ALFREDO MICHELENA, EL BARRANCO

“El gobierno se tiró por un barranco, con la detención de Ledezma”, declaraba “Chúo” Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD. Pero “Chúo” se quedó corto. En realidad nos está tirando a todos por el barranco.

En su cadena de radio y TV, que ocultaba el secuestro –llevado sin orden judicial-del Alcalde Metropolitano de Caracas, Maduro pidió que los Consejos Presidenciales del Poder Popular presentaran en 72 horas planes de defensa de la soberanía, la paz y la revolución. Y estar unidos con la FAN para defender la revolución frente a los ataques de la derecha y el imperio, que promovían un supuesto golpe de estado. Así justificaba el secuestro de Ledezma. Esta retórica guerrerista nos pone a todos al borde de una confrontación, que nadie quiere. Excepto él y los Castro -a quienes visitó en carnaval- que creen que ésta sería su única salida.

El régimen ha perdido dos de los cinco pilares que  le sostienen. Perdió el apoyo popular, que en una democracia significa cambio de autoridades. También  “la chequera que camina por América Latina”.  Maltrechos y desprestigiados le quedan los secuestrados poderes de la Republica y la FAN. Con ellos piensa mantenerse en el poder, por medio de la represión “legalizada”.

El quinto es el apoyo internacional, con dos componentes: el gubernamental y la opinión pública internacional.  Lo poco que le quedaba de lo segundo decidió tirarlo con el secuestro de Ledezma. Solo le queda el apoyo de los gobiernos y sus organizaciones multilaterales.  A estos solía comprarlos con los petrodólares que ya no tiene. Ahora los amenaza con desmontar lo poco que queda de Petrocaribe y la ALBA.  Pero poco a poco, algunos comienzan a zafarse ese bozal. Colombia, que necesitó al chavismo para las conversaciones de paz con las FARC, se atrevió a pedir la excarcelación de Leopoldo López y seguridades para Ledezma.  Tampoco pudieron reunir a los cancilleres de Unasur, para defenderlos del supuesto golpe, ni sacar una contundente declaración en la CELAC. En la región cada vez hay más preocupación. Pero que estas organizaciones se pronuncien es harto difícil sin que exista una situación humanitaria o de crisis que pueda afectarlos. Ningún gobierno quiere verse en el banquillo de los acusados por “unas cuantas violaciones”, por lo que no se mete con los otros. Una sociedad de cómplices. El régimen que había sido cuidadoso de no pasarse de la raya, la cruzó con Maduro. Y nos empuja al barranco de una no deseada confrontación violenta.

Alfredo Michelena

alfredomichelena@gmail.com

@Amichelena

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