¿Ya
estamos en el camino de borrar de nuestras memorias los asesinatos de Kluiberth
Roa y Rodolfo González?
El
lunes, 23 de marzo del 2015 celebraremos el foro “Partidos, Asesinatos Y Presos
Políticos En Venezuela Actual” en Sala E de la UCV a las 2 PM con la participación
de José Vicente Haro, Jackeline Sandoval, José Luis Tamayo y Familiares de los
Presos Políticos, como ponentes.
NECESARIO
CONDENAR LA PRÁCTICA CRIMINAL
DE
ESTA DICTADURA MILITAR-POLICIAL-CIVIL
El
debate y la acción correspondiente es un
compromiso para todo aquel que asuma y mantenga una posición de enfrentamiento
a esta dictadura militar-policial-civil que hoy ejerce su dominio sobre este
expaís.
Y
quien se ubique en esta perspectiva debe colocarse en la dirección que le
permita condenar la práctica criminal
que se hizo evidente ayer y que se
reproduce o mantiene hoy. Es el
asesinato vigente aún como una de las prácticas utilizadas por el Estado
represivo-delincuente para enfrentar, controlar o liquidar enemigos políticos
que traspasan todos los límites de lo permitido.
Y
en esta dirección es particularmente amplio el registro de la muerte política
en esta Venezuela vista y tenida como independiente, republicana y soberana.
Son muchos los crímenes abiertos y
escondidos. La lista va desde los supuestamente “ajusticiados por la causa
patriota” hasta la muerte 8610, decretada por el régimen que formalmente preside
Nicolás Maduro, a través del Ministro de la Defensa Vladimir Padrino López el
27/01/15.
En
San Cristóbal, el 24/02/15 cae la primera víctima de esta medida para controlar
con armas las manifestaciones de protesta. Es un niño de 14 años, Kluiberth Roa, a quien se
le dispara con balas a pesar de que ni siquiera formaba parte de los
manifestantes. De inmediato las fuentes oficiales señalaron que “sobre el
funcionario policial que le disparó al niño recaerá todo el peso de la ley”. El
permanente discurso utilizado a la hora de los mismos asesinatos.
Muertes
que, en estos tiempos 8610, se siguen registrando en nuestras cárceles, cada
vez en un ambiente más triste, doloroso
y represivo, como lo evidencia el caso de Rodolfo González. Según las fuentes oficiales,
se trata de otro suicidio. Pero en la realidad todo apunta hacia el caso del
suicidado. Rodolfo González fue asesinado con la aplicación de mecanismos que
no son nada nuevos en la maquinaria de terror de este Estado. Al menos esto lo
mantendremos hasta el momento en el cual
las “autoridades competentes” demuestren lo contrario.
EL
ASESINATO POLÍTICO HA ESTADO PRESENTE
A
TRAVÉS DE TODA NUESTRA HISTORIA
Y
esto nos lleva a recordar algunos casos del pasado asesino de este Estado ahora
en “transición hacia el socialismo del siglo XXI”. En cuanto a las
cárceles, se ha colocado, por una parte,
la “muerte común” y por la otra los “accidentes políticos”, sólo reconocidos
como asesinatos cuando la fuerza del acto deja huellas imborrables como ocurre
con Jorge Rodríguez, muerto en los calabozos de la Disip en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez,
en julio de 1976, luego de la aplicación
de las más profundas torturas.
La
primera versión de la muerte expuesta
por el ministro del interior Octavio Lepage fue impresionante: muerte
repentina. La autopsia puso en claro que se trataba de un asesinato en el
aparato de torturas del “gobierno democrático” de CAP.
DE
LOS ASESINADOS POR GÓMEZ A LOS SUICIDADOS
POR
LOS GOBIERNOS DE LA LLAMADA DEMOCRACIA
En
tiempos de Juan Vicente Gómez se refirió la tortura y el asesinato político
como mecanismos inscritos en la rutina policial. Y hubo casos que aún alarman.
La muerte del poeta Alcides Losada se produce supuestamente a raíz de una
enfermedad contagiosa ante la cual no se le prestó los auxilios necesarios.
Hasta este punto la explicación tiene rasgos de admisible.
Pero
cuando se señala que debido al tipo de mal que acabó con esta vida fue
necesario desaparecer el cadáver de manera inmediata, surgen muchas
interrogantes. Sus restos no fueron entregados a los familiares ni se les dio
sepultura. Todo apunta a que fueron lanzados al mar. Su compañero de rutas
poéticas, políticas y carcelarias Pío Tamayo dijo entonces que esta muerte le
produjo el mayor desgarramiento que había recibido en su vida.
