A
partir de la asunción a la
presidencia por parte del finado
Teniente Coronel oriundo de Sabaneta en 1999, Venezuela entro en el mundo de
las tomas de decisiones y acciones más sorprendentes y desquiciadas, ejecutadas por algún gobierno
de este globo terráqueo, que se pudiera
imaginar cualquier ser humano con 4 dedos de frente.
Si amigos lectores, desde el primer momento
empezamos a escuchar con asombro como se empezó a desmontar todo lo construido
durante 40 años, debido al resentimiento social, manifestado por unos militares
que tienen un morboso complejo de inferioridad ante unos civiles que en solo 4
décadas pudieron poner en marcha planes, programas y proyectos de desarrollo,
que superaron todo lo acontecido y realizado por los gamonales que habían
formado parte de la peste militar que ejerció
y usufructuó el poder durante la mayoría del tiempo transcurrido en esos
143 años de vida republicana.
Un ejemplo de ello fue la eliminación del Fondo de
Estabilización Macroeconómica, creado
durante el 2do. Gobierno del Dr. Caldera y que tenía como finalidad el absorber
las reservas excedentarias por concepto de venta de petróleo y canalizarlas
hacia desarrollos productivos. A cambio de ello se crearon una serie de
instrumentos vanos e inútiles como el FONDEN, que ha sido un desaguadero sin
fondo que empezó con el millardito que le pidió el finado teniente coronel al Banco Central, o el fondo
chino que ha servido para que Venezuela importe baratijas y espejitos al mismo
estilo de los tiempos de la colonia venezolana.
En este desmontaje de
instituciones observamos el languidecimiento de los órganos del estado que
servían de contrapeso o contrafuerte ante las decisiones del poder ejecutivo., los cuales han quedado
subordinados como un apéndice al militar
que se regodeo con la espada de Simón Bolívar mostrándola como botín de guerra,
para demostrar la fuerza pretoriana aprendida en los cuarteles. De allí se
deriva el desvió de los recursos del estado
hacia diversos horizontes, sin que los funcionarios encargados de vigilar y
controlar la disposición de los dineros públicos hiciesen alguna observación
acerca de las irregularidades que se cometían utilizando como argumento el
nombre de Simón Bolívar, quien le sirve al régimen como fachada para cometer
sus desafueros.
De allí que cada día, semana,
mes, ano, vemos como en nombre de la libertad y en contra del
imperialismo, se utiliza un verbo
escatológico para marear al pueblo acerca de las acciones reivindicadoras de un
populismo falaz y tautológico, que ha dejado como legado la destrucción del
aparato productivo venezolano y unas enervantes colas de ciudadanos de todas
las clases sociales, quienes pacientemente ante las necesidades primarias de
subsistencia, se ven forzados a la humillación de pasar horas hombre ante un comercio con la finalidad de llevar
el pan y la medicina a su casa.
Este saqueo a las arcas del
estado lo hemos venido observando desde que se creó el Plan Bolívar 2000, en
ese mismo año, igual cosa aconteció con el FUS, La Reconstrucción de Vargas, El
Bandes, El Complejo Agro Azucarero
Ezequiel Zamora, en Sabaneta, la creación de la fábrica de panales El Guayuco,
la fábrica de tomates en Caicara del Orinoco y muchas más que harian está lista
interminable, pero considero menester e imperativo recordar casos como el
Maletín de Antonini que financio la campana de Cristina Kirchner, la perdida de
alimentos comprados por Pedeval y conocido como Pudreval, hecho que demuestra la indolencia manifiesta y rapaz de
unos personajes cuyo norte hasta ahora ha sido el saqueo del erario
público para fines personales, y la
destrucción de Pdvsa y de las empresas básicas de Guayana.
Esto ha sido tan traumático y
soez, que cada día que transcurre, en esta acción depredadora ejercida por estos
comunistas atrasados en su limbo ideológico, pero muy avezados y rapaces para
los negocios, somos sorprendidos con nuevas noticias que abundan y alimentan
los expedientes de estos delincuentes de cuello rojo en funciones de gobierno,
debido a que no tienen el pudor y el recato de tratar al menos de aparentar
rasgos de decencia en su vida diaria. Asi observamos los casos de Velásquez
Alvaray, de Aponte, de Rafael Isea, de la hija del finado de Sabaneta que
participo como intermediaria en la compra
de arroz argentino, con sobreprecio que rondada el infinito y que ahora
ha sido descubierta con cuentas en un banco del imperio por varios cientos de
millones dólares y con la dirección del consulado en Nueva York.
De igual manera, otra noticia que
le ha dado la vuelta al mundo ha sido los depósitos realizados por el general Marcos Torrez,
cuando era tesorero del Banco del tesoro venezolano, en el Banco HSBC, ubicado
en Suiza y sacados a luz pública por unos periodistas que estaban haciendo una
investigación acerca de los orígenes y destino de los depósitos encontrados en
ese banco comercial.
Esta noticia confirma
investigaciones realizadas por universidades y comunicadores sociales de
Venezuela y otros países, que han estudiado el caso venezolano, en el cual se
demuestra como unos personajes en funciones de gobierno son capaces de arruinar
y destruir un país, y le dieron el término de la disfunción económica de una
nación.
Lo sorprendente de todo esto, es
que cada vez que se conoce un caso depredador, a pesar de la insistencia de
actores y factores políticos, gremiales, empresariales, y parlamentarios, que
pugnan por esclarecer dichos casos y proponer crear y dirigir procesos de
investigación para señalar los posibles causantes del robo de los dineros públicos,
la mayoría parlamentaria de la casa que hace las leyes, comprometida en el
reparto de esa extracción, niega rotundamente, sin razonar el mal que generan a
todos los venezolanos, por la exclusión que propician de favorecer a unos pocos
adeptos desadaptados integrantes de este peste militar que ejerce el poder, en
contra de la inmensa mayoría de venezolanos, que aspira un cambio de conducta y
aptitud que se refleje en la consigna de herederos del ejercito libertador de
ser guardianes de los intereses del pueblo venezolano.
Esta situación nos lleva a
pensar, que ha sido una situación apremiante la vivida por los venezolanos a
partir de 1999, debido a que algunos se dejaron llevar por cantos de sirena del
encantador de serpientes de Sabaneta, en cuanto a acabar con la corrupción y
este revirtió el menaje de tal manera, que le dio carta blanca a sus compañeros
de arma y tomaron a Venezuela como un botín de guerra, sin importarles la ruina
que le están causando al país.
Asi por lo general actúan esos
militares que se consideran predestinados por la naturaleza, quienes en su afán
de posesionarse de todas las cosas demuestran su gran verdad, la de pretender
hacerse dueños temporales de las riquezas de la nación.
Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras
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