La pasividad de Venezuela frente a las
actuaciones de Guyana en relación con la zona en reclamación y la plataforma
continental de Venezuela es una demostración inequívoca de quién manda en el
país. La República de Venezuela jamás necesitó el adjetivo “bolivariana” para,
desde los tiempos de la guerra de la Independencia hasta la llegada de este
falso régimen bolivariano, asumir la doctrina del “uti possidetis iuris”
formulada por el Libertador para definir nuestros límites territoriales.
La
revelación de las componendas que se fraguaron en el juicio de París a raíz de
la muerte de Severo Malet Prevost en 1948 puede tomarse como punto de partida
de la formalización de la reclamación territorial, contra el despojo del laudo
nunca aceptado, por lo que se habría cumplido un siglo de éste y medio siglo de
aquél para cuando fue electo a la presidencia Chávez Frías.
El
tema de las reclamaciones territoriales no es de aquellos que atraen la
simpatía de otros países por la tranquilidad que produce, en aras de la paz, el
mantenimiento del statu quo. Venezuela,
sin embargo, obtuvo en la comunidad de estados hispano parlantes en América la
comprensión de su causa, con la única excepción de Cuba. El régimen de Castro
se mantuvo siempre del lado de Guyana. El régimen de Chávez y ahora su
prolongación en manos del usurpador Maduro han desatendido desde el 2 de
febrero de 1999 (16 años, un mes y 8 días) tan delicada cuestión.
En
esa desatención tiene responsabilidad, porque a ella le corresponde la defensa
de la integridad territorial, la FANB, o mejor dicho, quienes la dirigen, que
adoptando y forzando a los subalternos a vocear la consigna castrista “patria,
socialismo o muerte”, han adoptado frente a la legítima reclamación venezolana
la posición que Castro definió a favor de Guyana. La acción singular de la
armada para impedir las operaciones de Guyana en el área de nuestra plataforma,
parece un intento de acallar las conciencias “para que no se diga que no
hicimos nada”.
¿Quién
manda entonces en Venezuela? ¿Quién decide las ejecutorias de las fuerzas
armadas? ¿Quiénes van a poner rodilla en tierra? ¿Unas fuerzas armadas que se
han dejado subyugar por los desvaríos de un anciano decrépito porque Chávez se
declaró su hijo y el usurpador, hijo de Chávez, su nieto?
La
expresión “rodilla en tierra” es sinónimo de coraje, con vista al frente. Esta
actitud de sometimiento al castrismo no es rodilla en tierra, es de
arrodillados.
Oswaldo
Paez Pumar
paezpumar@cantv.net
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