La historia reciente
de Venezuela debería ser de enseñanza obligatoria en todas las universidades del
mundo, como ejemplo de un milagro económico al revés: a pesar de haberse
beneficiado del boom petrolero más grande de su historia, el país hoy en día
tiene más altos niveles de pobreza que antes.
Un nuevo estudio
realizado en conjunto por tres importantes universidades venezolanas — la
Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Central de Venezuela y la
Universidad Simón Bolívar — muestra que el 48.4 por ciento de los hogares
venezolanos se encuentra por debajo de la línea de pobreza en el 2014, frente
al 45 por ciento de los hogares en 1998, antes de que el difunto presidente
Hugo Chávez asumiera el poder y el país se beneficiara de casi una década de
aumento en los precios del petróleo.
Luis Pedro España,
profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y coautor del estudio, me dijo
en una entrevista telefónica que la encuesta nacional de 5,400 personas fue
realizada en octubre del 2014, y utilizó la misma metodología que un estudio
similar realizado en 1998 por la oficina de estadísticas del gobierno de
entonces.
El nuevo estudio de
la pobreza contrasta con las cifras del gobierno del presidente Nicolás Maduro,
según las cuales la pobreza ha disminuido bajo la “revolución socialista” de
Chávez.
Según el Instituto
Nacional de Estadística (INE) del gobierno de Venezuela, la tasa de pobreza ha
caído del 44 por ciento de los hogares en 1998 al 27.3 por ciento de los
hogares en el 2013. Sin embargo, el INE no ha publicado las cifras del 2014.
La Comisión Económica
para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), que utiliza
cifras oficiales de Venezuela, informó recientemente que la pobreza en aquel
país —incluyendo la pobreza extrema — se incrementó casi 10 puntos porcentuales
durante el 2013. Sin embargo, la CEPAL tampoco proporcionó cifras para el 2014.
Cuando le pregunté a
España por la disparidad entre su estudio y las estadísticas oficiales de
pobreza, dijo que se ha producido una “brutal caída del poder adquisitivo de
los venezolanos en 2014”, y que la disparidad radica en gran medida en que las
cifras del INE y la CEPAL no reflejan las cifras del 2014.
Venezuela, que tras
la destrucción de gran parte de su sector privado depende de las exportaciones
de petróleo para el 96 por ciento de sus ingresos externos, es uno de los países
más afectados por el colapso de los precios mundiales del petróleo. Después de
que pasaron de $9 dólares por barril cuando Chávez fue elegido en 1998 a un
récord de $145 por barril en el 2008, los precios del petróleo han caído a
cerca de $45 por barril actualmente.
La gestión de Chávez
y su sucesor, Maduro, espantó a la inversión nacional y extranjera, y dio lugar
a una escasez generalizada de leche, papel higiénico y otros productos básicos,
junto con una tasa de inflación anual del 64 por ciento, la más alta del mundo.
“Y todo indica que el 2015 va a ser peor”,
dice España. “Todos los indicadores económicos muestran que nos estamos
dirigiendo hacia una inflación del 100 por ciento o 120 por ciento este año,
que será un récord en la historia de Venezuela”.
Maduro culpa a una
supuesta “guerra económica” de la oligarquía y el imperialismo, y cita como
ejemplo las recientes sanciones anuncias por Washington. Sin embargo, Estados
Unidos dice que las sanciones se limitan exclusivamente a la revocación de visas
de entrada para funcionarios venezolanos acusados de corrupción o abusos a los
derechos humanos.
Mi opinión: Es
difícil recordar otro caso de un país que haya recibido tanto dinero en los
últimos años, y haya terminado más pobre que antes. Según el Banco Central de
Venezuela, el gobierno obtuvo $325,000 millones dólares de exportaciones de
petróleo entre 1998 y 2008 —más que el producto bruto interno de varios países
latinoamericanos juntos.
Pero en lugar de
aprovechar los buenos tiempos para invertir en educación, ciencia, tecnología e
innovación, o por lo menos crear un colchón financiero para los años de las
vacas flacas, Venezuela se embarcó en una fiesta populista de subsidios,
corrupción y expropiaciones sin sentido. Es una película que hemos visto una y
otra vez en América Latina, y que invariablemente termina mal.
Ahora, se ha caído el
último argumento del mal llamado “Socialismo del siglo XXI”, que es el haber
supuestamente reducido la pobreza. Como lo muestra el nuevo estudio de las tres
universidades, el petropopulismo de Venezuela solo dio lugar a una ilusión
pasajera de justicia social, y dejó al país con más pobres que antes.
Andres Oppenheimer
aoppenheimer@elnuevoherald.com
@oppenheimera
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article9294815.html#storylink=cpy
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