En
la Cárcel Modelo muere el 27 de mayo de 1965 el dirigente del PCV Luís Emiro
Arrieta y el 27 de marzo de 1967 en el
Cuartel San Carlos el capitán Manuel Ponte Rodríguez. En estos casos hay un
elemento común: no recibieron el auxilio necesario y oportuno.
Pero
a la hora del fallecimiento de José Gregorio Rodríguez en mayo de 1962 en la
Digepol, Los Chaguaramos, no se habla de enfermedad. Las fuentes oficiales en
forma inmediata señalaron que se había
suicidado. Como un “suicidio involuntario” lo calificó Carlos Andrés Pérez.
Todas las huellas dejaron claramente establecido que se trató de un suicidado.
Otro asesinato carcelario.
DE
FABRICIO OJEDA A RODOLFO GONZÁLEZ
EL
MISMO ASESINATO
El
21 de junio de 1966 el gobierno de Raúl Leoni anuncia el suicido por
ahorcamiento del exdiputado de Unión
Republicana Democrática y excomandante guerrillero de las FALN Fabricio Ojeda.
A lo largo del período quedó establecido que el expresidente de la Junta
Patriótica que actúa en el derrocamiento de Pérez Jiménez, fue suicidado. Como
mínimo se creó el escenario de la presión-cerco psicológico que pudo
llevarlo a una situación de desespero e irracionalidad que hiciera
posible el acto mortal. Un específico
caso de suicidado-asesinado.
Y al hablar de los suicidados en las cárceles
es absolutamente inevitable recordar el
terrible proceso de Franklin Brito. Su protesta contentiva del reclamo de lo que
consideró justo, fue cortada en forma represiva el 13/12/09 cuando en plena
madrugada, una comisión policial se presenta a las afueras de la sede de la
OEA, donde realizaba huelga de hambre, y
lo llevan a la fuerza al Hospital Militar.
Allí
siguió FB su lucha. Ahora pedía su libertad en un hospital convertido en cárcel para un hombre que se
sabía no cedería en las exigencias de lo que consideraba justo. Pero para el
régimen de Hugo Chávez era necesario apagar esta protestas porque el Estado
revolucionario no podía ceder. Esta tragedia de Hospital por Cárcel terminó el
30/08/10 con la muerte de Brito.
Y
la llamada revolución de Chávez se atrevió a secuestrar hasta la muerte a
Franklin Brito porque tenía la convicción de que no se alzaría ningún movimiento
político partidista a protestar por la
muerte ya decretada en su contra. Se sabía que la única solución para FB era
devolverle lo que en justicia reclamaba pero el Estado de fuerza no podía
sentar un precedente de este tipo.
Por
ello decide el secuestro-asesinato. Y ni siquiera al producirse la muerte de
este luchador hubo manifestaciones organizadas de protesta. Sólo se levantaron
voces aisladas. Por ello sostuvimos y sostenemos que todos matamos a Franklin
Brito. Y esto es algo duro y trágico: la comunidad político-partidista, los
medios de comunicación formaron parte de la complicidad que asesina a FB.
También este silencio militó al lado de las balas criminales.
Y
en esta dirección, en tiempos
socialistas del siglo XXI, se sigue
suicidando. Ahora es el momento de Rodolfo González, un hombre de 64
años a quien se le acusa de ser uno de los grandes promotores de las llamadas
guarimbas del 2014. Nada se le pudo probar pero si se le mantuvo todo tipo de
presión psicológica, una de las cuales y la más comentada, era la amenaza de
trasladarlo a una de las tantas cárceles de alta peligrosidad.
NO
ES MENOR LA TRAGEDIA DE LOS PRESOS POLÍTICOS
Y
al lado de este trágico panorama está el de los presos políticos. Una situación
que ha llegado a exhibir el máximo desprecio de la condición y de los tantas
veces nombrados derechos humanos. El régimen, esta revolución
dictatorial-militar-policial-civil ha entendido permanentemente que necesita la
confrontación, enemigos que hagan el papel de agentes de la maldad y que por
esa vía destaquen a sus contrarios los grandes actores del mayor de los
bienestares, los llamados revolucionarios.
ESTA
DICTADURA REVOLUCIONARIA HA PROFUNDIZADO
LA
REPRESION Y LA PERSECUCION
Esto
hace posible que se exacerbe y profundice la vocación represiva, la
persecución. Es la respuesta a la práctica de unas oposiciones que no alcanzan
a entender el cuadro actual de una política gubernamental dirigida a
profundizar una dictadura, a pesar de mantener en alto la capa de una
democracia electoralista, plenamente conformada y controlada para
garantizar, junto con la tarifa
populista pro electoral, la estabilidad
y el propio curso de esta revolución.
