En 1776 los Estados Unidos se
independiza de Inglaterra y en 1789 se produce la Revolución Francesa, dos
hechos históricos que producen un impacto en los pensadores venezolanos de la
época. Quienes terminarían por denunciar el régimen existente en Venezuela.
La proclama de la libertad,
igualdad y fraternidad se convierte en un antecedente de lo que estaba por
ocurrir del otro lado del Atlántico.
Los Españoles imponían normas,
privilegios y modelos de producción que discriminaban a los “criollos”, a esto
se sumaba el distanciamiento obligado entre los territorios americanos, a
quienes se les obstruían las relaciones entre ellos, a fin de mantenerlos
aislados, divididos y debiles.
Otro hecho viene a agregarse al
proceso de deterioro, la invasión de España por Napoleón, Quien obliga al rey
Carlos IV y a su hijo Fernando VII a renunciar al trono, colocando a su
hermano, José Bonaparte, como rey de España. Quien fuera bautizado
despectivamente por el pueblo español como Pepe Botella. Ese fue el terreno
fértil para los movimientos que inician la independencia de Venezuela el 19 de
Abril de 1810.
El 5 de Julio de 1811, los
miembros de la Sociedad Patriótica, convencen a los congresistas para declarar
la independencia, utilizando el esquema de 3 poderes separados, creando una
Alta Corte de Justicia y designando un triunvirato para el poder ejecutivo.
El proceso histórico duró mucho
más, pero desde ese momento un puñado de valerosos compatriotas nos legó una
patria que era un país.
Desde entonces hemos atravesado
altos y bajos, sufrimos una guerra de independencia, caudillos, una guerra
federal, dictadores, civiles, militares y presidentes constitucionales.
Un proceso en el que avanzamos
hasta construir un sistema democrático, que con todos sus problemas nos aportó
desarrollo y bienestar. Se erradicaron enfermedades endémicas, se construyó un
sistema de salud y de educación gratuitos, prosperaron empresas privadas, el
estado fundó empresas públicas, se distribuía la riqueza pensando en los
necesitados, en las regiones, con becas, subsidios, seguro social… se promovían
las artes, la investigación.
Llegó la tecnología,
desarrollamos un sistema vial, redes de distribución, una empresa petrolera
líder en su género, se abrieron museos, teatros, universidades, fundamos
orquestas y adquirimos un indiscutible prestigio internacional.
Éramos independientes y
soberanos, existía solidaridad entre nosotros. Como producto de haber
abandonado un sistema social basado en la tenencia de la tierra y de
convertirnos en una sociedad de oportunidades comerciales, la nuestra era una
sociedad permeable que estimulaba la ascensión social.
En esta tierra podías haber
nacido pobre, pero con estudios, esfuerzo y habilidades, lograbas superarte en
la vida. Nacionales y extranjero inmigrantes pueden der fe de ello.
Siempre hemos estado orgullosos
de ser parte de este pueblo, algunos dirán desordenado, pero trabajador,
honrado, consciente de su historia, que tanto había aportado a los países
vecinos y lleno de esperanza por un futuro mejor.
Con miles de defectos, pero con
alegría de vivir, con valores morales y religiosos, con creencias y
tradiciones, que respetaba a los padres, a las mujeres, a los sacerdotes y a
los profesores.
Hoy sufrimos las consecuencias de
un régimen, que con una publicidad afirma, que para tener patria debemos
aceptar la corrupción, el abuso, la vulgaridad, el autoritarismo y al
enchufado.
Que propicia un proceso
involutivo donde las regiones son oprimidas en beneficio del partido del
gobierno central, psuvista-militar-comunista. Que nos obliga a aceptar la
presencia extranjera en la toma de decisiones nacionales, producto de la mayor
traición hecha al pensamiento libertario de los padres de la patria.
Que ha sembrado el odio y la
división entre hermanos, que ha perseguido y asesinado estudiantes, insultado a
los curas, blasfemado los preceptos de la iglesia, que desaparece
sindicalistas, que ha creado una nueva comunidad de exilados.
Un régimen que armó bandas,
milicias y colectivos, que nos impiden circular libremente por nuestro
territorio, que liberó delincuentes y que lleva 230.000 muertos desde que están
mandando. Que nos necesitaba encerrados en nuestras casas, pobres, sin comida
ni medicinas para convertirnos en dependientes del estado y someternos.
Que en poco tiempo se robó la
mayor riqueza que ha entrado al país, arrastrándonos a la peor situación
económica que haya sufrido Venezuela.
Destruyeron PDVSA, la producción
agrícola y pecuaria. Escasea todo, nos vendieron a Cuba, a China y a Rusia y a
eso llaman patria.
De país digno defensor de las
causas más nobles de la libertad, nos “hermanaron” con todas las lacras del
mundo: Castro, Sadam Hussein, Gadafi, el terrorista Carlos, las guerrillas de
Colombia, los extremistas islámicos….
El pais está dividido,
ingobernable, se encuentra indignado, ante las promesas incumplidas, frente a
los conteiners de comida podrida, a la escases de comida, medicinas y
repuestos. Está harto de que lo acusen de contrabandista, de que no asuman sus
responsabilidades, de que mientan, de que inventen guerras inexistentes… tan
solo para disimular la incapacidad.
La patria somos todos, los
preocupados ante el fracaso, ante la enorme deuda con la que han comprometido
el futuro, ante el estado improductivo en que se encuentra todo lo que tocaron
o expropiaron.
La patria esta en cola, para
poder comer, muere en los hospitales por falta de asistencia, esta presa por
protestar y asiste impotente al silencio de la Fuerzas Armadas, cómplices en el
despojo nacional.
La patria está destruida,
oscurecida sin alumbrado público, sedienta por la escases del agua, con
trabajadores que no les respetan sus contratos, con profesores mal pagados, con
la universidad perseguida, con una justicia en manos del partido de gobierno,
sin defensor del verdadero pueblo.
Esta desengañada, la traicionaron
quienes prometieron mejorarla. Hemos comprendido que la patria era frágil, que
por eso pudo caer en manos de unos bandoleros audaces.
También entendimos que la
construimos lo hombres, que podemos dignificarla de nuevo, refundarla,
reconstruirla, que tenemos que unirnos para salir de esto.
Que cada quien en su puesto
arrime el hombro, nuevos próceres escriben nuevas páginas de la historia,
tienen el desafío de superar la desconfianza, iniciar la reconciliación y
recomponer el país… volver a ser “uno”. Una patria de los venezolanos para los
venezolanos.
Los venezolanos de buena voluntad
intuimos que se acerca la hora…como aquel 19 de Abril… para que el ilegitimo
anuncia en el balcón de Miraflores… “Yo tampoco quiero mando”.
Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@nelcasher
Ex Cónsul de Venezuela en París
Presidente de Venezuela-Futura, Francia
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