jueves, 20 de febrero de 2014

LORENZO GARCÍA TAMAYO, ¿TRANSIGIR DE NUEVO?

Quien transige, subvierte de alguna manera el orden de las cosas, porque la transigencia lleva implícita una condición de aceptación parcial de lo que se cree injusto. De manera que quien transige,  renuncia a un derecho para facilitar el entendimiento de las partes. Acepta el olvido y se desprende “voluntariamente” de lo que fue su pertenencia.

Ah, pero quien transige lo suele hacer en beneficio colectivo y no para que una parte atropelle y someta a la otra.  De manera que aquí en Venezuela en estos tristes quince años,  no ha habido nunca una acción de diálogo constructivo, que pudiera considerarse como una genuina transigencia.

Por eso, ahora que el gobierno insiste en avasallar y más aplasta y humilla, hay que dejar a un lado la ambigüedad. No se puede a la misma vez, estar bien con Dios y con el Diablo. Claro que tenemos derecho a la protesta. Eso nadie lo pone en duda salvo el gobierno. Pero ojo,  no debe confundirse la protesta pacífica, con renunciar a la vía de la desobediencia civil, las marchas y las concentraciones de calle.  No solamente eso,  sino tampoco renunciar al derecho a la legítima defensa, para poner a cada quien en su justo lugar. Porque aquí todos nos conocemos  y sabemos de dónde venimos y a que aspiramos como País. 

El pacifismo judío no evitó el holocausto. El pacifismo no funcionó ni funcionará en Cuba mientras dure Fidel. Y si bien Gandhi al final tuvo éxito, fue porque el imperio británico siempre defendió sus instituciones. Esa es la oscura realidad que hoy ensombrece a la oposición venezolana. No pocos líderes de los Partidos Políticos, no oficialistas, han venido convalidando esa trágica opereta al fragor de la falta de institucionalidad.

El ominoso comportamiento del gobierno para violar contumaz y sistemáticamente el orden constitucional desde la Presidencia de la República, convirtió al país democrático  en una autocracia de estado.

La Institucionalidad es una entelequia. Todos los Poderes Púbicos,  responden inequívocamente al antojo del gobierno. La estatización de la economía es un hecho reconocido internacionalmente. La ideologización política desde los aparatos gubernamentales se ha entronizado en todos los ámbitos de la sociedad.

El Comandante del ejército de un País que no se encuentra en guerra, que hace un llamado a la paz, declara su beligerancia.  Sobre todo,  si se tiene en cuenta que  el Comandante anterior, impuso como consigna de cierre en todos los actos militares, “Patria Socialista o Muerte”, y afirmó constantemente en clara amenaza contra quien no le fuera incondicional, “Quien no está conmigo, está contra mí”.

El Armisticio no es con el Pueblo. Las cárceles, los colectivos armados, y la guerrilla,  bajo la óptica legal, están bajo el control total y absoluto de las Fueras Armadas.  La paz no puede parcelarse, los cementerios sí.
 
lorenzogarciatamayo@hotmail.com
@lorenzogarciata

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PEDRO PAÚL BELLO, DEMOSTRACIÓN EJEMPLAR.

La conducta y actitud de Leopoldo López, el día de hoy, 18 de febrero de 2014, no sólo muestra a todos los venezolanos de todos los niveles de vida que existen en el país, sino a los ciudadanos de nuestras naciones hermanas de este continente y al mundo entero,  que la humana conducta cuando es honesta, no solo es muestra de valentía y coraje, sino verdadero ejemplo de que, cuando se procede con la verdad, nada es temible, nada avergüenza.


Los venezolanos, que por ya más de quince años hemos padecido el oprobio de ser mal conducidos por un régimen que se funda en la mentira, en el odio y el deshonor, nos regocijamos al comprobar que si hay valores en esta bendita tierra de gracia; que si hay, ya muy cercano, un futuro que rescatará valores perdidos por algunos, escondidos o silenciados por otros pero, por sobre todo, permitirá restaurar la libertad y la verdad que parecía haber sido eliminadas de las mentes y conciencias de muchos compatriotas.

Leopoldo es modelo ejemplar e invalorable de lo que es el deber ser, que obliga a no cesar jamás la lucha por defender y mantener las bases fundamentales de toda sociedad justa, fundada sobre principios y valores permanentes, sin los cuales, como decía Don Mario Briceño Iragorry, es mejor morir que vivir muerto.

Pedro Paul Bello
@PedroPaulBello

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TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ, EL PANTANO DE LAS ARENAS MOVEDIZAS

Una de las tareas de este instrumento llamado “columna de opinión” –uno que no cambia la historia-  es contrarrestar las devociones reinantes. Una repetición de lo reinante para solazarse con la imagen fragmentaria rompe con el propósito de las respuestas.

El escritor en ella tiende a combatir la realidad como fraccionamiento. La hace no para convertirse en un transmisor de mitos, pues su tarea  es precisamente la de generar contramitos. El escritor no es un cómplice, es un instrumento para mostrar que, por encima de lo que ocurre, siempre está ocurriendo algo más.
Si lo que hemos vivido esta semana es un hecho insurreccional, -al fin y al cabo plantear que se busca la salida lo es, pues se entiende como la salida del gobierno en funciones-, ha mostrado lo que sin duda alguna es el inmenso malestar de una buena parte del cuerpo social, uno cuya determinación como mayoritario o minoritario es simplemente una tarea banal, dado que abocarse a ella indica de inmediato que la otra parte, mayoritaria o minoritaria, es otra parte con apoyo sólido. Si en términos electorales se habla –presumiendo, claro está, limpieza- un voto decide. En la “física” no electoral no, son mitades donde la disquisición mayoría-minoría carece de todo sentido.
Es imposible provocar la caída de un régimen que goza de un buen porcentaje de popularidad, de respaldo social, independientemente de esa cruzada por alegar es minoritario. Uno diría que la primera tarea es hacerlo impopular, mediante la determinación de las causas por las cuales conserva ese respaldo y trabajar en consecuencia.
Hay variadas razones por las cuales un gobierno no se cae en estos tiempos tecnológicos. Una, la inexistencia de una integración digital consciente, más bien con una diluida en la información especulativa (frente a la “desaparición” de los medios tradicionales lo virtual es el único territorio posible); otra, la inexistencia de una presión militar que apunte al cambio y, finalmente, la incomprensión de la magnitud de una tarea que lleva a especular con Ucrania y a ignorar el precio humano a pagar.
Un mínimo de objetividad en el análisis conllevaría a determinar los sectores involucrados en las protestas recientes y a la verificación de si se produjo o no la incorporación de nuevos, fundamentalmente de los más pobres o, si por el contrario, la participación estuvo una vez más enmarcada en los sectores altos y medios, lo que no encuentra una explicación de fondo en los estudiantes siempre una entremezcla de clases sociales.
Una rápida constatación indica que los sectores populares siguen teniendo un manto de protección, ciertamente disminuido, pero existente, lo suficiente para mantener hacia el gobierno un respaldo que, como voy a repetir, hace imposible el objetivo apresurado.
Hay factores de percepción comunicacional a tomar en cuenta. Las últimas y obsesivas “cadenas” radioeléctricas muestran a un presidente y a un régimen patéticos centrados en la prosecución de una “guerra económica” que pretende inculcar en la población la idea de unos demonios escondiendo azúcar o harina como única causa de la grave situación inflacionaria, de desabastecimiento, de devaluación y de escasez que nos aflige. No hay una contraofensiva racional para demostrar que la causa verdadera proviene de una ideologización ortodoxa y perversa que cree necesario este trance se produzca para el arribo al “socialismo”.
Los acontecimientos muestran un predominio del radicalismo. Los llamados “colectivos” actúan de la manera original para la que fueron creados, ejerciendo violencia, disparando, sirviendo de paramilitarismo sin tapujos. La MUD ha perdido todo control sobre la “institucionalización” de la masa opositora. Estamos en un punto de caos que se traduce en muerte. El régimen recurre a forzar la autocensura, a convertir, mediante manipulación, la protesta en un “ataque fascista”, a “ignorar” el alzamiento en su seno de los sectores radicales, a criminalizar el legítimo derecho a la protesta y llega a ordenar la detención de una visible figura pública oposicionista. Del otro lado, quienes dieron el paso están montados en un potro cerrero: la detención del movimiento los hará efímeros, su continuación un propósito sin victoria, factura siempre a pagar.
El “rosario” de delitos de los que se acusa a Leopoldo López no es más que otro hecho palpable de lo que he señalado como “Constitución evaporada”. Antes vimos los hechos de Margarita y Táchira: el Ministerio Público “pide” y el “juez” de turno “complace”. La situación es de inexistencia total de una norma básica que amalgame. Si alguna definición cabe a este territorio llamado Venezuela es la de un inmenso pantano repleto de arenas movedizas.
@TeoduloLopezM