EL
MISMO SECUESTRO POLÍTICO APLICADO POR LOS REGÍMENES DE FUERZA
El
aparato represivo, visto a partir de la persecución y los presos debe ser
mantenido en alto. Y a esto hay que agregar los más despreciables vejámenes que
se ponen a andar. Numerosos los señalamientos que pueden hacerse al respecto.
Es la violación del tantas veces nombrado debido proceso y el retardo judicial.
Un
año después de la detención del dirigente Leopoldo López de Voluntad Popular no
hay acusación concreta. Antonio Ledezma, apresado hace ya un mes, seguramente
lo harán transitar igual camino. Es el mismo secuestro político que ha sido
aplicado en todos los regímenes de fuerza. Y se hace evidente que hoy habrá
necesidad de registrar que el descaro, el abuso y la tortura psicológica logran
un considerable desarrollo.
Desde
el propio inicio de la detención de López, Nicolás Maduro lo señaló como
responsable de los peores crímenes. Él como jefe de todos los poderes, tiene la
potestad en materia penal de señalar las responsabilidades que quiera. Por ello
ha calificado al líder de VP como “El Monstruo de Ramo Verde” y al Alcalde
Ledezma como “El Vampiro”. Dos peligrosas especies de criminales que deben,
tienen que ser condenadas.
Esta
es una actuación que, al menos en su
forma, no fue asumida por los dictadores Juan Vicente Gómez o Marcos Pérez
Jiménez. Esto evidencia claramente el nivel en el cual se encuentra la llamada
administración de justicia en este expaís. Y dice a la vez también de la
inexistente presencia, como entidades reales, en política-acción, de los
partidos políticos opositores.
DE
PRESOS POLÍTICOS A POLÍTICOS PRESOS
La
situación es cada vez más preocupante. Hay un creciente clima de inseguridad en
cuyo contexto se inscribe la situación carcelaria cuyo rasgo fundamental es la
muerte permanente, impuesta a los presos comunes. Junto a ellos se coloca a los detenidos por presuntos
delitos contra la seguridad del Estado.
Y
es que lo que se calificó como presos
políticos a lo largo del período llamado ‘democrático’, la revolución
bolivariana lo cambió por políticos presos. Con ello quieren decir que son
otros actores de delitos comunes. Es una manera de tratar de desjerarquizar a
quienes se han ocupado de luchar por el logro del poder político.
Y
es de allí de donde emana que Leopoldo López sea simplemente “El Monstruo de
Ramo Verde” y Antonio Ledezma “El Vampiro de Ramo Verde”. Y allí deberán
permanecer hasta que el régimen militar-policial-civil lo juzgue conveniente.
AQUÍ
LA ÉLITE DE FUERZA-PODER LO PONE
Y
DISPONE TODO
Y
a estas alturas, por desgracia, se aprecia un
dominio total de la situación por parte del oficialismo. El Estado de Derecho aquí es una referencia que
corresponde a otros tiempos. Y la ausencia de instituciones es cada vez más
sensible. La élite de fuerza-poder lo pone y dispone todo.
Y
las oposiciones refieren en el paso de los días menos significación en el
cuadro político, económico, social, militar e institucional. ¿Cuál será
entonces el recorrido presente y futuro de esa institución que se llama asesinato
político? ¿Quedará impune el crimen de un niño, Kluiberth Roa, víctima del
Decreto 8610, ya materialmente olvidado? ¿Olvidaremos pronto a Rodolfo
González, como ha ido quedando relegado al pasado el asesinato de Franklin
Brito?
CÁRCEL
PARA QUIEN NO SE PLIEGUE AL PENSAMIENTO Y ACCIÓN OFICIAL
¿Cuál
será el futuro de los presos políticos?
¿Seguirá el ejercicio de la persecución, la intimidación de la maquinaria
estatal contra toda expresión abierta que manifieste disidencia con el
pensamiento y posiciones oficialistas? ¿Habrá cada vez más cárcel para quien no
se pliegue al pensamiento y acción oficial? ¿Y seguirá aquí la indolencia e
indiferencia con respecto a los presos de este Estado delincuente?
¿QUIÉNES
IMPULSARÁN NUEVAS POLÍTICAS?
¿Continuará
la sentencia de que la preocupación por los asesinatos políticos y presos llega
hasta los familiares, ONGs y personalidades que se ocupan del asunto? Y quien
actúa de esta manera ¿estará capacitado y autorizado para impulsar y emprender
nuevas formas de actuación en el campo político?
Coordinadores
del foro
Agustín
Blanco Muñoz / Mery Sananes / Danielita Barrolleta
Tlfs 605 2536 / 605 2563 / 0416 638 7320 / 0414 333
6515
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Agustin
Blanco Muñoz
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