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La Simulación es una
de las herramientas más importantes y más interdisciplinarias. Puede ser de uso
perverso y analístico; para los analíticos es útil para ver escenarios posibles
y para las salas situacionales de los gobiernos y los partidos políticos o los
programadores de lenguaje computarizado, es de uso variable de acuerdo al
interés, a la ética aceptable por los científicos y por la ética perversa o no,
manipuladora o no, publicitaría de los gobiernos o políticos, según su
orientación socialista o no. Se puede decir, que la simulación científica se
realiza cuando la computadora finge ser una tienda, un avión o un mercado de
abarrotes; pero la opción de decidir la tiene el usuario. En la política va en
otro sentido.
La simulación
política del gobierno “PSUV” y la oposición “MUD” (muy común hoy en día) se ha
convirtiendo en una aberración de práctica política. La alarma se prende cundo
el régimen comienza a hablar de guerra económica, lo cual es una simulación
perversa, con el propósito de distorsiona los orígenes de la realidad económica
y social; con lo cual se pretende torcer la responsabilidad total y absoluta
del gobierno nacional. El usuario no define las políticas económicas y la
estructura del sistema socialista con que se está castigando al pueblo, el
pueblo y empresarios no puede definir una tasa de cambio, un mercado paralelo, una
escasez, el precio del producto,
servicio y no generan las mafias en BCV, CENCOEX, CVG, PDVSA y CICPC. El
ciudadano quiere soluciones y reconciliación con valores y principios, paz,
trabajo y bienestar; el ciudadano no quiere que lo explote el estado o el
capital.
Por lo cual repudiamos que el gobierno simule o mienta de esta
forma tan cínica, su actitud es un hecho comprobado y recurrente, lo cual trae
malas consecuencias y muy desbastadoras realidades en lo económico y social. Es
hora que se hable claro, sin cortapisas y sin nada oculto. Venezuela necesita
una unidad nacional superior.
Una corrida del
programa de simulación correspondiente en una computadora, nos dice cual será
el comportamiento dinámico de su empresa o de la maquina que está diseñada para
una industria. Así podemos ver los pronósticos para la demanda y utilidad de
nuestro producto, o ver cuando un mecanismo pueda fallar en las condiciones
adversas del ambiente donde funcionará. Pero una computadora no toma las
decisiones del gabinete económico. Tampoco el empresario y el consumidor
controlan la seguridad personal, jurídica y constitucional, menos las policías,
las aduanas y la administración pública; esa estructura de poder y
administración la controla el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro. Por lo
tanto la “mal llamada guerra económica” no puede existir, no ha existido y no
existe; el desastre económico es consecuencia del mal gobierno. Esto es una
“Simulación Política”, orquestada con componendas, políticas, legislativas, de
poderes públicos, con asesores cubanos y extranjeros que consideran bobos y
gafos a los venezolanos, en fin es una insolencia y una afrenta a nuestros
ciudadanos.
Las aplicaciones de
la simulación parecen no tener límites. Actualmente se simulan los comportamientos
hasta las partes más pequeñas de un mecanismo, el desarrollo de las epidemias,
el sistema inmunológico humano, las plantas productivas, sucursales bancarias,
el sistema de repartición de pizzas en la ciudad, crecimiento de poblaciones de
especies de animales, partidos y torneos de fútbol, movimiento de los planetas
y la evolución del universo, para mencionar unos pocos ejemplos de las
aplicaciones de esta herramienta. Cabe mencionar la creciente importancia de la
simulación en la Investigación de operaciones y en sus aplicaciones
industriales. En los países altamente desarrollados la simulación es una
herramienta principal en los procesos de toma de decisiones, en el manejo de
empresas y el planeación de la producción. Además, la Simulación es cada vez
más “amigable” para el usuario, que no tiene que ser un especialista en
computación. Los socialistas, fascistas y totalitarios han convertido la
simulación en su gerencia para prevaricar “plan de apropiación indebida
masificada” para el bienestar de la oligarquía dominante. Por lo cual simulan
que el populismo acaba con la pobreza, que la Patria sustituye el
emprendimiento y la libertad; que la franelita y la gorrita roja permiten al
hombre nuevo vivir mejor y para cada realidad se inventa una simulación,
incluso se buscan (pagan en especie y con cargos) a opositores (caso MUD/G7)
para que simulen discursos, enfrentamientos, antagonismos, abstenerse de votar
y posturas en diálogos de sordos y tarifados. El fin mayor es representar un
polo y cogobernar y administrar recursos. Evitando hasta el máximo “posible”
que el descontento popular se exprese y se salga de control represivo y
político.
La simulación es una
técnica muy poderosa y ampliamente usada en las ciencias para analizar y
estudiar sistemas complejos. En Investigaciones se formularon modelos que se
resolvían en forma analítica. En casi todos estos modelos la meta era
determinar soluciones óptimas. Sin embargo, debido a la complejidad, las
relaciones estocásticas, etc., no todos los problemas del mundo real se pueden
representar adecuadamente en forma de modelo. Cuando se intenta utilizar
modelos analíticos para sistemas como éstos, en general necesitan de tantas
hipótesis de simplificación que es probable que las soluciones no sean buenas,
o bien, sean inadecuadas para su realización.
En ese caso, con frecuencia la única opción de modelado y análisis
de que dispone quien toma decisiones es la simulación. Simular, es reproducir
artificialmente un fenómeno o las relaciones entrada-salida de un sistema. Esto
ocurre siempre cuando la operación de un sistema o la experimentación en él son
imposibles, costosas, peligrosas o poco prácticas, como en el entrenamiento de
personal de operación, pilotos de aviones, etc. Si esta reproducción está
basada en la ejecución de un programa en una computadora digital, entonces la
simulación se llama digital y usualmente se conoce como simulación por
computadora, aunque esto incluye la simulación en las computadoras analógicas.
Sin lugar a dudas, la Venezuela decente quiere simulación
científica y no política.
Juan de Dios Rivas Velásquez
rvjuandedios@gmail,com
@rvjuandedios
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