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ANTONIO RIVAS, NO, MADURO. USTED NO ES DICTADOR

"¡Les llegará su hora! Me llamarán dictador, no me importa". Con esta frase arreciaba el presidente Maduro su discurso inflamable contra la prensa escrita de Venezuela. Yo quisiera tomarme la libertad de darle al presidente mi opinión personal: yo no creo que sea usted un dictador.
Si usted fuera un dictador tendría a todas las empresas expropiadas produciendo por encima de lo que producían cuando las expropiaron. Sus gerentes estarían temblando por entregarle a usted resultados extraordinarios y se pelearían por ganarse su beneplácito. Nadie se atrevería a revender cabillas,  cemento y demás productos regulados. Tendría usted las cadenas de suministro de alimentos, puertos, almacenes, y supermercados del Estado operando a su máxima capacidad. Si usted fuera dictador no habría secuestros ni se cobrara vacunas a comerciantes y ganaderos en nuestro territorio, no habría delincuencia, no estaría el hampa reinando impunemente en ciudades, carreteras y pueblos. Los delincuentes le temieran a las fuerzas del orden público. Si usted fuera dictador, nadie osaría botar basura en la calle, o a rayar las paredes, o siquiera a pasarse una luz roja. Pero todo eso ocurre en Venezuela, y más.
A mi juicio, usted simplemente ha demostrado carecer de las competencias pertinentes para ser Presidente de la República, y viéndose abrumado por la anarquía que le dejó su predecesor solo puede jugar a ser poderoso con lo poco de institucional que queda en el país, mientras pasa el tiempo y no se resuelve nada. Usted tiene la actitud del niño de escuela que, sabiéndose reprobado en todo, opta por descargar su ira con los más pequeños, para intentar ganar a golpes el respeto que nadie le tiene, pero eso no es dictadura, es bullying.
Yo más bien considero que en este momento usted es el mayor preso político que ha tenido nuestra historia. Enjaulado en un proceso político que lo tiene rodeado de espinas en todas direcciones, excepto una: La Habana, donde se encuentra un dictador de verdad. Usted está obligado a manejar este caos tomando decisiones avaladas (o impuestas) por los hermanos Castro, que no contradigan a Chávez, y que no molesten a Cabello y a Ramírez. Usted está tan acorralado que no puede ni siquiera devaluar con libertad, con valentía, sino que tiene que ocultarlo, disfrazarlo, y hasta negarlo. Usted debe darle ascenso a militares golpistas para mantenerlos contentos. Usted se ve obligado a inventar guerras imperialistas para poder excusar la falta de resultados. Usted no persigue a la prensa para amedrentar a la disidencia, sino para callar las estadísticas de delincuencia, escasez, corrupción, inflación, y el creciente descontento en la población. Usted tiene una Ley Habilitante todo poderosa, y no ha podido habilitar nada. Usted no ha podido ni siquiera mudarse a La Casona como le corresponde. Usted no está en control. Entonces ¿dónde está el dictador?
Lea "La fiesta del Chivo" de Vargas Llosa, para que se dé cuenta de que usted tiene mucho de Balaguer y nada de Trujillo. Investigue un poco y dígame quién se imaginaría a los presos mandando en las cárceles en el Chile de Pinochet, o bandas de "orejones" intimidando poblados en la España de Franco. Imagine usted grupos de motorizados atracando en las autopistas en la época de Pérez Jiménez. Es sencillamente impensable.
En resumen, Maduro, anarquía e ineptitud no es dictadura, sino solo eso, anarquía e ineptitud. Y soberbia, amenazas y evasión de responsabilidad no hace dictadores.
Despójese de las ataduras políticas, asuma su responsabilidad, reconozca que la mitad del país no quiere comunismo, exíjale resultados a sus ministros y gerentes o sustitúyalos, ponga en cintura a los delincuentes, llene los anaqueles de producción nacional, encarcele a sus corruptos y controle la inflación, solo entonces tendrá el honor de afirmar dignamente que le tiene sin cuidado como le llamen. Mientras tanto, cualquier título le quedará grande, incluso el de dictador.
@AntonioERivasR
rivas_antonio@hotmail.com

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LUIS MANUEL CUEVAS QUINTERO, LOS DILEMAS DE LA REVOLUCIÓN EN VENEZUELA.

