domingo, 22 de marzo de 2015

EDDER FERREIRA PÉREZ, VENEZUELA BUSCA UNA TERCERA VÍA…

“Despierta y reacciona, es el momento” esta frase emblemática dicha por su santidad Juan Pablo II en 1996 con motivo de su última visita a nuestra patria, viene como anillo al dedo en estos tiempos de desidia generalizada o de falta de compromiso ciudadano. Explicar qué sucede en Venezuela en estos momentos a quienes no han tenido la oportunidad de vivir de cerca este proceso mal llamado revolución, no es sencillo. Es que no se puede descifrar: ¿Qué ha pasado con el venezolano? ¿Por qué no reacciona ante los constantes abusos? ¿Por qué ha dejado que los malos políticos le manipulen de un lado y del otro?

Venezuela no parece haber sido muy afortunada a la hora de elegir sus presidentes, aunque siempre habrá defensores de uno o de otro, la realidad vista en números oficiales revela que nuestro país no ha tenido ningún líder que se pueda considerar un auténtico estadista -en todo sentido de la palabra-. Los fenómenos de la corrupción, la demagogia y la politiquería siempre han estado presente en los gobiernos de la llamada cuarta República y también ahora en la era de la "revolución del siglo XXI”.

Cansados de tantas promesas incumplidas por la politiquería de los últimos años, los ciudadanos están clamando una tercera vía que les ayude a recobrar la confianza y lleve el país al progreso. Venezuela es un país sin norte claro y las declaraciones oficiales del gobierno no generan confianza ni siquiera a sus propios seguidores. Al menos esto es lo que han recogido las últimas encuestas, las cuales ya no sólo reflejan el descontento de quienes abiertamente se declaran oposición al actual gobierno, sino que también expresan como la popularidad del ejecutivo nacional dentro de sus propias filas ha descendido y lo sigue haciendo porque ya no gozan de ningún tipo de credibilidad.

La crisis económico-social es evidente, no hay forma de que el gobierno sea valorado positivamente en la implementación de sus políticas públicas. La inflación, la escasez, los controles cambiarios y de precios aunados a la falta de seguridad jurídica, la corrupción y la violencia desatada hacen un cóctel tóxico para cualquier nación. Y no se puede excluir de su responsabilidad a un gobierno que ya lleva “16 años continuos en el poder”.

Ya no sirve de nada echar culpas a los que el ex presidente Chávez llamaba “la cuarta república”, hoy los propios números oficiales y la realidad misma reflejan que “la quinta” no ha sido mejor, que la corrupción sigue siendo un grave problema y que la nueva clase política es tan mala e ineficiente o incluso peor que las anteriores.

“Mercado hasta donde sea posible y Estado donde sea necesario”

A principios de los años 90´ tomó fuerza una filosofía política denominada “la Tercera Vía”, que argumentaba que en un mundo caracterizado por cambios económicos, sociales, políticos y ecológicos profundos, la democracia social, de querer sobrevivir, requeriría de estrategias distintas. Esta realidad no parece haber cambiado mucho en nuestro país, Venezuela se encuentra hoy sumergida en una crisis global, no sólo en lo político y económico-social, sino también en la generación de líderes políticos con nuevas visiones, apartados de la tradicional clase política que en una u otra época siempre se ha caracterizado por ser un grupúsculo de demagogos aprovechados que despilfarran los recursos de la nación.

Hoy Venezuela se enfrenta a uno de los mayores retos de su historia política, reencontrar el rumbo perdido y volver a ser el país líder de Suramérica que una vez llegó a ser, para ello se requiere de una nueva clase política que genere confianza, que innove con ideas que fomenten la producción nacional y fortalezcan todas las áreas de desarrollo con las que cuenta nuestro país. Que promuevan la adaptación a la actualidad de la frase “Mercado hasta donde sea posible y Estado donde sea necesario”, para así entender que el Estado no está para intervenir en áreas que no le competen sino para supervisar y colaborar en el funcionamiento eficiente del mercado.

Nuestro país requiere de un nuevo liderazgo político y así lo anhelan sus ciudadanos, una nueva clase política que sepa cómo crear los puentes entre la triste y paupérrima realidad y un futuro próspero. No se puede seguir confiando en los políticos tradicionales, la mayoría de un lado y del otro ya nos han demostrado que no tienen nada nuevo que ofrecer.

Edder Ferreira Pérez
@EdderFerreira

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