioridad y verticalidad, es decir de la intolerancia y de la negación del pluralismo político para atropellar el estoicismo que caracteriza a la universidad autónoma.

A decir del sentido y dirección de buena parte de las medidas a manera de argucias tomadas por el gobernante empeñado en maltratar a la Universidad, pareciera que lo que las mismas encubren tiene que ver con la reducción de la educación superior a un simple mecanismo de de reproducción de desigualdades. Además, la tendencia a ver en la labor académica un “complot” contra la autoridad ejecutiva nacional.

Esta situación ha facilitado un comportamiento institucional manejado por el temor de intervención que como amenaza, anuncian instancias del mundo gubernamental educacional. Aunque también, parte de dicha actitud se  halla relacionada con la manera con la cual el Estado venezolano ha venido introduciéndose en los más variados niveles de la estructura social y económica nacional. Por consiguiente, la postura de controlador que ejerce el Estado provoca reacciones que en poco o nada se ajustan al ordenamiento jurídico. De hecho, este estatismo, por demás desproporcionado, ha devenido en caras y negativas consecuencias encabezadas por la sustitución y anulación de la iniciativa de la sociedad por el control del Estado. A ello, naturalmente, se pliega la universidad toda vez que se ve confinada desde la menguada asignación de su presupuesto anual.

Sin embargo, no todo puede determinarse según esquemas de reactiva negatividad. O de radical pesimismo. La Universidad de Los Andes, ha hecho ver al país que bien sus doscientos treinta años de historia le han permitido demostrar la pujanza de las ideas de su comunidad al momento de darle forma y voz a la figura del Parlamento Universitario a manera de uniformar una protesta que de seguro será punta de lanza para  validar y valorar acciones que sacudan la sordera y ceguera del autoritarismo convertido en gobierno.

Deberá reconocerse que el proyecto revolucionario endilgado a través de engañosas ofertas propias del más rancio populismo, le quedaron pequeñas a la sociedad venezolana. El enorme tamaño del aparato estatal no pudo seguir controlando la creciente complejidad de la sociedad y de sus instituciones. La Universidad autónoma así lo entendió, razón por la cual vio la necesidad de arreciar en su llamado a concienciar la libertad como razón de ser de una Venezuela democrática, capaz de motivar sus capacidades en aras de un futuro cierto y promisorio.

Deberá también saberse que la sociedad venezolana no esta inerme, así como tampoco es indiferente a los cambios que la actual crisis pone de manifiesto. Asimismo, su Universidad cuya capacidad de adaptación comenzó a evidenciarse. Sobre todo, cuando hay conciencia del temor que vive todo régimen cuando encarna el  despotismo. O como arriba se apunta: autonomía universitaria, terror de dictaduras.

VENTANA DE PAPEL

UNIVERSIDAD Y DESARROLLO

El problema de la Universidad en su relación con el desarrollo, ha adquirido una complejidad creciente. Es indiscutible advertir los cambios que han ocurrido al interior de la institucionalidad universitaria para comprender que ya no es posible considerar las mismas variables políticas de otrora. O las variables económicas a partir de las cuales llegaron a establecerse procesos que definieron el papel de la universidad en la sociedad.

Los procesos que ahora determinan a la Universidad en su particular vinculación con los actores que movilizan al país político y económico, son dinámicamente diferentes. Se ha venido notándose una animadversación en contra de los valores que tiene la universidad, causa ésta que ha des balanceado la concepción de Universidad. Pero, contrario a la intención que subsume cada medida gubernamental, el efecto es un tanto positivo. Aunque no como debería suceder. En la mitad, se ha derivado un problema de dirección de la educación superior que en principio debió ser corregido mediante políticas públicas elaborados con el pundonor y conocimiento necesario de las realidades susceptibles de afectación.

Por otro lado, tal asincronía obliga a la Universidad a nivelarse a lo interno. Para ello, luce pertinente entender la necesidad de alcanzar ajustes del sistema educacional en el contexto de un mundo en donde el cambio que incide sobre diversas esferas de la vida humana, igualmente debe recogerse y acometerse sobre las tareas que el susodicho sistema desarrolla en el plano del liderazgo, supervisión, coordinación, planificación y evaluación. Es lo que que se percibe al observar la intrínseca relación entre universidad y desarrollo.

UN PELIGROSO TSUNAMI

Los efectos del perverso populismo que tiene maniatado al país, han dejado ver su carácter maligno a través de un comportamiento totalmente descalabrado de la economía. Aunque el problema tiene distintas lecturas, gravita la de un ejercicio torcido de la política revolucionaria. A decir de lo que se cuela en los corrillos, el miedo de la defenestración, sumado al de la conspiración, son los factores que terminaron por deformar la ya menguada y débil economía nacional.

Su precariedad, fundamentada en dinero descompensado e inconsistente, se ha visto doblemente golpeada a través de desproporcionadas acciones de cambio monetario. O sea, acudiendo a la adquisición desmedida de divisas para soportar oscuras  intenciones. Tan intempestivas decisiones, causadas por intereses politiqueros, desequilibró el mercado en solo un día. Razón ésta  que explica el duro golpe que recibió el mercado cambiario para que el pasado jueves el país amaneciera profundamente compungido ante tan severa realidad económica.

El precio del USA dólar, se disparó groseramente sin que hubiese alguna explicación gubernamental que soliviantara el revuelo creado. Casi puede decirse que el país está a orilla del despeñadero. O en la antesala del colapso al que lo arrastró el socialismo, dador de miseria. Todo ello se ha suscitado en medio de una situación en la que la economía venezolana actúa como un peligroso tsunami.

"La autonomía es para la libertad, el fuego cuyo calor permite moldear el barro del cual surge la forma y expresión de objetos que representan la vida como la creación del conocimiento para la universidad"

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

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