Una reflexión sobre los fantasmas sociales del autoritarismo y la reacción de la sociedad civil del 12 febrero.
"El soberano, es decir, el partido o sus dirigentes, nunca han renunciado […] a lo que se llama la "moralidad comunista”, a saber: el derecho de un aparato de poder autodesignado de disponer de la vida entera, las costumbres, preferencias, motivaciones, del futuro e incluso, de la existencia física del individuo". Agnes Heller.
La peor tragedia que puede vivir una revolución es la de convertirse en el mismo objeto que ella criticó para movilizar los cambios en búsqueda de mayores libertades. El orden de la realidad se trastoca, pierde su sentido de progreso, se desvía y se sumerge poco a poco en un estado de anomia en las que las investiduras y la autoridad política se disuelven vertiginosamente en el  ambiente de corrupción que  decía combatir y que su propia desconfianza en los ciudadanos ha creado. En el fondo del cuadro, la tragedia del personalismo y de su naturaleza autoritaria favorecida por el deterioro de la cultura política democrática, disuelve la responsabilidad del gobierno con los ciudadanos y la dirige a una suerte de lealtad con el líder simbólico o de turno. En su fase de mayor perversión, la revolución que decía reivindicar los valores patrios en Venezuela, termina por someterse al modelo de socialismo cubano y en consecuencia, la soberanía es trastocada en sumisión al modelo de Estado autoritario tropical. Ello explica en principio la más reciente reacción ciudadana encabezada por los movimientos estudiantiles de las universidades autónomas y privadas el simbólico día conmemorativo de la Juventud del 12 de febrero. Pero conviene detenerse en los factores que movilizan las acciones de la sociedad civil.
El desborde de realidad  ha despertado del letargo político a la ciudadanía en un proceso que podemos situar -en una perspectiva más amplia dad sus connotaciones-, desde la derrota electoral de Hugo Chávez en el referéndum consultivo sobre las 69 reformas a la Constitución el dos de diciembre de 2007, el cierre cuantitativo de la brecha electoral entre la oposición y el gobierno en las últimas elecciones, y la explosión ciudadana en el mes de febrero que van desde el día 12 hasta el día de hoy, en el que uno de sus líderes emblemáticos, Leopoldo López se ha entregado para demostrar con su gesto, la situación de sumisión del poder judicial al ejecutivo, una clara demostración de la pérdida de independencia de los poderes públicos. A grandes rasgos el carácter multifactorial de este desborde de realidad se fundamenta en cinco aspectos -que no necesariamente excluyen a otros-,  a saber:
a) la continua escasez de productos básicos y el deterioro de la economía interna, b) el cerco a los medios de comunicación y la clausura de todo diálogo posible en beneficio de un pensamiento único; c) la criminalización de la protesta y del disentimiento, d) la unificación de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial en uno: el poder ejecutivo que se convierte de esta manera, en el espacio hegemónico del poder formal y de facto y, e) una crisis cultural y social de cuyas dimensiones aún no nos hemos dado cuenta
En este orden de ideas, la lógica social que se nos muestra en la experiencia cotidiana, es límite y condición de posibilidad para un debate que supone salirse de los marcos habituales y transitar hacia una búsqueda de indicios que ayuden a armar el caos aparente, tratando de encontrar ciertos principios organizadores para los cuales el lenguaje tradicional de la ciencia naufraga o debe ser ampliado.
En este contexto de limitación del lenguaje, tratar de situar las coordenadas con las cuales se pueda definir cuál es el tipo de gobierno que existe en Venezuela, supone preguntarse también, por qué tipo de política se ejerce en Venezuela y qué tipo de concepción de los negocios públicos y privados tiene el ciudadano común, así como por sus formas de organización ciudadana en las cuales, las libertades formales adquieren sentido y se hacen práctica y conciencia. En el fondo, se trata de volver a colocar en el tapete el viejo dilema del individuo contra el Estado pero en una nueva clave y en una nueva ruta de posibles soluciones de continuidad.
Preguntar por ¿Qué es el nuevo Estado venezolano? Y ¿cómo caracterizar la revolución?, suponen una respuesta difícil que ha ocupado al menos catorce años de un debate. Las combinaciones para caracterizarlo son múltiples: una mezcla de fascismo más socialismo, de nacional-socialismo más socialismo cubano, de comunismo soviético más neoliberalismo, de autoritarismo blando, de despotismo tropical o de totalitarismo democrático amparado en la sacralización del voto por encima de los principios constitucionales de respeto a las minorías. En el fondo, ninguna caracterización parece ser la más acertada para situar el hibridismo que caracteriza al Estado y sus acciones políticas.
Una profunda alteración de lo real se manifiesta continuamente en la actitud del soberano investido de “furor revolucionario” que se expresa en un lenguaje de fuerte carga violenta y estimulante del resentimiento social. Sus actitudes esconden una bipolaridad política que termina por caracterizar su profunda desconfianza por la sociedad civil. De este modo la estrategia de gobierno transita desde la actitud paternalista, benefactora y peligrosamente moralista que suministra un bienestar regulado al pueblo, hasta la acción represiva que llega a vulnerar todo tipo de disidencia u oposición al criterio “racionalizador” del Estado controlado por el gobierno de turno. Este último se abroga para sí el derecho de decidir que es lo necesario para la “máxima o suprema felicidad del pueblo”.
Al confiscarse todas las esferas públicas y privadas en las que se desenvuelve una sociedad racionalmente libre, se termina por crear un espacio propicio para la dictadura sobre las necesidades, que es la forma como caracterizó Agnes Heller y Féher en su crítica revisionista al marxismo distorsionado que impulsa el deseo de control y poder por parte del “radicalismo pervertido”. En un contexto autoritario fundado en este tipo de dictadura, se reducen las posibilidades de crecimiento del individuo y su libre elección. El  Estado se empodera sobre las libertades individuales y  controla por medio del  partido y su cadena de lealtades la vida ciudadana. Esta situación afecta en Venezuela no sólo a la sociedad civil en su conjunto, sino a  las en teoría comunas, en las que supuestamente radica el poder de decidir de la autogestión. Controladas por el partido y por la obligación de lealtad con el benefactor, -esa especie de ogro filantrópico como lo denunció en su momento Octavio Paz-, que satisface sus mínimas necesidades, la autonomía comunal no pasa de ser una más de las retóricas que apuntalan el pseudo discurso democrático del Estado autoritario.
En este sentido, la geometría del poder, una teoría de “especialización” de la autogestión, termina por ceder el paso a una ecuación totalitaria que somete las voces plurales por la voz del partido. La consecuencia lógica es un individuo alienado incapaz de reconocerse como un sujeto libre que ve en el Estado autoritario, la garantía de satisfacción de sus necesidades, aunque esta, altere el ritmo social a través de colas para poder comprar los productos, cree el desabastecimiento y acelere el deterioro de la calidad de vida.
No obstante, la hegemonía absoluta no pasa de ser una pretensión, un deseo de control total del personalismo y su encarnación mesiánica. El desborde de realidad termina por mostrar las fisuras de la revolución, su lenguaje revestido de religiosidad combinada con un materialismo hiperracionalista, deja de impulsar la idea de una esperanza por un futuro mejor y naufraga ante una realidad atroz que termina por debilitar la imagen del poder central seriamente afectado por la realidad del día a día caracterizada por una crisis general.
Frente a esta atmosfera ya de por si asfixiante, el poder de los grupos de presión y el descontento ciudadano que han visto cercenadas las posibilidades de expresarse en la Asamblea Nacional y en los medios de comunicación tradicionales que servían como válvulas de escape,  se hacen sentir en la calle y en los medios que facilitan las nuevas tecnologías de la comunicación. Las manifestaciones universitarias del doce febrero y la persecución de líderes opositores, así como la represión doble por parte de los órganos de seguridad del Estado y los colectivos armados que actúan impunemente, son una muestra del deterioro continuo de las condiciones de vida ciudadanas, y una reacción a la dictadura sobre las necesidades que se ha intentado implantar en una sociedad que a diferencia de la cubana tiene una larga trayectoria democrática.
Encarcelado en los límites del lenguaje que usa, el gobierno es incapaz de dar una respuesta “dialógica” y ajustada a la Constitución y los derechos ciudadanos, ve en cambio en cada protesta, los fantasmas de una invasión norteamericana que no termina por llegar, ve pequeños burgueses y nazi fascistas en las personas que reclaman con preocupación la reducción del horizonte de expectativas, el deterioro de su vida ordinaria y la actitud cómplice de los poderes públicos.
En este sentido, cuando preguntamos por lo que viene sucediendo actualmente en Venezuela, el conflicto de valores al interior del gobierno revolucionario termina por mostrar su naturaleza autoritaria, su pobreza de lenguaje, su cárcel conceptual, y su incapacidad de llamar a un diálogo nacional que suponga escapar en términos pacíficos al sistema de alienación imperante que transforma a la revolución en una “radicalismo pervertido” como llamó en su momento la Escuela de Budapest a las distorsiones del marxismo originario que cedía ante los designios de un partido único confiscador de las libertades individuales y en consecuencia, incongruente con los principios democráticos de la modernidad y de la libertad.
De esta manera, no es un secreto que la sociedad civil en Venezuela ha decidido protestar en contra de una existencia individual y colectiva cada vez más teñida del gris que se lee en la atmósfera espiritual de la Habana y su gerontocracia, un modelo que orienta al gobierno actual en Venezuela y es su espejo de ilusiones.
El ciudadano  ha decidido ir en contra de esa dictadura sobre las necesidades que esconde tras la ayuda paternalista, una esclavitud de la conciencia del individuo y una lealtad acrítica al líder.  A esto se suma la reacción en contra del desabastecimiento de productos de la canasta básica, la disfuncionalidad de las cadenas de distribución de productos lo que favorece el stress ciudadano por colas interminables para obtener un bien ya determinado y sobrevalorado por la escasez; la desinformación, la censura, el aumento de la violencia en las calles, las altas tasas de homicidios, la inseguridad, la impunidad; las violaciones a la autonomía universitaria, la penetración del narcotráfico, la corrupción galopante en las instituciones del Estado, la perversión de la economía; la sumisión del ejército a una ideología, la acción de colectivos armados tales como los Tupamaros y, el control cambiario que el Estado estimula mediante largos algoritmos de requisitos, lo que ha generado su propio mercado negro caracterizado por una cadena de economía informal que se nutre de la compra y venta de divisas como una solución a las ya precarias condiciones de la capacidad adquisitiva de la moneda nacional en medio de un alto ingreso de dólares producto de la volatilidad de los mercados petroleros.
En medio de esto, lo peor de todo: el cese de funciones de la Asamblea Nacional, que se ha convertido en un órgano meramente nominal, otorgando poderes absolutos al Ejecutivo para que este  legisle con un sentido de profundizar un proyecto de Estado autoritario, transfiriendo el espacio de la toma de decisiones por encima tanto de la opinión de los ciudadanos, como de sus acólitos agrupados en comunas. El ejecutivo se abroga el derecho de planificar al margen de la ciudadanía y decide en consecuencia, sobre cuáles son las necesidades verdaderas de sus ciudadanos, es decir, que deben comer, que deben estudiar, como deben emplear su tiempo libre y hasta que deben soñar. Se conculca el derecho de decidir en materias que afectan el interés nacional y el respeto de las minorías y de los grupos disidentes.
La consecuencia  lógica de toda esta situación, es la dominación central del ejecutivo nacional que excluye la separación de poderes y construye una hegemonía absoluta frente a la reacción de la sociedad civil. Sometidos  los poderes legislativo y judicial, el círculo vicioso del Estado termina por construir una red de lealtades fundadas en el temor y en un falso bienestar de acción limitada, artificial en sus posibilidades de satisfacer a largo plazo las necesidades populares. En este contrapunto la sociedad se resiste a ser absorbida por el Estado y reacciona ante la ruptura del contrato social que caracteriza la racionalidad y la aspiración de cara a la modernidad en término de un bienestar y una paz sociales. En esta tensión, queda abierto peligrosamente y ante el silencio momentáneo de la comunidad internacional, el espacio para una unidad coercitiva cuyas posibilidades de éxito son efímeras dado el contexto global de los derechos humanos y de las articulaciones materiales y espirituales del sistema mundo, así como de la dignidad de los ciudadanos.
Se vive pues en medio de la crisis una emergencia de una cultura política que había perdido su orientación ciudadana y el interés por los negocios públicos. A estas legítimas preocupaciones, y reclamos debe el Estado dar respuesta, a esta situación deben la burocracias estatales dirigir las lealtades y responsabilidades que se dirimen entre la sociedad civil o el personalismo.
De esta manera, el Estado se debate en el dilema de responder a una de las dos caras que ha legado la modernidad del siglo XX: o a la democracia o la dictadura todo un dilema para el autodenominado socialismo del siglo XXI. Esta y no otra es la situación actual que se observa en una Venezuela que vive un momento histórico en su larga marcha por la democratización de los poderes públicos, la vida ciudadana ajustada a las libertades formales  y, la relajación de la tensión esencial entre el individuo y el Estado.
El gobierno y sus consejeros de la Habana deben recordar que de la situación de impotencia total que es producida por un cerco sistemático de los espacios sociales, puede emerger desde la coerción y desde las zonas silenciosas de la historia, de los caminos imprevistos de las revoluciones como señaló Caracciolo Parra-Pérez, una violencia justa y legítima de la ciudadanía, ella es el motor de las nuevas revoluciones democráticas que transportan nuevas ideas y actúan sobre la base de una racionalidad humanista que se opone a toda forma de autoritarismo.
luimanc@yahoo.com 

