JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ, LOS DECRETOS DE BOVES

JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ

Al analizar los decretos que dictó en Caracas y en Valencia el 8 de junio y el 26 de julio de 1814 el caudillo José Tomás Boves, victorioso con sus huestes en ambos lugares y otros sitios, y al contrastarlos con los hechos realizados por él y los suyos durante los más cruentos episodios de la Guerra a Muerte se evidencia una vez más en nuestra historia, el desprecio al derecho, el irrespeto a la vida humana, la violación de las promesas formuladas.

Desde el momento mismo que la Capitulación firmada por Monteverde a nombre de los realistas y por Miranda a nombre de la República en el año 1812, fue quebrantada por las autoridades españolas y se desatendieron los reclamos que el Precursor elevó desde la prisión y hasta su muerte en 1816, se anticipaba que el orden institucional sería suplantado en la guerra, no obstante la existencia de diversos testimonios de juridicidad y de legalidad que fueron expuestos a la corona en protesta por los actos inhumanos de los jefes realistas que comprometieron el prestigio de  España y la credibilidad de su gobierno.

Hombre: "sombrío, mudo, lleno de pensamientos de venganza" y al mismo tiempo: "ágil, intrépido, temerario, de decisión tal que reparaba sus imprevisiones, hambriento de poder...",  como calificó a Boves el notable escritor Juan Vicente González, se nos presenta el mismo como un lamentable ejemplo del terrible drama del caudillo en nuestra historia, cuyos procederes son ajenos muchas veces a principios de justicia y honor aplicables inclusive en la guerra y que la humanidad reivindica cada vez.

Por desgracia esta contradicción no es imputable únicamente al infame realista que personificó uno de los casos más abyectos en los episodios de la lucha por nuestra independencia, sino también a algunos de los nuestros que durante nuestra vida republicana han vulnerado cualquier norma y procedimiento de civilización, respeto a derechos ajenos y acatamiento a un orden superior institucional, político y moral.

El año 1814 fue aciago para los patriotas no obstante la admirable contención que realizaron de aquellas fuerzas superiores y haber alcanzado con valor y sacrificio diversas victorias. Derrotados en La Puerta, vencedores en La Victoria, sitiados en San Mateo, lograron triunfar en Bocachica y en Carabobo, pero no tuvieron igual suerte en Arao, en la Cabrera y en Valencia que fue tomada de manera implacable por Boves amenazando de manera inminente a Caracas, donde dictó al llegar las siguientes disposiciones:

"Venezolanos: habiendo observado el temor y reserva, con que os habéis conducido después de la publicación de los bandos del 16 y 18 del presente julio,... y aunque en ellos concedí un indulto general a todos los vecinos..., habéis manifestado y dado a entender, que no estáis tranquilos y complacidos de la justicia y benignidad con que he tenido la fortuna de entrar en esta ciudad inerme y sin la menor resistencia..., por tanto me veo en la necesidad de manifestaros por tercera vez, que mis intenciones y destino anunciados en los anteriores bandos no solamente se ratifican, sino que a nombre del mismo Soberano..., las publico...". Se refirió aviesamente Boves a: "mis filantrópicos pensamientos...", y prometió: "la firme garantía y seguridad que os ofrezco y protesto cumplir religiosamente..., sin que padezcáis en vuestras personas la más leve extorsión...".

Un testigo sin par de aquellos acontecimientos, el honorable regente y abogado don Juan Francisco Heredia, reveló en sus Memorias la infracción por parte de Boves de tales promesas y aun cuando en Caracas: "no se hizo matanza ruidosa como en Valencia", fueron asesinados y encarcelados todos aquellos que aparecían en las listas de proscripción, razón por la cual fue denunciada su: "tiranía", tal y como lo hizo el ilustre jurista, virtuoso hombre del derecho que demostró en ese tiempo de calamidades cómo el valor de un hombre puede salvar la dignidad de su país, la pervivencia del derecho y su nombre en la historia.

200 años se han cumplido de la muerte de Boves en Urica, quien fue uno de los grandes destructores de la libertad de Venezuela.

José Félix Díaz Bermúdez

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