BEATRIZ DE MAJO |
Regados por la
superficie planetaria y fuera de los límites de su patria se encuentran
registrados más de 10 millones de chinos emigrantes. Ello no resulta ser una cifra astronómica, si
tomamos en cuenta que una quinta parte de toda la población mundial es china.
Llamativo es que, a la hora actual, de cada 10 inmigrantes que llega a quedarse
de manera permanente en los países
desarrollados 1 es chino.
De hace unos 4 años a
esta parte, el número anual de ciudadanos que busca mejor suerte en otro
terruño que el propio se ubica alrededor de medio millón, de manera bastante
estable.
Lo que sí configura
un nuevo record del Dragón de Asia es
que los países desarrollados- quienes, a fin
de cuentas, aparecen como la meca de los emigrantes planetarios-
presenten en sus cifras un acumulado de
20% de inmigrantes de origen chino.
Las particularidades
de la emigración china son mucho más dicientes que lo abultado de sus cifras y
allí es donde se esconden algunas curiosidades.
Estemos claros que no
es una cierta aversión al orden establecido en su país lo que los impulsa a
partir, sino la simple búsqueda de mejores condiciones económicas de vida. Por
ello hay una inclinación natural a radicarse en países orientales cercanos,
donde el crecimiento hace anticipar mejores condiciones de trabajo, además de
la presunción de una cierta identidad
cultural. El vecindario asiático ha recogido 60 millones de expatriados
voluntarios.
También es llamativo
el lugar de proveniencia de los emigrantes: es en las provincias meridionales de Fujian y
Guangdong - las que cuentan apenas con un 10% de la
población total- donde se origina la diáspora. La razón es sencilla: la
cercanía geográfica con Hong-Kong y con Taiwán- enclaves de gran vocación
internacional-, les hacen percibir como alcanzables los atractivos que pudiera
ofrecer el mundo occidental y les sirven de trampolín para otros destinos.
La apertura del país
a lo internacional, ha puesto de relieve los
atractivos de la modernidad de Estados Unidos y de Europa, con la dosis
de “glamour” que viene asociada a sus grandes capitales. Es así como los países
desarrollados más favorecidos con emigrantes de China fuera de Asia son Estados Unidos, Alemania,
Reino Unido, Canadá y España. Es a estos sitios donde las nuevas generaciones
acuden, cada día de manera más numerosa,
a formarse en sus centros de
estudio. Una cuarta parte de los
estudiantes internacionales del mundo que buscan espacio en países de la
OECD proviene de China.
Y el más reciente
fenómeno es el desplazamiento a otras latitudes de los ricos. Quienes cuentan
en China con excedentes monetarios ociosos, están siendo atraídos por las
políticas inmigratorias puestas en ejecución por países que ofrecen condiciones
tan atractivas como permiso de residencia y trabajo e incluso nacionalidad y
gratuidad de la educación, a quienes inviertan
a partir de 100.000 dólares, con ciertas condiciones, dentro de sus economías.
Es el caso de Canadá y de Australia. El gobierno británico también reporta que,
en el último año, 43% de las visas de inversionistas emitidas fueron recibidas
por ciudadanos chinos.
También en Estados
Unidos y Portugal, los chinos que
aspiran a radicarse definitivamente, confiesan a las autoridades
migratorias que la contaminación y la
seguridad alimentaria, la falta de protección en salud y la deficiencia de los
sistemas educativos son las razones que
los llevan a ver la grama más verde por fuera de sus fronteras patrias. Y allí se quedan.
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@beatrizdemajo
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