sábado, 28 de marzo de 2015

SAUL GODOY GOMEZ, LA PERVERSION DEL SOCIALISMO,

La mayoría de los socialistas que conozco se quedan en la parte “bonita” de la ideología, esa que le robaron al cristianismo y que habla de la solidaridad, de la justicia, de la igualdad y del amor entre hermanos.

Se trata de personas básicamente buenas, con sensibilidad social, no me siento muy diferente a ellos, creen en el trabajo, algunos son empresarios exitosos, tienen buenas familias y un patrimonio que han obtenido por el esfuerzo honesto, les preocupa la inseguridad, la inflación, los retardos para conseguir los dólares por parte del gobierno, algunos tienen hijos viviendo y estudiando en el imperio.

Muchos de estos socialistas son chavistas porque se saben parte de un grupo ganador, que conforman (según ellos) una “mayoría política” y sienten que están mandando; combinando el socialismo y el chavismo estos venezolanos creen que una bota militar y una agenda social puede imponer las soluciones necesarias a los males del país.

Lo que el 90% de los socialistas y chavistas ignoran (a veces haciéndose los locos) es que la ideología que comparten es, en primer lugar, perversa, ya que para lograr sus objetivos políticos se montan sobre el tema de la miseria humana y trafican con ella como si fuera moneda de cambio, y que a mayor poder político acumulado, mayor se hace la intolerancia hacia la democracia.

El socialismo pesca en el mar de las necesidades insatisfechas de los débiles y menesterosos, se alimenta de la esperanza de los sectores más vulnerables de la sociedad, de los que no pueden hacerse cargo de sus propias vidas, para ellos: promesas de un mundo mejor, discursos para cuando los pobres sean dueños del poder, con estos ofrecimientos los socialistas no sólo desean alcanzar el éxito electoral, sino cambiar al hombre destruyendo su individualidad y haciéndolo un colectivo, un hombre masa, y una vez logrado esto, mantenerse en el poder a fuerza de más promesas y falsificaciones de la realidad.

¿Por qué necesitarían falsificar la realidad? Porque un estado manejado por ignorantes, oportunistas, militares, analfabetas, buhoneros y extranjeros solo tiene un resultado posible: el fracaso, el caos, la corrupción y la violencia, y una vez que tienes a la sociedad en crisis necesitas negarla, buscar un culpable que no sea el socialismo, esquivar toda responsabilidad personal, para ello entonces se crean guerras económicas y una oposición golpista.

Uno de los aspectos más notorios y necrófilos de crear una realidad aparte, es el abuso de la imagen, discursos y entrevistas del difunto Hugo Chávez, a quien desean convertir en pararayos de todos los problemas, transmitiendo por los medios de comunicación sus alocuciones grabadas en vida, como si quisieran convencer a la gente que el hombre no está muerto y que todavía acompaña a esta estrambótica revolución.

Los socialistas viven de sueños rotos, de las desgracias ajenas, de las desigualdades o de lo que es lo mismo, de las asimetrías… y cuando digo viven de, entiéndase, las necesitan, se nutren de ellas y lo peor que pudiera pasarle a un sistema socialista, es que esas desigualdades desaparecieran.

Jamás le crean a un socialista si les dice que van a solucionar o disminuir el problema de la pobreza, si lo hicieren no tendrían razón para vivir, sería como ese hombre cuyo negocio es vender pipetas de aguas, de puerta en puerta y de pronto le construyen un acueducto al barrio, se arruina porque su negocio desaparece.

Los socialistas y sus gobiernos lo que hacen es provocar más miseria e inseguridad, arruinan las economías, persiguen a quienes producen, les roban sus propiedades y obligan a la población a depender del Estado, a vivir de los discursos de sus políticos que lo que hacen es seguir prometiendo un mundo mejor, y pasan los años y el paraíso no llega.

El socialismo no puede hacer el cálculo económico porque no tiene sistemas de precios reales, no sabe cuánto cuestan las cosas porque ha sustituido al consumidor y al mercado libre por su sola voluntad, la demanda y la oferta no se equilibran porque el estado interviene imponiendo precios y cuotas irreales, regula salarios, tarifas, ganancias, precios de materias primas, transporte, etc.  Bajo esta visión de la economía es imposible producir, competir y menos aún, prosperar.

