jueves, 19 de febrero de 2015

ALFREDO MICHELENA, LA CONSPIRACIÓN IMPERIAL

La repetida acusación de que EE.UU. está conspirando contra Venezuela, parece tener ahora nuevos fundamentos. Maduro acusa al vicepresidente estadounidense de hablar con líderes de la región para anunciar su inminente derrocamiento. 

Esa es la conspiración. Cierto, los EE.UU. liderados por Joe Biden están hablando con líderes latinoamericanos y caribeños. El tema es Venezuela. Pero más que para conspirar es para mostrarles la nueva política de EE.UU. hacia la región, montada sobre el “autosuicidio” (Maduro dixti) de un régimen que ni quiere ni puede cambiar su fracasado modelo económico.

La tesis del “huele a azufre”, en la que quisieron que la región los acompañaran como parte del leitmotiv del castrochavismo, parece ahora un ritornello dicho de la boca para afuera, pues en la práctica hay un acercamiento de muchos países hacia los EE.UU.

La llegada de la “marea rosada” - gobiernos de izquierda-  a la región y la tozudez de los EE.UU. enterraron la propuesta estrella de Bill Clinton, que continuó Bush: el Tratado de Libre Comercio de las Américas. Esto y la respuesta a los ataques de 11 de septiembre provocaron un sensible retiro de EEUU de la región. Vacío que fácilmente llenaron China y Rusia, y permitió la expansión del castrochavismo. Bush se concentró en firmar TLC  bilaterales con los países ribereños del pacífico- menos Ecuador- y Centro América- Rep. Dominicana.

Obama produjo un cambio con el “smart power”, de Hillary Clinton, pero los resultados dejaron mucho que desear. Recuerden el fiasco de Honduras. Para no perder la influencia en la región. había que "comenzar un nuevo capítulo entre las naciones del continente americano”.  Y esto se hace posible con la muerte de Chávez y la crisis de Venezuela.

Crisis que se veía venir  y puso en alerta a los que predaban las ingentes riquezas petroleras venezolanas. Quienes primeros los supieron fueron los Castro. Sabían de la inexorable muerte de Chávez y del fracaso del modelo. Necesitaban enfrentar  el consecuente corte del subsidio  venezolano. Corte que también es un problema para los socios de Petrocaribe e incluso de la ALBA.

Entonces, aparecieron los estadounidense con una nueva y agresiva política que se comienza a concretar por ahora en cuatro asuntos: restablecer las relaciones con Cuba; promover la independencia energética del Caribe; y  triplicar la cooperación con Centro América a $1.000 millones.  Estos tres vienen a llenar el vacío que está dejando el régimen. 

El cuarto es la decisión de tomar una postura más firme con Venezuela y sancionar a los violadores de DD.HH. Obama se había opuesto a la propuesta parlamentaria mientras no estuvo seguro que ella no descarrilaría las conversaciones con los Castro. Como vemos a ellos no les importó. Esta es la conspiración internacional que enfrenta Maduro, producto de la creciente debilidad del régimen. A ella se irán sumando más y más gobiernos. Cuando el barco se hunde….

Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena

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