ANTONIO JOSÉ MONAGAS |
No tiene ningún sentido que durante 2014 no se conociera resultado
alguno de la econmía, competencia ésta del Banco Central de Venezuela. Sin duda
que tan incongruente omisión, es suficiente razón para inferir que el gobierno
viene ocultando graves embrollos. Antonio José Monagas
2015, RUMBO AL PATÍBULO
Excusas vienen, excusas van. El régimen se extravió. Pero también
el país político. Distintas razones podrían explicar la oquedad que devino de
parte y parte. Posiblemente, fue adrede ya que en el fondo de tan obeso
problema no se tienen motivos para justificar el desorden que estos años de
presunta revolución ha permitido. Aunque deberá observarse que 2014 fue el
paroxismo de un período caracterizado por una administración pública
absolutamente estéril para organizar procesos de gobierno. Pero si, bastante
competente para escamotear las finanzas nacionales. Pese a que también fue un
año en el cual las convulsiones primaron el discurrir político nacional. Las
mismas, ocurridas a manera de protesta, expusieron el desarreglo del país ante
el resto del mundo. Aunque cabe aclarar que dichos embates arreciaron a
consecuencia del agobio que viene padeciendo el país motivado por los
constantes abusos gubernamentales ordenados por el Ejecutivo Nacional a desdén de
derechos fundamentales y de libertades constitucionales.
No tiene ningún sentido que durante 2014 no se conociera resultado
alguno de la economía, competencia ésta del Banco Central de Venezuela. Sin
duda que tan incongruente omisión, es suficiente razón para inferir que el
gobierno viene ocultando graves embrollos. Tanto así, que en 2014 se vivió un
agudo resecamiento de divisas que condujo al país con las mayores reservas de
petróleo del mundo, a una feroz escasez en rubros propios de la cesta básica. Aparte
de una grosera alza de la inflación que ha puesto en jaque a la economía
venezolana. Y ni hablar del ámbito educativo porque de hacerlo, no sólo
faltaría espacio. También dejaría verse que además de la nulidad del régimen
para superar escollos que tocan el desarrollo económico y social a partir del
hecho educacional, se evidenciaría el desinterés por entender que sin educación
de excelencia está condenándose irrevocablemente el país al cadalso que
representa la degradación cultural y la extenuación del conocimiento sin el
cual todo país marca el fin de su historia social y de su apego al desarrollo
científico y tecnológico.
La pobreza, otro de los flagelos que siguen desacomodando la
pretendida imagen de “país potencia” que busca arrogarse el régimen, lejos de
verse reducida se ha pronunciado. Aunque ahora camuflada de rojo y con aderezos de falsos manifiestos. De
manera que no ha habido forma alguna de hacer entenderle al régimen que sin la
humildad , la voluntad y la honestidad como blasones de una democracia en
camino de realizarse y alcanzarse a plenitud, no hay garantía alguna de salir
del atasco al cual el régimen ha llevado a Venezuela.
Por donde se analice la situación, desde el ángulo que se traduzca
el panorama que pinta 2015, oscuras son las oportunidades para revertir la
sentencia que infortunadamente ha recaído sobre el país toda vez que la
soberbia y la intemperancia de los actores políticos que ilegítimamente se han
apropiado de las instancia de poder
público, continúan señalándole las manera de timar la doctrina y
ejercicio de una democracia comprendida en todos sus sentidos. Mientras que
persistan tales condiciones, la economía seguirá arrinconándose hasta que su
embotellamiento la enquiste cual maraña en postura de adorno. La sociedad
tenderá a flaquear al sentirse más agobiada frente a tanta intolerancia. Por
tanto, no habría duda de que se tendrá un nuevo año que será espacio para que
haya un mayor sofoco de libertades y derechos humanos. O sea, un 2015, rumbo al
patíbulo.
VENTANA DE PAPEL
MOMENTOS DE ALUCINACIÓN
Las tradiciones son manifestaciones de la cultura social,
religiosa o familiar de personas, grupos, poblaciones o sociedades con el fin
de rememorar o exaltar fechas, acontecimientos o advenimientos mediante las
cuales se estimula la familiaridad, las raíces o las ideologías. Las
tradiciones son propias del ser humano en su afán por aferrarse a su historia
exhortando la espiritualidad que acompaña el discurrir natural de la vida.
Sin embargo, hay tradiciones que parecieran no representar su
motivación debido a que las realidades se han vuelto frías y por tanto,
distantes de lo que debe animar cada celebración. Por ejemplo, la de Fin de
Año, o el festejo ante el comienzo de uno nuevo, se ha vuelto diferente de lo
que en principio se pretende. Es el caso que vive Venezuela desde que el país
comenzó a padecer de gobiernos que lejos de demostrar eficiencia y eficacia en
la gestión pública, la han empeorado con medidas alejadas de lo que los
venezolanos se trazan a partir de proyectos personales que declara de cara a lo
que debería ser un futuro promisorio.