Mientras tanto, esos políticos socialistas viven a cuerpo de rey, con privilegios, grandes sueldos, rodeados de lujo, de guardaespaldas, mientras le exigen sacrificios al pueblo que espera pacientemente a que un día les toque la oportunidad a ellos.

Pero además de perverso, el socialismo es inhumano, porque pretende hacer del hombre algo que no es, la función de los gobiernos socialistas es quitarle la cualidad de personas a la gente, suplantar al individuo por la colectividad, al yo por el nosotros, a la familia por la comuna.

El egoísmo, esa cualidad que según muchos biólogos y expertos en el comportamiento humano, es lo que le proporciona al ser humano capacidad de sobrevivencia, de triunfo sobre las adversidades, el egoísmo es lo que hace que cada persona sea diferente, con una personalidad distinta, con motivaciones e intereses propios, eso es lo que los socialistas quieren acabar, y para ello atacan a la propiedad privada, a la intimidad de las personas, a su necesidad por estar informado.

El Estado es convertido por los socialistas, no en una creación cultural del hombre para servir a la sociedad, para darse un gobierno cuyo objetivo sea el interés general, sino en un Dios que amerita pleitesía y adoración por parte de los ciudadanos, se trata de un horrible constructo que por medio del terror y la dádiva, exige ser servido.

El Estado socialista debe ser visto como un monstruo devorador de almas, con una burocracia insensible y déspota que se encarga de administrar la miseria, que todos permanezcamos en estado de dependencia y que nada podamos hacer sin antes tramitar permisos, pagar extorciones y suministrar información.

Los socialistas pretenden suplantar la iniciativa individual por las necesidades grupales, para ello igualan a todo el mundo con el más ignorante, desposeído e inútil de la sociedad, desconociendo méritos, habilidades, esfuerzo y talento, de allí a que cualquiera pueda pretender ser médico, canciller, comunicador social, banquero, general o presidente, por esto es que tenemos como presentadores de televisión en el canal del estado, a todos esos idiotas morales cuyo única tarea es justificar la violencia, el terror y la muerte.

Por eso es que las sociedades socialistas se derrumban en medio de un baño de sangre y de terribles hambrunas, se convierte en un estado policial donde todo ciudadano es sospechoso de traición, cuando la ignorancia y la superstición se hacen de un país, nada importa sino el contento del líder y la felicidad irracional de la turba que lo apoya, la clave del socialismo es convertirse en un estado interventor, fuerte y autoritario, todo lo contrario a lo que espera una sociedad democrática y libre.

Manipulando los peores y más bajos sentimientos del hombre como son la envidia y el resentimiento, los socialistas venden su ideología tras la siniestra fachada de “Justicia Social” que nada significa sino promesas vacías, y que se traduce en su más embrutecedor canto: Patria, socialismo o muerte.

Por su misma condición revolucionaria y anti imperialista, se convierte en una amenaza internacional, tratando de desestabilizar otros gobiernos que no le son afines, interviniendo en sus asuntos internos de manera ilegal, buscando confrontaciones con vecinos, apoyando la subversión, el narcotráfico y el terrorismo.

Los objetivos estratégicos del estado socialista bolivariano es lograr, por medio del chantaje y el financiamiento ilegal, el control del mayor número de organismos regionales multilaterales en Latinoamérica, con el fin de proteger y defender su política de violación sistemática de derechos humanos y desmantelamiento de la democracia tan necesario para sus fines.

El modelo socialista ha fracasado una vez más, lo que estamos viviendo ya ha sucedido en otros países y en otros tiempos, el chavismo lo que ha hecho es “tropicalizarlo”, hacerlo más cruel e ineficiente, esto lo logra por medio de procesos constituyentes, la implantación de leyes habilitantes, creación de estados de excepción y un intervencionismo de la sociedad civil.

Por último, no hay socialismo inocente, o inofensivo, todos los socialismos (mixtos, humanistas, tercera vía, progresistas, etc.) tienen en su ADN la semilla del totalitarismo, y que se manifiesta en la necesidad de un estado fuerte, centralista y militarista para lograr sus propósitos de justicia social. – 

Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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