JOSÉ R. AVENDAÑO TIMAURY |
“A confesión de parte, relevo de pruebas” es una máxima jurídica que no
necesita mayor explicación. Exponer que la noche es oscura porque carece de
luminosidad es irritante cuando prevalidos de esa ausencia de claridad por
parte de los actores públicos competentes, ha traído como consecuencia la
instauración impúdica continuada de métodos y artimañas que definitivamente
coadyuvan a que la práctica de votar, sea convertida en una vil manipulación
permisiva, de ninguna manera democrática, para que el actual régimen continúe
con sus designios de perpetuación hegemónica. Siempre han existido y existirán
personajillos que -al igual que el protagonista del cuento de Pedro Emilio
Coll, El Diente Roto- se permite pontificar argumentando lo injustificable.
Avala, candorosamente, que la participación de las cuatro rectoras
–entre cuaimas te veas- que fueron sus compañeras durante la inútil gestión,
fueron independientes, procuraron la transparencia del proceso electoral y se
enfrentaron a las trapacerías del régimen –cadenas por radio y tv sin
limitación, participación indebida por parte de elementos de la fuerza armada,
retardos y acomodos sospechosos, peculado de uso etc.- aplicadas todas con
rigor milico contribuyeran a la instauración de un notorio fraude electoral. No
solamente por el conteo o manipulación de los votos, que no tiene parangón
alguno en nuestra historia republicana. Tuvimos dictadores y dictadorzuelos que
aplicaron el rigor de la fuerza como argumento central para cometer sus delitos
electorales. Jamás estos nefastos personajes utilizaron métodos “cuasi
legítimos”, implementados con babosa urdimbre para obtener sus fines.
El actual régimen aplica modos y maneras revestidas de ilegalidad e
ilegitimidad para actuar a la libre. Tiene un CNE que es todo menos imparcial y
honesto. Tiene una CGR que voltea la vista para no ver los manejos de los
fondos públicos que no solamente van a parar a los bolsillos robolucionarios,
sino que también, en menor cuantía, se
destinan al uso ilegal electoral. Tiene un Ministerio Público que encarcela
opositores –un alcalde está imputado por “agresión al centinela” ¡abrase
visto!- molestos. Tiene una asamblea nacional regida por un caporal que no ha
olvidado la aplicación de “saltos de rana” y otros métodos de castigo
disciplinario a parlamentarios de oposición donde el cuerpo que dirige no
legisla, no controla ni hace política. Tiene un TSJ cuya apabullante mayoría
sigue aplicando el bochornoso espectáculo de –a la manera de un orfeón
cualquiera- vociferar chillonamente consignas de mitin de barrio, disfrazados
con togas y birretes y en Sede de Despacho, el cursi y amenazador cantico: “uh,
ah, Chávez no se va”. Estos pseudo magistrados jamás podrán quitarse la mácula
de tan despreciable estribillo con mensaje subliminal cínicamente concebido. La
Sala Penal, en alimón con la FGR, otorga las formalidades de rigor para
incrementar la permanencia de políticos en las cárceles. La Sala Electoral
aplica lo propio en las controversias contenciosas y la Sala Constitucional interpreta,
con su indignante manera, los preceptos constitucionales.
El nuevo rector designado del CNE no solamente ha recibido un
espaldarazo de su antecesor, sino que lo proyecta y proclama como: “Luis Emilio
Rondón es la persona que más sabe de elecciones en el país, él junto con
Lucena. Tiene una carrera de más de 20 años en el CNE, es magister en asuntos
electorales, ha manejado todas las áreas del organismo y conoce a los
funcionarios. Si a alguien no se le puede pasar un strike es a Rondón”. (El Nacional,
domingo 04/01/2014). Me imagino que el rector saliente está impartiendo un
curso acelerado de “Como emitir votos salvados” ante usos infamantes y
cayaperos. Recomiendo a todos los venezolanos la lectura mesurada de la
entrevista. Así no será difícil pronosticar que las resultas de esta pantomima
electoral en ciernes estarán plagadas de imposturas, fraudes y todo lo
inimaginable para permitir la “continuidad democrática y republicana” de este
gobierno totalitario.
Si hay elecciones y se realizan en diciembre de este año, por estas
mismas fechas de 2016, la MUD abrirá un nuevo debate. El nuevo rector declarará
que pese a los intentos de ajustar a derecho los procedimientos establecidos
para contiendas electorales, los mismos fueron imposibles de aplicar. Entonces
la palabra de moda será “Fraude”. Se solicitarán reconteos de votos, se
incoarán recursos administrativos ante el CNE, cuyas resultas sabemos. Cumplido
el trámite se acudirá a la Sala Electoral del TSJ, quien una vez más,
dispensará el espaldarazo de rigor con nuevas interpretaciones de la
constitución nacional. Plantearán la convocatoria a un Referéndum revocatorio
presidencial. Los tres candidatos presidenciales –por ahora- in pectore de
oposición cantaran loas a sus respectivas candidaturas para la ya más cercana
contienda electoral presidencial de 2019. Y así sucesivamente. Hasta que la
inmensa mayoría nacional deposite en el cesto de la basura, con la justificada
patada histórica de rigor, a los ya conocidos lideres oposicionistas –políticos
de gabinete y estrategas de predecibles derrotas- cuya única obsesión es ser
diputados, alcaldes y medrar en las apetitosas ubres dispensadoras de cargos
públicos.
De esta manera y con estas expectativas comenzamos 2015. Vamos a tener
un año agitado y necesariamente cada día será oportuno reflexionar para
encontrar la luz en las tinieblas. A ellas nos tienen sometidos el gobierno
nacional y la MUD. Por ello, debemos actuar en consecuencia. Ojalá que cuando
iniciemos 2016, consumado el sainete -como lo aspiran ambos sectores en
insólita solidaridad y agavillados- estemos liberados de nuevas falsas
expectativas y con la lección aprendida.
José Rafael Avendaño Timaury,
cheye@cantv.net
@CheyeJR
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