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LUIS JOSÉ SEMPRUM, MADURO Y LOS CUBANOS DEBEN IRSE

Hasta el pasado 12 de febrero en la mañana, los estudiantes solamente exigían al Gobierno la  liberación de sus compañeros, el respeto a su derecho a la protesta pacífica, y otras peticiones sencillas y razonables. Pero luego de lo ocurrido en la noche del 12 y en los días posteriores, Venezuela entera exige la renuncia de Maduro y la salida de las fuerzas cubanas de ocupación.

La investigación llevada a cabo por el diario Ultimas Noticias y colgada en un video de YouTube (http://youtu.be/MmHEEO_MpII), es incontrovertible: el asesinato del joven estudiante Bassil Da Costa fue planificado y orquestado por agentes del oficialismo, protegidos por los cuerpos de seguridad de Estado. 

Es evidente que el Régimen utiliza a los grupos paramilitares armados para sus operaciones sucias. Ahora cobra sentido la revelación de la banda de “Los Orejones”, respecto a que tenía un acuerdo con el Gobierno. Pareciera que el pacto con las pandillas delincuenciales consiste en permitirles robar y asesinar a la población, siempre y cuando actúen como grupos de choque contra la oposición cada vez que sea necesario.

La represión oficial ha sido brutal e inhumana. El Foro Penal Venezolano denunció violaciones graves a los derechos humanos de los estudiantes: heridos, desaparecidos, torturados, vejados sexualmente, robo de sus pertenencias y otras barbaridades (http://youtu.be/SO-mg7Bt2lI). Las fuerzas públicas han emboscado a quienes protestan, y los han reprimido con bombas lacrimógenas vencidas y productos químicos prohibidos.

El Gobierno actúa como una fuerza extranjera enemiga, que odia a los venezolanos y que desea aniquilarlos. Lo cual no es de extrañar, porque quienes dirigen las operaciones son cubanos, cuyo único interés es seguir succionando nuestros recursos. Por eso, solo un cambio de gobierno es aceptable en estos momentos.

Para terminar, quiero añadir que los hechos del 12 de febrero exoneran a Iván Simonovis, porque el paralelismo entre lo ocurrido en estos días y el 11 de abril es idéntico. Solo que ahora el gran culpable no es Simonovis, sino Leopoldo López.

