viernes, 12 de diciembre de 2014

RAFAEL RODRÍGUEZ MUDARRA, DEL COMPORTAMIENTO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

RAFAEL RODRÍGUEZ MUDARRA
PABLO RUGIERRE PARRA quien se desempeñó  como profesor en la asignatura correspondiente al Derecho Constitucional, en una de  sus  magistrales  e inolvidables  disertaciones sobre el Poder Público,  concretamente  en lo referido al Poder Ejecutivo nacional, nos decía a los que para entonces fuimos sus discípulos en el primer año correspondientes  al  estudio del derecho, palabras mas palabras  menos; y con el honor merecido  al claustro universitario, lo siguiente: “bachilleres la Constitución  de la Nación  venezolana,  no sometida a  la voluntad de un dictador, pauta   que para ser elegido  Presidente de la República se requiere  ser venezolano por nacimiento, no poseer otra nacionalidad, mayor de  treinta años , de estado seglar , no estar sometido a condena  mediante  sentencia  definitivamente firme  y cumplir con  los demás requisitos establecidos en la  Constitución”, para luego en la forma ponderada  de  maestro que le era excepcional, agregar: “pero eso no quiere  significar que todo el que pueda reunir  esas condiciones habrá   de desempeñarse con la sensatez requerida para tal ejercicio”, expresiones estas emitidas  en plena dictadura   del  general   Marcos Pérez Jiménez. La audiencia por supuesta  sabía interpretar la sorna empleada por el  expositor, guardando la compostura  voluntaria debida.

    Derrotada la dictadura de MARCOS PÉREZ JIMENEZ  como producto de la acción unitaria del pueblo venezolano, a partir de la fecha de abdicación  de éste y su fuga vergonzosa, Venezuela  que a decir del Padre de la Patria, no era mas que la expresión de una CUARTEL,  después de centenares de Golpes Militares; a partir de 1958 alcanza prestigio en la región y el mundo , la estabilidad democrática así como la independencia de los poderes públicos, el respeto  a la autonomía universitaria,  de las instituciones  que conforman el poder público y el enjuiciamiento del dilapidador corrupto ,  tuvo asidero por un espacio de significativo recuerdo.
   El Congreso dada la condición  bicameral del entonces Poder Legislativo Nacional, integrado en forma plural, hubo en momentos   varios   de ser contrario a las fuerza integrantes  del oficialismo. En muchas oportunidades el Poder Ejecutivo nacional  estuvo ausente de mayoría parlamentaria; pero privaba la condición moral de los sectores integrantes de ambas cámaras,  los que actuando como cuerpo colegislador anteponían sus vanidades subalternas  en beneficio de los intereses de la nación, eran principales en la defensa  de los principios y en el castigo de los incursos  en latrocinio, despilfarro administrativo y cualquier  conducta de corrupción, del respeto al  Estado  democrático , social,  de Derecho y de justicia.
 El  Poder Ejecutivo  dado nuestra condición presidencialista   es ejercido por el Presidente de la República, no pudiendo  ser elegido Presidente quien esté en ejercicio de la Presidencia  para el momento de la elección,  lo haya estado durante mas de cien días en el año inmediatamente anterior , ni sus parientes dentro del tercer grado   de consanguinidad o segundo de afinidad ,disponiendo  también la Constitución vigente , para ese entonces, la del año 1961 , lo que se transcribe: “ Quien haya ejercido la Presidencia de la República  por un periodo constitucional o por mas de la  mitad  del mismo, no puede ser nuevamente Presidente de la República ni desempeñar dicho cargo dentro de los diez años siguientes a la terminación de su mandato”. Tal precepto constitucional fue entendido sabiamente por los  Senadores y diputados , que  integraban lo que se conoció como Congreso Nacional de la República de Venezuela, la mayoría de sus componentes fueron pioneros de las libertades públicas, tercamente creyentes en que la democracia  es fundamentalmente  la elección de sus autoridades gubernamentales  por el pueblo , lo que supone  que tal reivindicación democrática ,  nos permite  evitar la práctica de la sujeción individual  de los congresantes, para con el poder ejecutivo , teniendo los representantes del pueblo  la facultad de legislar sobre la necesaria independencia de los  poderes públicos.
 Quien  le tocaba ejercer la presidencia de la República, de ello, no existe duda, lo hacía con recato, con respeto a las instituciones del Estado, los funcionarios a integrar el  hoy Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General de la república, la Contraloría General de la República eran seleccionado en forma exhaustiva, con  transparencia . Se respetaba la inmunidad parlamentaria. El  poder legislativo  ejercía las funciones de control sobre el gobierno y la administración pública. Se procesaron juicios de  responsabilidad contra el Presidente de La república. Hoy en día, toda esa viabilidad democrática ha cambiado, por lo que es permisible la postulación  continua  de cualquier cargo electoral. El presidente de la república,  actúa con autoritarismo sin frenos, no entiende que  su función es gobernar para el país, solo piensa en su reelección, no guarda la compostura debida a sus gobernados, dirige el Poder Judicial, la Fiscalía del Ministerio Público. Es el presidente de un partido hegemónico; no permite la disidencia, irrespeta los tratados internacionales  , imputa delitos de manera irresponsable,  no interpreta  que la democracia  es actividad eminentemente civil,  no se le denota esfuerzo por llevar a prisión  a los altos funcionarios corruptos, todo lo cual nos hace  pensar que el actual presidente de los venezolanos se encuentra definido en lo dicho por el  profesor emérito RUGIERE PARRA: llena las condiciones para ser Presidente;   pero no actúa  con  la compostura propia de su majestad, lo que nos intima a discernir, que  no “basta con ser la  mujer del César, no solo  debe serle, sino parecerlo”.
 Los venezolanos nos encontramos  urgidos  de exigirle  a tan alto representante de la función pública  el más   riguroso y escrupuloso respeto constitucional. El presidente Nicolás Maduro, sin temor a equivocarnos no tiene liderazgo para  tomar las urgentes medidas  que exige  la nación, que son imperativas.  La  imposición  heredada  de su benefactor militar,  lo hace  débil  sin respaldo alguno que le justifique sus impertinencias de mando.
RAFAEL RODRIGUEZ MUDARRA,
urdprensa@gmail.com
@jupiterxc
Presidente del partido  Unión Republicana Democrática (URD).

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