Para la teología cristiana, la soberbia es el
más perverso de todos los pecados capitales, vale decir aquellos que se
"hacen" desde la cabeza, que son producto de una supravaloración de
sí mismo, de quien la padece. Yo por
encima de todos.
Un buen soberbio es un muy buen ególatra,
vale decir, su adoración a sí mismo está por encima de todo. Para mí, es la
primera enfermedad del poder sin gloria, del poder de la ignorancia, y la
soberbia tiene en la ignorancia su más sabio aliado y satánica fuente.
Como dije antes, la relación entre la
soberbia y la ignorancia no es recíproca, la soberbia del soberbio es
directamente (exponencialmente sería mejor) proporcional a su ignorancia. El
inverso no es cierto, vale decir, no es demostrable que a mayor ignorancia
mayor soberbia, lo que sí es inexorablemente cierto que la soberbia se nutre de
la ignorancia y jamás del saber, del conocimiento.
Un buen soberbio teme a la verdad, de tal
manera que ella es su peor enemigo y ello deriva de la cualidad de la verdad, conocer
la verdad nos hace libres. La verdad que nos incluye para conocernos a nosotros
mismos. La sentencia de Sócrates, "solo se que no se nada", siendo
él, suena como soberbia, pero por ser él es un reconocimiento a sus propios
límites. Cuán lejos estuvo del conocimiento que nació de la matemática, de la
astronomía, de la física, etc., de los presocráticos.
Si bien la soberbia es
una enfermedad típica del dictador, del terrorista, también funciona en casa,
quiero decir en las casas de quienes casa tienen. Allí también se impone la
fuerza, normalmente, por encima de la razón, y la fuerza es la otra pata del
soberbio. Un soberbio sin fuerza es un follón asqueroso, pero no poderoso. La
soberbia sostenida por dos de sus patas, puede tener más, como veremos... La
fuerza y la ignorancia. Anotemos el otro sostén, el mas grave y dañino, mas
perverso, el s o b e r b i o no ama, a nadie ni así mismo. El soberbio es
ególatra, pero egolatría no es amor a si mismo, es adoración y fundamentalismo
de su propia mismidad, es su mismidad. Es mas aún, es odio al otro, a quien
querría enterrar para ni siquiera oler su olor, porque en lo sustancial, en la
verdad a secas, el soberbio tampoco se ama a sí mismo. Vive del odio y de la
venganza que, en el otro ejerce, de sus
propias frustraciones. La cuarta pata, es el miedo. El soberbio que teme a la
verdad, tema a quien la descubre, difunde, comparte. El señor Maduro es la
inmensidad de la soberbia y padece de la soberbia inmensa. Su padre putativo
disfrutó de la misma enfermedad, lo que es verdaderamente la soberbia, una
enfermedad. La quinta pata del soberbio, es el sadismo. Es feliz cuando daña,
difama, hace mal al otro y en ese mal, puede incluir la muerte... Ah! pero
Pastrana le dio una "soberbia" lección a Maduro
UNA NOTA FINAL, yo trato de
conocerme a mí mismo, un paso bueno...pero quizá tenga miedo a descubrir que
(quizá = quien sabe si soy) sea
soberbio. Pido a todos, mis hijos... mis amigos que me ayuden a conocerme a mi
mismo...a ti más que a nadie si llegaste a leer este texto y das un breve tiempo a la complejidad de tus
afanes.
Americo
Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
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