@LuisSemprumH

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SUSANA MORFFE, EN BUSCA DE LA PATRIA PERDIDA (ENTRE CIELO Y TIERRA)

Hubo un reino donde gobernaba una clase política que derrochaba democracia en todas sus ofertas y planes de la nación. Los súbditos divididos en clases, marginados, media y media alta, se acostumbraron al ritmo del péndulo, cada cinco años se turnaba un rey con más democracia y todos bailaban, a ritmo de bolero, una forma de gobierno que  permaneció por más de 40 años, mientras los marginados “meneaban su sopa” que estaba en olla de presión a punto de ebullición.
Pasó el tiempo y el reinado se caracterizaba por la bonanza, dinero a granel, debido a que el rey de turno logró amasar gran fortuna con los recursos naturales que tenían para explotar y exportar. Sin embargo, entre blancos y verdes se comenzó a producir una legión de individuos que se adueñaban cada vez más de los recursos y a enriquecer su patrimonio, mientras las arcas de la república quedaban comprometidas.
El piso se erosionaba, existía mucho malestar por una gran diferencia entre ricos y pobres, estos últimos eran engañados una y otra vez. A esta clase pobre de la sociedad los blancos  y verdes,  y de la diversidad variopinta, les daban materiales de tercera para construir casas o también se los robaban para vivir hacinados en cerros o en áreas inapropiadas para  habitar.
En el reino se fue deformando la convivencia humana porque se consideraba que las políticas estaban irremediablemente condenadas al fracaso. Sin embargo, el rey de turno miraba solo hacia un horizonte personal, donde la abundancia, el derroche, las formas de vida familiar eran cuestionadas. Hubo asesinatos, grupos comandos que cometían sicariatos, las cárceles registraban un estado de deterioro y hacinamiento total. Así fue como llegó la demolición de unos de los retenes más atroz, a raíz de una decisión política de un rey que mandaba por apoyo de un chiripero.
Todo era fríamente observado, la vida por arriba era ostentosa, muchos llegaron a estudiar completo, otros carecían de oportunidades, el que no viajó no lo aprovechó; no obstante, por debajo el estiércol corría por las calles, pero una gran clase respiraba con el pañuelo en la nariz. Descontento, malestar, quejas y presagio del final de la democracia, era la comidilla en puerta.
Nadie se dio cuenta de lo que podía pasar y mucho menos de lo que iba a llegar para un reino próspero y quizás envidiado por su producto interno bruto. Llegó el cambio, el rey de turno blanco fue destronado en varias intentonas. Hasta que cabalgando como jinete con malos presagios, apareció el llanerito con una corte militar para posicionarse del patio que, según cuentan, se lo encomendó el propio libertador de la patria. En esa locura, se sumergió una gran cantidad de súbditos, entre ellos los marginados.
Y con el pueblo en la mano, mas la clase productora de la comarca apoyando al nuevo rey, se comenzó a gobernar bajo la alegría de que ahora si se iba a producir un gran cambio. El rey nuevo mantenía una carta debajo de su manga o era el mango de su garrote. Desde una isla lejana lo comprometían a realizar una revolución social y por ese sendero se dejó llevar durante largos años, entre elecciones, protestas y marchas.
Lo único que no cambió en ese nuevo gobierno galáctico, fue el nombre de la patria, aún se conserva como Venezuela, el mismo país que pasó de su enamoramiento al divorcio total del jefe de la manada que nunca más volvió. El país se convirtió en Venezuela sangrante, ahora no en las manos de un llanero, sino de un forastero, la exprimieron por todos los rincones, creció una casta de delincuentes de arriba y de abajo. Los ojos atónitos de los opositores comenzaron a replegarse para volver a mantener la vida de épocas pasadas.
Pasaron factura, con la nueva dictadura creció la élite de los enchufados de lado y lado, la descomposición social incontrolable, las muertes, corrupción, alimentación y formas de vida terminaron con el país que, finalmente, quedó a merced de los extranjeros. No hubo nada que defender, solo jóvenes heroicos dieron un paso al frente para rescatar su futuro perdido. Algunos encontraron la sedienta muerte de colectivos armados, nada se pudo revelar y todo quedó para la historia y aún cuenta la leyenda que hubo detenidos por autoridad del mandante, otros multiplicados  siguen por las calles con la esperanza de retomar la respiración de la patria perdida.
Susana Morffe
@susanamorffe
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GUILLERMO HIRSCHFELD, S.O.S. VENEZUELA: UNIDAD INTERNA Y AYUDA EXTERIOR

Los episodios de violencia que están sacudiendo a Venezuela y que han acabado con la vida de varios estudiantes en estos días, han puesto en evidencia el desmoronamiento de un modelo que se muestra incapaz de gestionar cualquier función esencial de gobierno, y que además impone el terror en las calles para frenar las protestas sociales que su impotencia ha generado.

El chavismo-madurismo ha demostrado ser generador de caos y desgobierno en todos los órdenes de la vida pública, especialmente en la economía y en la seguridad. Las bandas delictivas, los “malandros” motorizados afines al gobierno, tienen patente de corso para disparar y matar. Se trata del régimen de terror al que nos tienen acostumbrados quienes deciden liberar los demonios del resentimiento para dar barra libre al crimen y la violencia con fines políticos. El país se ha situado entre los más violentos del planeta y está a la cola mundial en todos los índices que mensuran componentes esenciales de la democracia: seguridad jurídica, libertad de expresión, poder judicial independiente o separación de poderes. La consecuencia inevitable del caos es la anarquía y ésta es contraria a cualquier proyecto político viable. Venezuela, como proyecto de República, esta siendo devastada.

En este escenario dramático, es clave que la oposición –que a estas alturas ya se ha elevado a la categoría política de resistencia heroica– se mantenga unida. Su unidad la fortalece, y su fragmentación es funcional a los que la oprimen. Y es clave que esa unidad se produzca en torno a un proyecto político que, citando a Ortega y Gasset, debe ser un proyecto sugestivo de vida en común, empezando por la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales, porque ser oposición no se reduce a presentarse a elecciones. Se trata de unirse en todos los terrenos para canalizar el deseo de cambio de los millones de venezolanos que así lo expresan estos días.

Es ingenuo pensar que en Venezuela puedan corregir la situación quienes son responsables de ella, quienes han cegado los cauces institucionales por los que debería avanzar el cambio del país. Por esta razón, es alarmante la pasividad que está mostrando la comunidad internacional ante la evolución de la situación en Venezuela. Lo es la displicencia tanto de la Unión Europea como de los EE.UU. frente al atropello totalitario que se está cometiendo en el corazón de América Latina, parte sustancial de Occidente. Más aún cuando esto coincide en el tiempo con una creciente complacencia con la Cuba castrista, un régimen dictatorial que anima a sus aprendices, y en especial a aquellos que cuentan con petróleo.

Venezuela necesita hoy, más que nunca, la unidad de los que luchan por la democracia, la libertad, la paz, los derechos humanos y la justicia dentro de su país; y necesita igualmente un apoyo internacional creíble y eficaz que investigue y sancione con firmeza toda conducta opresora del gobierno, y que amplifique la voz de quienes padecen el yugo del socialismo del siglo XXI.

Hombres libres lograron reinstaurar democracias en más de la mitad de los países de América Latina en los últimos cuarenta años. Nuevamente, de ellos depende en Venezuela.

