viernes, 23 de enero de 2015

LUIS EDUARDO MARTÍNEZ HIDALGO, MAESTRO


“Enseñar es un ejercicio de inmortalidad”. Rubén Alves

LUIS EDUARDO MARTÍNEZ HIDALGO
El pasado 15 de Enero conmemoramos en Venezuela el “Día del Maestro”. La fecha de esta celebración varía según el país, si bien la UNESCO sugiere hacerlo el 5 de octubre; en nuestro caso, se recuerda el día de 1932 en el cual un grupo de educadores,  reunidos en el edificio donde funcionaba el Colegio Vargas, situado entre las esquinas de Salvador de León a Socarrás  en Caracas,  fundan la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria.  Entre quienes suscribieron el acta fundacional, recordamos a Luis Beltrán Prieto Figueroa –quién propuso el nombre de la naciente sociedad-, Miguel Suniaga, su primer presidente, Víctor M. Orozco, José Antonio López, Santiago Schenelle, Luis Padrino, Rosa de Vanegas, María Teresa Landaeta y Margot Lares.  Padecía el país la brutal dictadura gomecista y a los Maestros promotores les animaba una férrea voluntad por lograr conquistas laborales a la par que marcados por el espíritu de la Escuela Activa o Nueva  procuraban avances significativos en la calidad de la educación.
Muchos años han pasado, de aquellos tiempos,  pero con seguridad son bastantes las que pudiéramos denominar materias pendientes en lo que a reivindicaciones de los Maestros se refiere;  de estas cito solo 3: salario,  condiciones de trabajo y valoración del Maestro.
Según el tabulador salarial del MPPE y publicación de la Federación Venezolana de Maestros,  en http://www.fvmaestros.org/salario.html, al 1 de Septiembre de 2014, un Maestro con 25 años de servicio y a tiempo completo pasó a recibir como salario Bs. F  8.235,92; un año antes percibía Bs. F 6.511,oo, es decir que fueron favorecidos por un incremento de 26,47 % pero en un lapso en el cual la inflación, reseñada en www.bcv.org.ve, fue de 50,50 % lo que significa que el salario real de los Maestros es menor y cada vez los es menos de cara al aumento diario de los precios. Ni que mencionar lo que recibe un Maestro que recién ingresa que es de solo Bs F 5.556,95, apenas un poco más que el salario mínimo vigente.
Nada que ver los salarios de nuestros Maestros con los que perciben sus pares en otras latitudes: en Luxemburgo, el sueldo base de los Maestros es de unos 64 mil dólares anuales; en Estados Unidos 38 mil; en España 36 mil;  en Japón 30 mil. Nuestros vecinos de Chile cobran 17 mil; Argentina 16 mil quinientos; de México 15 mil.
El deterioro marca las condiciones de trabajo; no se trata sólo de la infraestructura deficiente, el insuficiente equipamiento tecnológico, la carencia de adecuada bibliografía sino también de la inseguridad que afecta a todos por igual, del transporte que no se dispone lo que dificulta el cumplimiento de los horarios, del limitado acceso a los servicios de salud cuando se requieren, de la imposibilidad de continuar estudiando y actualizándose, de la inexistencia de motivaciones para hacer carrera, de las presiones políticas sino se comulga con el proceso, de las violaciones a la contratación colectiva.
En cuanto a la valoración del Maestro, de la profesión de este, de su misión trascendente, de lo mucho que pesan para la formación de las nuevas generaciones –en palabras de Domingo Faustino Sarmiento “Los discípulos son la biografía del Maestro”- cualquier afirmación se queda corta con lo poco que se considera, que se reconoce, a estos hombres y mujeres que casi siempre por vocación dedican su vida a enseñar que, parafraseando a Rubén Alves, “es un ejercicio de inmortalidad”.
No es fácil ser Maestro hoy en Venezuela¸ son muchos los obligados al doble turno, a la buhonería dentro de los planteles, a “matar tigres” para poder sobrevivir.
Los Maestros deben contar con salarios de calidad e incentivos económicos y sociales  que se correspondan con la trascendencia de su desempeño, con condiciones de trabajo que dignifiquen su labor, en planteles adecuados que cumplan con estándares mundiales, en el marco del reconocimiento pleno y la estima del gobierno y la sociedad. Se requiere sí, respeto para la función del Maestro y convicción de lo tanto que significan para Venezuela hoy y mañana.
Luis Eduardo Martínez:
vicerrector.ugma.unitec@gmail.com
@rectorunitecve  

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