lunes, 1 de diciembre de 2014

JUAN JOSÉ MONSANT ARISTIMUÑO, NO LA DEJEMOS SOLA,

JUAN JOSÉ MONSANT
De nuevo había decidido reflexionar sobre la vitalidad del mundo subterráneo del parque de atracciones Walt Disney Word en Florida, o quizá sobre la obra inédita de Rabindranath Tagore, la gesta de Juana Ramírez, (Juana la Avanzadora) heroína de Maturín, los guates de oro ganados por Omar Vizquel o del mítico Luis “Camaleón” García. También pensé en narrar la vida y obra de mi admirada Angelina Jolie  o, quizá la de mi novia epistolar.

Todo porque de repente en venezuela (sí con v minúscula) como si se hubieren paralizadas  las emociones, la historia, las neuronas, los estrógenos y la testosterona. Como si hubiéramos arribado al Nirvana; y pocos o muchos seres, no nos hubiéramos percatado de ello. La simbiosis perfecta entre la noche y el día, el bien y el mal, La ciudad de Dios del Obispo de Nipona, la República de Platón, o la síntesis histórica de Engels. Y el resto de los sufrientes e indignados estábamos ausentes por tercos, cortos de visón y sin la suficiente preparación política, académica o literaria para entender el proceso.

Esta es mi deducción al observar la comprensión franciscana (no busquemos otros sustantivos o adjetivos) y la posición adoptada por algunos, muchos historiadores, articulistas, políticos e intelectuales de verdad, verdad ante la dictadura militar estatista que convirtió a Venezuela en un estado forajido, en vías de fallido. La prisión de Leopoldo López, los estudiantes asesinados, y muchos otros presos, maltratados, perseguidos, exiliados, violados; los alcaldes arrestados, los diputados desaforados, la ilegitimación e inmediata legitimación acordada a Maduro, deben ser vapores de la fantasía como diría nuestro poeta mayor Andrés Eloy Blanco, o juglar (para algunos de los preciositas de la pluma) y como también escribió sin conocer el caso del joven Raúl Emilio Baduel “...Y no andar cobrándole al hijo, las deudas del padre ruin”.

Pero, lo que logró volver a referirme a venezuela, su dictadura y felonías, es el auto de imputación que la fiscalía vilmente le ha dictado a la diputada María Corina Machado, por el delito de presunto magnicidio. A Machado, la han vituperado, perseguido, apedreado, golpeado, disparado, enjuiciado, prohibida su salida del país; todo porque ha sido la única Venezolana que se le ha parado al régimen para decirle las verdades en su cara, la única que le ha dicho a chavez en vida, frente a él, que era un ladrón, cuando expropiaba sin juicio.

No sé que irá a pasar con ella el 03 de diciembre, pero no la dejemos sola por favor, en ello nos va la vida republicana y la dignidad humana.

Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant

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