Guillermo Hirschfeld
ghirschfeld@fundacionfaes.org
@Hirschfeld1977

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ASDRÚBAL ROMERO MUJICA, ¿TIENE FUERZA LA SALIDA?

Partiendo del deseo de comentar brevemente el muy interesante artículo del politólogo Yván Serra (“EL PUNTO MEDIO” en su blog periscopio2.wordpress.com), terminé escribiendo estas reflexiones para cuya comprensión no es, estrictamente, necesaria la lectura de la referencia, aunque desde luego les recomiendo que lo hagan. El planteamiento central es si la acometida estratégica La Salida impulsada por Leopoldo López, la diputada Maria Corina Machado y otras personalidades de la oposición, tiene la fuerza suficiente como para lograr el objetivo tácitamente definido en su denominación, es decir: la salida de este gobierno mediante algún mecanismo previsto constitucionalmente, por ejemplo: la renuncia, que es la opción de mi preferencia.

En opinión de Serra: no la tiene. Para el momento en el cual escribo estas líneas, puedo coincidir con su opinión si ella está referida a un lapso de tiempo breve como el que muchos habitantes de este país quisiéramos. Refiriéndose el precitado autor específicamente a Valencia: mientras en el norte –zona donde habita la clase media- se respiraba el 12F un ambiente de alta conmoción política, en el sur o en el municipio Los Guayos –zonas donde se ubican mayormente barriadas populares- se respiraba un ambiente de total normalidad. Más allá de esta observación puntual, Serra refuerza su tesis con un interesante gráfico en el cual se muestra el perseverante déficit de votos opositores en los municipios con menores ingresos per capita. “Mientras esta realidad no cambie será difícil salir del Régimen por la vía electoral o por otra vía” y acciones como La Salida, a la cual Serra le endilga un reducido criterio estratégico, poco contribuyen en este sentido. Si esto fuese un debate, tendría que sentirme severamente limitado por la fortaleza argumental de mi adversario.

Pero no voy a rebatir la validez de ese argumento, yo lo que simplemente creo es que ante la pasividad de la MUD, más temprano que tarde actores políticos de la oposición iban a emerger con una posición más protestaria y acorde con lo que viene demandando la gravísima situación del país. Es decir: ya hay señales evidentes que a la pobre Venezuela nos la están zumbando por un despeñadero y lo contrario: que no existiera algún sector de la oposición que se envistiese de ese sentir que los venezolanos no tenemos horchata circulando por nuestras venas, es lo que habría lucido incomprensible y antinatural ante los ojos de todo el mundo.

A los fines de desarrollar mi tesis, me voy a permitir previamente dos breves incisos. En primer lugar: no incluyo a Capriles en el señalamiento de la pasividad porque él ya tomó, en su momento, una decisión que respeté aunque no compartí y, como consecuencia de ella, tiene el nada fácil desafío de ejercer la Gobernación de Mirada en las actuales circunstancias. Tal como previmos, no está en capacidad de ejercer, simultáneamente, una activa y efectiva coordinación de la política opositora como la que se requiere ante un régimen como el que confrontamos. En segundo lugar: habida cuenta que en los espacios de opinión, muchos le asignan a La Salida el carácter de ser una acción política típica de clase media y muy similar a la del 2002, voy a permitirme una licencia para redefinir esa clase media incluyendo a todas las familias que dependan, económicamente, de personas adscritas a un ente público o privado mediante una relación de trabajo formal, con prescindencia de que su nivel de ingresos sea inferior a lo que los estándares tradicionales definen como clase media.

Son, precisamente, los miembros de esa clase media los que tienen mayor conciencia del nivel de destrucción que este régimen le ha perpetrado al país. Saben lo que está pasando con los medios de comunicación: ven y padecen cómo el Régimen ha condenado a muerte a la prensa escrita; mientras tienen que acceder por las redes sociales al video de los Tupamaros en Mérida atemorizando, impunemente, a la población civil, porque si buscan enterarse a través de cualquier canal televisivo se encontrarán con recetas de cómo hacer patacones a la maracucha o huevo frito (me permito un plagio de mi admirado, ahora más, Chataing). Esa clase media es la que sabe que las ensambladoras se van y que mejor cuida a su carrito porque quizás sea ese el último que tenga por muchos años. Es la que teme que algún miembro de la familia caiga en una enfermedad grave porque no sabe si conseguirá los fármacos adecuados o, simplemente, la clínica privada que presta mejor servicio a su seguro de hospitalización ya habrá quebrado. Es la que siente una profunda tristeza, acompañada contradictoriamente de alegre resignación, al ver que sus jóvenes hijos quieren abandonar el país porque éste ya no les ofrece ningún futuro. Esa clase media sabe, perfectamente, que la escasez se va a agudizar y, lo que más le preocupa, tiene conciencia que su velocidad de empobrecimiento es cada vez más acelerada. Lo que posiblemente no sepa es que ha comenzado a transitar por un período de empobrecimiento exponencial (la velocidad de empobrecimiento es proporcional a la magnitud del mismo) porque esta precisión entra en el reino de lo técnico, pero lo intuye cuando monitorea, día a día, el valor del dólar paralelo y ve con él volar sus esperanzas por una calidad de vida como la que tenía antes. Esa clase media está arrecha, sin eufemismos, como lo expresa Serra en su excelente análisis preliminar del problema, y ha esperado, con vehemencia, a que la oposición haga algo. La inexistencia de una iniciativa que diera respuesta a esa esperanza, sería un peligroso vacío que, como bien lo señala Axel Capriles en otro excelente artículo “La Locura Colectiva”, nos empaquetaría a todos en ese proceso en línea de la guerra psicológica que nos vienen aplicando: confusión- decepción-frustración-adaptación. Eso es lo que quiere este régimen comunista: que terminemos cansándonos porque ya no hay nada que hacer y adaptándonos a lo inaceptable.

Es en este escenario que Leopoldo y compañía insurgen y asumen el reto. En mi opinión, han hecho lo acertado. ¿O es que acaso decenas de analistas del tema político en este país –incluido- no veníamos hablando, desde hace meses, de la necesidad de superar ese divorcio entre MUD y sociedad mediante la articulación de sus demandas sociales con la plataforma de acción política? ¡Es lo que han hecho! Además, mediante una propuesta pacífica, porque salir a la calle a protestar contra las pésimas ejecutorias de este régimen es un derecho que tenemos, que no podemos dejarnos quitar y que no tiene por qué implicar violencia. Y este régimen, tan absurdamente pretencioso, tendría que ir aprendiendo a convivir con la protesta social como el precio a pagar por su estruendoso fracaso. Si el régimen prefiere salir con sus colectivos armados a exacerbar la violencia; si dentro de la oposición hay compatriotas que ya no quieren poner el otro cachete y caen en el juego de la violencia, éstos son problemas que se escapan del control de quienes asumen la protesta como una acción política indispensable en este momento y que, además, es perfectamente normal y aceptable en todo el mundo democrático. Cada cual tendrá que asumir su responsabilidad, pero ello no puede detenernos en nuestro accionar.

