GUSTAVO BRICEÑO |
Lo
grave de esto es la mentira que se materializa ya como costumbre. Aquí se
aplica aquel dicho, muy nazi por cierto, de que tanto decir una mentira y
repetirla mil veces se hace verdad. Cosa incomparable y angustiosa realidad que
estamos constatando y viviendo con lo de la tramitación del congreso
norteamericano de sancionar a los funcionarios y militares venezolanos por
haber violado los derechos humanos durante los acontecimientos y
manifestaciones estudiantiles y populares en el presente año.
Me
refiero concretamente a la sanción que se impone en los Estado Unidos, que el
Sr. Maduro dice que son sanciones contra la patria de Bolívar, es decir, contra
Venezuela.
Nada
más falso de toda falsedad, todos los venezolanos debemos apoyar esas
sanciones, obviamente no contra nuestro país, sino contra individuos que no
solo han maltratado los dineros públicos del estado, sino a mi juicio, lo
principal: han violado la Constitución que hoy cumple 15 años y que han
demostrado al mundo que en Venezuela no se respeta la legalidad a pesar de que
siempre sacan a relucir el libro constitucional y dicen ejecutarlo. La mentira
como forma de gobernar es una práctica muy común en las dictaduras y en los
regímenes autocráticos, por ello, lo triste es ver a empleados del estado,
coreando bobamente consignas vacías y falsas sobre una realidad distinta, por
lo que en la verdad de las cosas, lo que habría que decir, es lo mal que se
gobierna en un país como Venezuela.
Es
impecable y moralmente correcta la actuación de Estados Unidos y su parlamento,
no es violación a la soberanía como dicen, sino que la violación a los derechos
humanos por parte de autoridades públicas, es una situación de cuidado y de
carácter universal manifiesta en el
sentido de que cualquier estado, institución, grupos civiles o no, ONG, etc,
cuando observen que en un país se violan los derechos humanos debe ser
denunciado a nivel mundial. Independientemente de la soberanía del estado, por
cuanto los derechos humanos son preferentes (artículo 2 de la Constitución)
ante cualquier formalidad que implique soberanía, esta desciende formal y
sustancialmente frente al fenómeno del daño y del maltrato provocado a un ser
humano por parte de un poder público. Es decir, esa es principalmente, la
génesis de la existencia de los derechos humanos en cualquier nación del mundo.
Por ejemplo, el holocausto ha debido ser denunciado por cualquier estado del
planeta, y eso no hubiera sido intervención de la soberanía del régimen alemán,
por esta razón es inconcebible señalar que la decisión del congreso de Estados
Unidos es una violación a la soberanía del estado en Venezuela.
En
fin, otra mentira más. Sigamos pues, con así es que se gobierna y veremos el
desastre de país que nos espera en el futuro. Es, desde luego, una situación
remediable, si los venezolanos de forma organizada en sociedad civil altera
inmediatamente esa situación. Con democracia se gobierna mejor, sin libertad la
gobernanza se hace imposible. No permitamos más gritos falsos. Así lo creo.
Gustavo
Briceño
gbricenovivas@gmail.com
@gbricenovivas
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