miércoles, 25 de marzo de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, EL GOBIERNO DE CAÍN,

Baruch Spninoza tiene unas observaciones sobre el Estado y la política que quisiera analizar con ustedes, en su obra Tratado Político dice lo siguiente: “Por consiguiente, un Estado… para que pueda mantenerse, sus asuntos públicos deben estar organizados de tal modo que quienes lo administran, tanto si se guían por la razón como por la pasión, no puedan sentirse inducidos a ser desleales o actuar de mala fe. 

Pues para la seguridad del Estado no importa que impulse a los hombres a administrar bien las cosas, con tal que sean bien administradas. En efecto, la libertad de espíritu o fortaleza es una virtud privada, mientras que la virtud del Estado es la seguridad.”

La idea es sencilla pero de profundas connotaciones, todo Estado debe asegurar su continuidad y supervivencia, no importa quién lo gobierne, para ello se establecen las constituciones, la separación de los poderes, los principios de responsabilidad y rendición de cuentas, el de participación y de libertades públicas para que los ciudadanos actuemos en procura de la integridad del Estado y la paz de la república.
Pero los revolucionarios bolivarianos descubrieron la puerta trasera para desbaratar este plan de defensa y fue la de proponer una constituyente, con ello obtenían el “borrón y cuenta nueva” que les hacía posible varias cosas, saltarse los controles previos y posteriores, asegurarse la inclusión de elementos disgregadores dentro de la carta magna como son los conceptos socialistas y revolucionarios del nuevo Estado, pero,  por inexperiencia o por resistencia de legisladores consientes, las “cabras”, que le darían la posibilidad de ganar el poder absoluto y el Estado para ellos, no pudieron meterlas en el corral del texto constitucional.
Estos procesos constituyentes ahora son usados como armas socialistas para la toma del poder en los países, para reordenar la institucionalidad e introducir elementos ideológicos favorables a sus causas, entre ellos asegurarse las reelecciones indefinidas.
El segundo ariete que usaron para llevar al país al caos fue el secuestro de los poderes públicos, sobre todo el Poder Electoral, rediseñado de acuerdo a sus necesidades para garantizarles el predominio de los comicios que se realizarían, el Tribunal Supremo de Justicia para que legitimara cada acto de dominación política sobre la nación, la Fiscalía, la Contraloría, la Defensoría del Pueblo para usarlas en contra de la disidencia y ocultar la corrupción y el abuso de poder.
Pero fue con el control absoluto de la Asamblea Nacional y el uso de las leyes habilitantes lo que logró configurar de manera formal y legal el peor acto de injusticia que se le pueda hacer a un pueblo, investir al tirano de todo el ropaje democrático e institucional para presentarlo al mundo como lo que no es, un mandatario bueno y justo que es respaldado por su pueblo.
Afortunadamente, Hugo Rafael Chávez Frías, nuestro tirano disfrazado de demócrata se puso él solito en evidencia, el mundo entero terminó por descubrir la impostura de un terrorista que se había hecho postular, incluso, para recibir el premio Nobel de la Paz.
No importaron sus supuestos actos de amor cristiano para con otros países a costa de la miseria de su propio pueblo, o sus discursos encendidos por la “Justicia Social” o que se metiera a mercader de secuestrados de las FARC, al final se descubrió su injerencia en la vida política y social de otros países, su apoyo al narcotráfico y al lavado de dinero, apareció la red siniestra de subversión y crimen internacional que había tejido haciéndose pasar por Fray Bartolo.
Estos desmanes, que son ahora políticas de estado del chavismo, trajeron como consecuencia que el gobierno de Nicolás Maduro ande ahora huyendo hacia delante, gritándole ladrón a todo el que pase a su lado, mientras ya no puede ocultar todas las carteras que se ha robado, con sus cuentas bancarias en Suiza, en España, en Andorra y otros paraísos fiscales, traspasando bienes de un país a otro para que no lo embarguen por maula, dejando a su paso una estela de demandas, denuncias, acusaciones, investigaciones, las unas más graves que las otras, y por si fuera poco, estos revolucionarios sinvergüenza, andan declarándole la guerra a medio mundo, molestos,  por que los descubrieron en sus tropelías.
Pero volvamos a nuestro análisis, ¿que nos está dejando esta revolución socialista y militarista?
Pues un Estado que no puede mantenerse debido a que es incapaz de sustentar su propia seguridad, que tiene al hampa como los dueños de la calle, que tiene a sus policías infiltradas de asesinos, que las armas de la república que tiene en custodia, aparecen en manos de colectivos armados, y lo peor que anda en la búsqueda de un conflicto armado con otros países para tapar su creciente impopularidad.
Un gobierno de estas características, está violando la regla fundamental de la vida que no es otra que la auto preservación, si ya tienen comprometida a PDVSA, nuestra principal empresa petrolera en manejos ilícitos ¿Qué nos queda? 
Esto es grave, significa que el Estado, por medio del gobierno socialista, en su huída al nihilismo más espantoso, está dispuesto a la ruina de su población y a ejecutar nuestra extinción.
Y es en este punto que requiero de toda su atención amigo lector, no nos queda sino concluir que tenemos un gobierno que utiliza al Estado venezolano para hacerles daño a sus ciudadanos, y no contento con esto, pretende que creamos que lo hace por nuestro bien y que estamos obligados a agradecerles todo ese perjuicio que nos causa, que debemos apoyarlos, que ellos son los patriotas y que la razón y la justicia está con ellos.
Las pregunta son: ¿Vamos a dejar que nos arruinen y nos maten sin hacer nada? Ante la naturaleza depredadora del chavismo ¿Es el voto nuestra mejor arma? Frente a la vergonzosa acción de Maduro de estar pasando coleto con nuestra dignidad ¿Vamos a seguir permitiéndole ese abuso?
Esto tiene sus consecuencias, lo que estamos presenciado, con la campaña de desinformación que el gobierno sostiene en los medios de comunicación, fomentando enemigos imaginarios, conspiraciones inventadas, guerras económicas, magnicidios, es a un gobierno que no le importa hacer el ridículo en el mundo, mientras se descubren sus nexos con el narcoterrorismo, sus corruptelas e injerencias en la política de otros estados financiando partidos y campañas políticas, sin importarle exponer al país a un aislamiento, a sanciones internacionales y Dios no lo quiera, a un conflicto armado.
Ya hace tiempo dejamos de ser una democracia para convertirnos en otra cosa, algo inmoral, ridículo y falso, los que piensan que estamos ante personas razonables, ante venezolanos responsables y nacionalistas lamento decirles que están  equivocados, esta gente no tiene nada que ofrecernos para la vida, menos aún para una sociedad organizada y viable.
De acuerdo a la carta de suicidio de este régimen nos está dejando, llegó la hora de la ordalía, de incendiar al país, de crear las condiciones para una hecatombe social dejándonos sin atención medica, sin comida, sin seguridad… porque para estos revolucionarios, al no lograr el Estado Terrorista que querían, al prever la inmensa corrida de sus partidarios y clientes , ante el fracaso de su modelo e ideología, andan encerrando a nuestros líderes políticos en sus mazmorras, autorizaron las ejecuciones con armas de fuego de nuestros estudiantes y decretaron la temporada del exterminio en contra de los venezolanos, para ellos, eso es vencer.-
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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