Potestar no es un atajo, es un derecho y una necesidad en esta muy delicada etapa que vive el país. Quizás, la denominación utilizada para la arremetida estratégica "La Salida" sea un tanto agresiva, al insinuar un “¡Vete ya!” que no es posible en el corto plazo que anhela la gran mayoría de la clase media. Tiene Serra toda la razón al señalar el “hashtag” del "#13FVnzlaEnlaCalleNicolás..." como políticamente inmaduro e inconveniente en el contexto de un proceso que será, impredeciblemente, complejo. Pero, por otra parte: ¿Por qué no interpretar “La Salida” como el inicio de un proceso conducente a sentar las bases para que se produzca esa salida en el tiempo que los hechos irán dictaminando? Ya no hay tiempo para sentarse pasivamente a esperar. Todas las tendencias apuntan, incontrovertiblemente, hacia el desastre y ninguna de las acciones anunciadas por este gobierno las revierte, todo lo contrario: las agrava. De hecho, si ellos fueran, en un mínimo grado, responsables renunciarían porque no creo que no estén conscientes que han quebrado al país y lo han conducido hacia un callejón económico sin salida. De esto, también comienza a tener conciencia esa clase media a la que tanta referencia he hecho en este análisis. Si hay otro sector de la sociedad que todavía se siente lo suficientemente cómodo como para no motivarse a protestar, eso no excluye el derecho que tenemos nosotros para hacerlo. Habrá que incluir dentro de La Salida programas dirigidos a hacerle ver a ese otro sector la inminencia de una crisis que también los arrastrará a ellos, como bien lo dice Serra en la parte final de su análisis. Es a la clase media a quien le corresponde asumir el rol como generadora de la opinión impulsora de los cambios que se requieren en el país. Es el rol que suele tener y así se le reconoce en todos los países que funcionan democráticamente en el planeta. Por esta razón es que, en ninguno de estos países, los gobiernos se plantean gobernar a espaldas de la clase media, eso sólo ha sido posible aquí porque contaban con un arsenal de recursos económicos que ya malbarataron.

Los malbarataron y ahora las circunstancias económicas en las que se da este proceso son radicalmente distintas, realidad ésta que no pareciera ser tomada en cuenta por esos analistas políticos que insisten en calificar a “La Salida” como una repetición de los errores del 2002. Ni la clase media se encuentra en las mismas condiciones de desesperanza y entrampamiento, por lo tanto ya no es la misma del 2002; ni tampoco el país cuenta con los mismos recursos para salir del atolladero. ¡Ni remotamente es el mismo! Cada día que pase, las señales de destrucción de nuestras posibilidades como país serán más devastadoras. Es cuestión de responsabilidad, por nosotros y por nuestras generaciones futuras, activarnos ante este régimen para hacer valer nuestro profundo descontento y propiciar una salida a esta crisis. A este régimen tan pretencioso, le corresponderá entender que tenemos razones valederas para protestar; y si no lo hacen, peor para ellos. La Salida es la única opción que tenemos, por lo tanto tiene que tener la fuerza que sea requerida o, definitivamente, perderemos al país.

@asdromero

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JOSÉ LUÍS MÉNDEZ LA FUENTE, EL GRAN DICTADOR

El 15 de octubre de 1940, se estrenó en Nueva York  la primera película sonora del  famoso actor   británico Charles Chaplin, hasta ese momento el único cineasta en Hollywood que seguía realizando películas mudas, cuando el sonido tenía ya rato en el cine.  El gran dictador (The Great Dictator ) fue su película, no muda, de mayor éxito, obteniendo  el premio  a mejor actor del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York y siendo nominada a cinco premios Oscar ese mismo año de 1940, aunque al final no ganó ninguno. Prohibido en muchos países durante años, el film que en España, por ejemplo, no pudo ser visto sino hasta el año 1976, a la muerte de Franco, fue galardonado igualmente en 1961 (Premio Kinema Junpo) y en 1976 (Premio Jussi).
La película es una dura e inteligente sátira contra el nazismo, el fascismo, el antisemitismo y las dictaduras en general. En ella, Chaplin define a los nazis como "hombres-máquinas, con cerebros y corazones de máquinas". Allí, Chaplin interpreta dos papeles, el del dictador Adenoid Hynkel,  parodiando a Adolf Hitler, y el de un barbero judío, personaje que según los entendidos en esta materia, tiene muchas similitudes con el famoso y conocido Charlot.
Este barbero judío que combatió con el ejército de Tomania (Alemanía) en la primera guerra mundial vuelve a su casa años después del fin del conflicto. Amnésico a causa de un accidente de avión, no recuerda nada de su vida pasada, y desconociendo igualmente la situación política actual del país donde Adenoid Hynkel (Hitler) un dictador fascista y racista, ha llegado al poder y ha iniciado la persecución del pueblo judío, a quien considera responsable de la situación de crisis que vive el país. Hynkel y sus colaboradores pretenden conquistar el mundo para lo cual han empezado a preparar una ofensiva militar. 
En el desarrollo de la trama el barbero es enviado a un campo de concentración del que logra escapar después de muchas peripecias, vestido con un uniforme del ejecito de Tomania; pero debido a su gran parecido con Hynkel, los guardias fronterizos que lo detienen, lo confunden con él, mientras que Hynkel es detenido por error, al creer que es el barbero, por sus propias tropas. Así, el barbero, bajo la identidad de Hynkel, es conducido a la capital de Osterlich (Austria) para dar un discurso sobre el inicio de la conquista del mundo, la anulación de la libertad de expresión y el sometimiento de los judío
Contrariamente a lo que se esperaba, el barbero pronuncia un discurso conmovedor, que contradice al de cualquier dictador, en contra de las políticas antisemitas de Hynkel, declarando que Tomania y Osterlich se convertirán en naciones libres y democráticas y haciendo un  llamado a la humanidad para acabar con las dictaduras. He aquí un resumen de lo que dijo:
“Lo siento. Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio. No quiero gobernar ni conquistar a nadie, sino ayudar a todos si fuera posible. Judíos o gentiles, blancos o negros. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos…..El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio…Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, a millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano…El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el hombre exista, la libertad no perecerá.
Soldados: no os entreguéis a ésos que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir….Soldados, no luchéis por la esclavitud, sino por la libertad…En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres trabajo y dé a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Con la promesa de esas cosas, las fieras alcanzaron el  poder, pero mintieron. Nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. ..Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón. Soldados: En nombre de la democracia, debemos unirnos todos."
xlmlf1@gmail.com

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RAFAEL BELLO, VENEZUELA ES UNA NACIÓN DECIDIDA POR EL DERECHO INSUSTITUIBLE DE LA LIBERTAD, RESPUESTA ANDINA

 Historia viva en el transitar del tiempo. Es el "Paso de los Andes" de los venezolanos con el ímpetu de libertad en la historia de América. Es la libertad que abraza pueblos de la geografía venezolana en el sentimiento sin límites de los derechos del hombre libre. Es la mujer venezolana con la sangre que hierve de coraje y no le teme a la metralla de la barbarie. Es la unidad del pueblo que no comulga con la entrega ni con la cobardía de los comensales electoreros.

Ahora el pueblo está en la calle y en la unión Venezuela ha dicho basta. En la unión estudiantil a la que le brinda apoyo decidido y ejemplar la familia venezolana que sufre la desgracia de la miseria en una de las naciones más ricas del universo. Es la Venezuela que con sus hijos de gloria hace suya la libertad que la lleva en el alma. Es mi patria querida. De sueños y esperanza, de virtud ciudadana en la conciencia del derecho de ser libres, que se vuelca a las calles con las armas de la razón y del civilismo. Pero además, con la convicción de la justicia social en el principio fundamental de la democracia como sistema de gobierno. Por eso se lucha.