Y lo explicado no refleja exageración alguna pues los anales
estadísticos emitidos por el mismo gobierno, revelan el drama de un país cuya
realidad año tras año luce cada vez más desolada y angustiante. Entonces, la
verdad sea dicha. Muy a pesar de lo que en cada hogar pueda celebrarse con motivo
del recibimiento de un nuevo año, o de lo que cada venezolano pueda esperar
ansiosamente en términos de una mejor calidad de vida, las realidades apuntan a
lo contrario. De manera que muchos de los deseos que se viven en la mente y
corazón de venezolanos trabajadores y luchadores, se ven frustrados en la
medida que las realidades económicas y políticas comienzan a nublarse como
resultado de la ineficacia e ineficiencia con la que el régimen aborda
responsabilidades y deberes que deberían ser de su entera competencia.
Sin embargo la negligencia que lo caracteriza, hace que año a año
los indicadores de progreso y bienestar se vean retroceder hasta niveles
críticos y peligrosos como en efecto está percibiéndose. Así que por muy buenas
intenciones que pueda tener cada venezolano, no todas lograrán alcanzar puerto
seguro. Buena parte de las mismas se verán frenadas por los excesos,
destemplanzas y descomedimientos de un gobierno que sólo ha buscado preservar
el poder sin más limitaciones que las que impone su avaricia, mediocridad,
egoísmo e inmoralidad. Entonces en virtud de lo que estas contradicciones dejan
ver, deberá aceptarse que esos buenos momentos que exhortan tradiciones de Fin
de Año, de alguna forma constituyen momentos de alucinación.
SUELDOS INDIGNOS
Por más alharaca que haya hecho el alto gobierno para justificar
los precarios aumentos de sueldos declarados luego de decidir el incremento de
salarios para el contingente de militares a nivel nacional, las realidades
económicas y sociales del país siguen siendo desesperanzadoras.
Un estudio comparativo y fundamentado sobre el nivel de indecencia
que determina la flaqueza del desarrollo nacional. ante lo que esta situación
significa y de cara a los compromisos que asume la Universidad autónoma venezolana,
reconocidos docentes-investigadores de la Universidad Central de Venezuela, a
solicitud de la Rectora Cecilia García Arocha, elaboraron un diagóstico sobre
el problema de los míseros sueldos de quienes tienen en sus manos la inmensa
responsabilidad de formar los cuadros profesionales universitarios sobre
quienes recaerá la misión de encarar el desarrollo del país. Aunque no es
difícil antelar que la conclusión del mismo indicaría el grado de indecoro de
los sueldos universitarios, vale transcribir algunas líneas de él.
A este respecto, dicho Informe considera que “la tarea asignada es
sumamente compleja”. Más aun, cuando se habla de “dignificar” la profesión
docente, pues el problema no se reduce a desarrollar cálculos matemáticos,
plenamente justificados por un conjunto de supuestos difíciles de rebatir
basados en lo que merece un profesor universitario y que finalmente arrojen un
Tabla de Sueldos un tanto fría. Sino que entran en juego otras consideraciones
como la viabilidad presupuestaria de la nación y la viabilidad política que
tienden a enrarecer la situación en cuestión. A pesar de que el Ejecutivo
Nacional debe acatar el mandato constitucional que exige dotar a la universidad
con recursos suficientes para que cumpla a cabalidad su misión en sus distintas
funciones: docencia, investigación y extensión, sus decisiones llevan la
dirección contraria. Esto, sin duda, revela graves contradicciones.
La labor del docente-investigador dentro de la sociedad, si bien
es considerada muy meritoria, lamentablemente en el país no ha estado
acompañada por una retribución material equivalente, de donde resulta cada vez
más difícil mantener o atraer a los mejores profesionales a la universidad.
“Ello denota una odiosa discriminación en contra de los académicos, cuya única
explicación aparente la proporciona la actitud adversa del Ejecutivo contra las
universidades autónomas por su indoblegable defensa de sus fueros autonómicos y
su negativa a sustituir el debate plural por un pensamiento único que obliga a
renunciar a su vocería crítica frente al acontecer nacional”. Los sueldos
reales del profesorado universitario alcanzan hoy apenas una séptima parte de
lo que eran hace 40 años. Son los más bajos de toda la historia universitaria
venezolana. Esto lleva a la conclusión que son verdadera y tristemente sueldos
indignos.
“Si fuera verdad que la economía determinara el modelo político
que asume un gobierno, entonces la política gubernamental no sería impositiva y
tal vez, menos compulsiva. Quizás, algo comprensiva”
AJMonagas
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
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