martes, 24 de marzo de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, RESISTENCIA: EL CAMINO HACIA LA UNIDAD

El año pasado, en medio de la tragedia que se escenificaba en las calles por la violencia del régimen en contra de los estudiantes, la Junta Patriótica Estudiantil y Popular (JPEP) se dibujaba como el único frente que le hacía verdadera oposición o resistencia civil al régimen en las calles. Un grupo de estudiantes, en su mayoría del interior del país, se había conformado como un bastión de resistencia al régimen. Demasiada responsabilidad para ser tomada solo por un grupo de jóvenes, pero aún así esa resistencia arrodillo al régimen con toda su represión, colectivos armados y GNB.

Lo que ocurrió en las calles el año pasado no puede ni debe ser olvidado, y menos aún si hubo sangre derramada de jóvenes venezolanos. Pero como ven, todavía se cumple aquello de la memoria corta de los venezolanos. Pero no nos apuremos al generalizar, no todos la tenemos tan corta. Por eso es que debemos sacar algunas lecciones aprendidas de esa experiencia.

Luego del “Dialogo” emprendido por la MUD con el régimen para levantarse ante la opinión pública y lavarse la cara con la sangre de los estudiantes caídos en las calles, el país “se tranquilizó”, como en efecto lo esperaban los “dialogantes” que se sentaron en esa mesa. No hubo ni un solo preso político suelto por esas negociaciones, al contrario se arreciaron las persecuciones y detenciones sin el debido proceso. Y lo más importante, en esa mesa de negociación no se discutió el rumbo comunista del país, que en el fondo era- y sigue siendo- la piedra angular de esa protesta.

Esa resistencia embrionaria que comenzaron los estudiantes con la JPEP no evolucionó a un frente unificado de los distintos factores de la oposición. Y la respuesta al porqué eso ocurrió, es la misma que resuelve el enigma de la unidad de la oposición: ningún factor político tradicional quiere retratarse con lo que se ha dado en llamar RESISTENCIA al régimen, entendida esta como aquella que ya definió a qué y a quien realmente nos enfrentamos y que sabe que para combatir a una dictadura no se utilizan los mismos métodos que se utilizan en las democracias.

En una nota publicada en esa época señalaba “En democracia se hace OPOSICION, en dictadura los verdaderos opositores hacen RESISTENCIA. Ese es el fondo de la lucha que se libra aquí, no otro. La oposición oficial ha apuntalado al régimen por razones de supervivencia. Y es por eso que siempre hemos afirmado que hay que salir de esta “oposición” primero para salir del régimen después. De allí el odio violento que nos tienen desde el régimen…y desde la “oposición”, buscando a toda costa desacreditar a los estudiantes, llegando incluso a intentar fracturar al Movimiento Estudiantil. Y hay que abortar esa jugada” (ver Oposición o Resistencia en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/04/oposicion-o-resistencia.html).

Nos ha sido más difícil que en otras épocas de nuestra historia republicana salir de esta dictadura porque existen factores que la apuntalan que se encuentran de nuestro lado, o más bien engañan a los venezolanos diciendo que lo están. Y cuando se salga de la dictadura es porque también se habrá salido de aquellos que llamándose oposición conforman las raíces de alimentación de ese sistema perverso régimen-“oposición oficial”.

Los estudiantes fueron los primeros que políticamente advirtieron esa situación, y si ustedes prestaron atención a la conformación de los grupos de resistencia que le hicieron un duro frente de batalla al régimen el año pasado, ninguno de sus integrantes actuaban en nombre de parcialidades partidistas y eran mayoritariamente del interior del país.

Lo hicieron en nombre propio, proviniendo de las universidades, ONGs, sociedad civil en todo el país. ¿y cuál fue la bandera principal? El rescate de la institucionalidad y el regreso de la democracia. Y como decían ellos mismos, no estaban en las calles peleando por un paquete de Harina Pan. Pero el resto de esa “oposición” no acompañó al reclamo en las calles de los estudiantes y la sociedad civil en general agrupados en la JPEP. Así le fue más sencillo al régimen acabar con esa “insurrección”, estando su mayor bastión en el Estado Táchira. Al final el gobierno terminó imponiéndose sobre un solo grupo en resistencia. Ganó un episodio y está muy atemorizado que se presente otro.