Esta es la juventud que estudia, trabaja y lucha contra las ataduras totalitarias que condenan a la ignorancia y al sufrimiento. La juventud estudiantil abre horizontes de gloria en la historia nacional. Y está presente esta juventud venezolana que no comulga con el entreguismo ni con las actitudes abyectas de la entrega y el cálculo perverso oportunista. Esta juventud que se enfrenta al régimen totalitario de mercenarios dolarizados, levanta el tricolor nacional de la libertad de Venezuela.

En las calles de Mérida y San Cristóbal, ondea la libertad y en onda expansiva abraza pueblos y ciudades en los demás puntos cardinales del país. Venezuela es una nación decidida por el derecho insustituible de la libertad.

bello.rafael@yahoo.es
@unidadylagente

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ALEX VALLENILLA, LOS CASTROS TIENEN SUS DÍAS CONTADOS EN EL PAÍS

El castrocomunismo ha chocado con un muro construido por casi 300 años

Castro ha fallado. En su juego de estrategias no contó con el muro sólido que en Venezuela se ha construido por casi 300 años: el pensamiento libre en las universidades públicas y privadas, ha subestimado a un enemigo que lo derrotará irremediablemente.

Los hechos de protestas estudiantiles por todo el país, a pesar de ser censurados por los medios públicos y privados, son indetenibles.

En Venezuela Castro aplicó un método represivo para generar temor. Por ejemplo, a los militares les infringió cuando apresan a Baduel, el compadre de Chávez, el resto pensó, “si eso le pasó al que lo rescató en abril de 2002 qué queda para nosotros”, allí claudicaron los generales.

A los medios los atemorizó, cerrando a RCTV, el más icónico. A muchos periodistas ha autocensurado, persiguiendo a los más connotados y así en muchos sectores. Pero a los estudiantes no pudieron meterlos en el carril, ni atemorizarlos.

Hoy vemos un choque de dos paradigmas.

El pensamiento libre forjado por instituciones como la UCV, la ULA y otras, con casi 300 años históricos, con huella profunda en las libertades cívicas y económicas de este país, instituciones que incluso 100 años antes de El Libertador ya daban sus primeros pasos.

Y el otro, el castrocomunismo, obsoleto, retrógrado, miserable y trasnochado, un modelo empobrecedor, que se quedó en un discurso ya fuera de vigencia. Con 50 años haciendo que el cubano pase hambre.

Castro esta vez no lucha contra la CIA, el castrocomunismo no está en la Guerra Fría, ahora apropiados indebidamente de las riquezas y el capital político que dirige hoy el país, es el status quo, y debe enfrentar a una rebelión popular forjada por jóvenes que tienen arraigo de libertad, cinco veces más antigua que el propio Fidel.

Esta lucha en Venezuela que ha emprendido sorpresivamente el estudiantado, verdadero forjador de libertades, frase que ya no debería ser propia del ejército venezolano, sino de los estudiantes, es la clara señal que el castrocomunismo tiene sus días contados.

Si Castro falla en Venezuela, habrá sido su fin definitivo en toda Latinoamérica, incluso hasta la juventud cubana se animaría a sacarlos a patadas del poder allá en La Habana.

Alex Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
CNP 16478
@alexvallenilla

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JESUS ELORZA GARRIDO, EL GAITAZO

La directiva del equipo de baloncesto Gaiteros del Zulia convocó a una rueda de prensa para informar sobre los nuevos colores del uniforme para la temporada 2014. Ahora seremos “Rojos-rojitos”. No vamos a seguir usando el tradicional amarillo con negro porque esa policromía corresponde a la cuarta republica. Somos revolucionarios y por lo tanto el color de nuestra divisa es el color de la revolución. Que no les quede la menor duda les decimos al mundo entero que somos chavistas y maduristas.
- ¿Que pasa con la identidad? Preguntó uno de los periodistas.
La respuesta fue: “Si ser chavista es perder identidad, la seguiremos perdiendo”y además debo agregar que somos los dueños de esta franquicia y hacemos lo que nos da la gana…..y remató, con la siguiente coletilla “No mas preguntas” pasemos a la información técnica.
Pero antes, quisiera decirles, que asumimos la nueva temporada como un escenario de guerra. En esa batalla, lucharemos como nos lo enseño nuestro querido y eterno comandante, hasta la victoria final….nuestros jugadores ahora serán los guerreros de la cancha.
Para asegurarnos el logro  de esa épica aspiración hemos decidido contratar como entrenador al camarada vietnamita  Võ Nguyên Giáp por su reconocida experiencia y solvencia en la guerra popular contra el imperialismo francés y norteamericano. Todo lo que tiene que ver con estrategias y tácticas de juego, también lo hemos analizado y creemos oportuno, señalar que en lo relativo a los sistemas de juego, vamos a tomar en cuenta las experiencias que a nivel nacional hemos tenido….como por ejemplo:
-Para la defensa de zona, emplearemos los criterios del colectivo La Piedrita por la efectividad de los mismos en evitar que otras personas puedan ingresar a “su territorio” en el 23 de Enero.
- El sistema defensivo hombre a hombre con presión en toda la cancha, estará fundamentado en las experiencias del grupo  Los Orejones que lograron controlar toda la Zona de Paz en los Valles del Tuy acorralando y dominando totalmente a los cuerpos policiales.
- En materia de Tiros Libres nada mejor que el entrenamiento de las milicias con sus AK-47.
- Para la ejecución del Quiebre Rápido, hemos abierto un concurso entre todos aquellos mollejuos que el año pasado generaron más de 25.000 homicidios y estamos seguros que al final el ganador será el pran con mayor promedio de personas quebradas o asesinadas.
- El empleo de cortinas para permitir el desmarque de nuestros guerreros, esta garantizado con la Fosforito, que desde su cargo ha tapado todos los desafueros que se cometen en los recintos penitenciarios del país.
- El trabajo de la Fiscalía, en relación con la Libertad de Simonovis, será tomado en cuenta para la práctica del bloqueo defensivo.
- Para la jugada de  A-SALTO ENTRE DOS, emplearemos todas las enseñanzas de los motorizados con parrilleros que participan de los diarios atracos.
- Nadie mejor que los dueños de las empresas de maletín para que nos adiestren en como Cazar Guiris….no pelan un dólar de Cadivi.
Nadie, en el salón de conferencias podía creer lo que estaba escuchando….y a un maracucho jodedor, se le ocurrió decir: Falta que, ahora nos anunciéis que el quinteto abridor estará conformado por  Cabello como piloto, la dupla Arreaza-Merentes como aleros, Ramírez y Nicolás como hombres postes…..la risa burlona retumbó en todo el salón.
Otro jodedor, agregó que, ese equipo por su escaso promedio de estatura y el mal manejo de los fundamentos técnicos, habrá que llamarlos “La Banda de los Enanos.
¡¡Vergación!! exclamaron los presentes cuando fue desplegada una inmensa pancarta con la consigna “Cestas o Muerte….venceremos”
Jesus Elorza Garrido
jesuselorza@hotmail.com

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