sábado, 4 de abril de 2015

ANDRÉS HOYOS, EL POLVORÍN

Si hay algo que con seguridad uno no encuentra en la residencia oficial del primer ministro de Israel es un tapete persa. El lugar se llama Beit Aghion y más sex appeal tiene un Zastava.

Para seguir viviendo allí, Benjamín Netanyahu recurrió a todos los trucos rastreros que hay en los libros e incluso se inventó un par más. Afrentó a Obama en su propia casa, lanzó insultos racistas contra la minoría árabe de su país, insistió en que los palestinos no tienen otra salida que la sumisión perpetua a su versión del apartheid sudafricano y, muy en particular, agitó la amenaza que a sus ojos representa Irán para el mundo, o sea, para su visión del mundo. Al final Bibi ganó las elecciones el pasado martes, si bien por el camino fomentó los peores instintos de sus compatriotas.

Las negociaciones sobre el tema nuclear entre Irán y el grupo P5+1, liderado por Estados Unidos, están en lo más álgido. La nueva fecha límite es julio de este año. Netanyahu sugirió ante el Congreso de Estados Unidos que hay que patear la mesa porque al poco rato Irán entraría en pánico y se rendiría.

Esto es —y él lo sabe— demente. Sotto voce dijo que quizá sería posible un compromiso distinto pero, claro, si Irán no acepta uno menos estricto ya ofrecido, ¿qué le hace pensar que aceptará uno más estricto? ¿Simplemente porque él lo dice?

Los anales del realpolitik dictan otra cosa: de no haber acuerdo, la relación entre Estados Unidos e Irán se deterioraría a marchas forzadas y el resultado más probable sería una guerra muy peligrosa, que sólo les conviene a los países petroleros por cuenta del salto que daría entonces el precio del crudo.

Ya están saliendo a la luz en Estados Unidos los halcones de siempre que dicen que una guerra contra Irán sería apenas asunto de unos cuantos bombardeos de precisión. ¿No hemos oído eso antes? Sí, pero la mentalidad hollywoodense, según la cual la guerra es una suerte de juego electrónico con explosivos de verdad, ha permeado la mentalidad de muchos americanos.

No ven, porque no quieren, la calamidad que sobrevino tras la guerra de Bush contra Sadam Hussein. De acuerdo, el dictador está muerto, pero a cambio quedó una región en caos con un nido de alacranes llamado el Estado Islámico, para no hablar de que el cáncer terrorista está haciendo metástasis en los propios países occidentales. En fin, aunque hay guerras inevitables y hasta necesarias, no hay guerras sin consecuencias nefastas.

Irán, con sus 80 millones de habitantes y sus 1’650.000 kilómetros cuadrados de extensión, es un bocado demasiado grande para Israel, así el Estado judío tenga las fuerzas militares más potentes de la región. Además, está a 1.780 kilómetros de distancia, lo que hace casi imposible atacarlo por sorpresa, a menos que... No, eso ni lo pensemos.

El ayatola Alí Jamenei, líder supremo de Irán, es un zorro viejo enrazado de fanático. No tenemos manera de saber hasta dónde van sus fantasías teocráticas y hasta dónde su pragmatismo. Dos escenarios se perfilan como posibles: 1) Irán firma un acuerdo nuclear razonable, en cuyo caso Netanyahu se verá arrinconado, 2) Irán no firma y entonces una guerra en su contra podría estar a uno o dos años de distancia. La primera opción es de lejos preferible, así la humillación de Netanyahu implique que se desaten en Israel posibles convulsiones internas en extremo peligrosas.

Lo dicho en otra ocasión: prefiero los líos de mi terruño.

Andres Hoyos
andreshoyos@elmalpensante.com
@andrewholes

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD, VENEZUELA, INTERNACIONAL, NOTICIAS, ENCUESTAS,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.