Entonces, ¿cuál fue la razón por la cual no se logró conformar ese frente de resistencia unido? En primer lugar porque no ha habido un criterio unificado de lucha en contra del régimen. Los partidos que hacen vida en la MUD creen que aunque este régimen sea autoritario y dictatorial, les ha permitido “espacios” electorales de convivencia donde los partidos opositores sobreviven de la teta del Estado, ya sea regional o municipal, y ahora Parlamentaria.

Saben que no podrán en los actuales momentos disputar el poder central, pero pueden ir de elección en elección y “en el camino se verá qué sucede”. A nuestro juicio esa es una tesis interesada y la vez suicida que está teniendo cada vez menos aceptación por parte de la población, ya que el régimen cada día que pasa nos atenaza aún más el cuello, ahogando poco a poco lo que nos queda de respiro democrático. Quedará de esos partidos decidir, cuando ya estén en sus últimos estertores, unirse a la resistencia como única forma de evitar morir de las manos de un Estado comunista. Y si no los vemos muertos o perseguidos después de eso, es porque siempre fueron parte del régimen.

Pero con todo y que los están ahorcando, los partidos no se han quedado tranquilos. Saben que han perdido la credibilidad de la gente y han permitido que alguna parte de su militancia se integre a los grupos de resistencia para luego neutralizarlos, absorbiendo a los líderes de esos movimientos y “comprándolos” con cargos en sus partidos o puestos salidores para las “siguientes elecciones”. Aquellos que leen esto saben quienes han pasado por eso y en qué condiciones se han dado esos procesos.

Por eso es que los venezolanos debemos tener conciencia que esto también es una carrera por el rescate de la ética en la política, que no ganaremos en tanto, o el liderazgo de la sociedad civil ignore éticamente esa nefasta práctica y trabaje en función del adecentamiento de la actividad política, o los partidos de una vez entiendan que su función no es traficar con las necesidades de la gente y se unan en un frente unificado con la sociedad civil en contra del régimen.

Por eso es que decía en mi nota del año pasado que había que abortar la fractura del Movimiento Estudiantil por parte de los partidos y que estos no convirtieran esos Movimientos en los cuidadores de sus intereses porque iban a malograr la genuina y propia interpretación de la juventud acerca de los problemas del país, matando la cantera de donde salen los nuevos lideres que vienen destinados a salvar a su propia generación.

Y por eso hay que pedirles encarecidamente a los grupos de resistencia juvenil que no claudiquen a esas tentaciones partidistas, en especial en el interior del país, que fue de donde nació originalmente la resistencia el año pasado. Ellos son los que mantienen viva la llama de la Rebelión de las Regiones y que están muchísimo más conscientes que en la capital de la importancia de mantener un genuino interés por el cambio político e institucional como el que impulsamos en el Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) porque en ello les va el futuro de sus regiones. La contaminación partidista de la juventud no puede ser tolerada so pena de enterrar el sueño de una Venezuela descentralizada y desarrollada.

La unidad de todos los venezolanos es necesaria. Si hemos de luchar unidos debe ser porque cada uno entendió su rol en este complejo cuadro de factores donde se debate Venezuela. Y a eso es difícil de llegar, en particular por la manera en que los partidos han entendido el concepto Unidad. La unidad debe ser de propósito y objetivos comunes, no de unidad electoral ni por hacer que el otro se convierta a tu partido. La unidad debe ser de criterios, de si estamos todos de acuerdo o no en cual es el adversario común y acordar una estrategia para enfrentarlo.

Sin embargo al parecer la militancia de esos partidos-no su dirigencia todavía-, están comenzando a dar señales de haber entendido el significado de ese concepto de unidad que al final se traduce en Resistencia. Es un proceso que decanta lentamente de abajo hacia arriba. En la medida que el régimen ha arreciado en su represión en aras de conservar el poder, la violenta carestía, la hiperinflación, el deterioro acelerado de la calidad de vida, la gente ha comenzado a entender el significado de la palabra RESISTENCIA, que en corto significa “no me la calo”. El camino para que todos estemos juntos en contra de esto que nos está destruyendo como sociedad lo está señalando el mismo régimen. Ya está llegando el momento en que se alcanzará el nivel suficiente para que todos lo podamos seguir, haciendo que esa Unidad no solo sea creíble sino alcanzable.

Caracas, 14 de Marzo de 2015

Luis Manuel Aguana
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

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