FERNANDO OCHOA ANTICH |
La
muy grave e injusta imputación realizada por el Ministerio Público en contra de
María Corina Machado, acusándola de una supuesta conspiración, muestra la
reincidente decisión del gobierno de Nicolás Maduro de utilizar el terror como
método permanente para silenciar cualquier gesto de oposición democrática. Esta
realidad debe conocerla la comunidad internacional para no tener duda al
calificar el tipo de régimen que existe en Venezuela. El gobierno de Nicolás
Maduro, igual como lo fue el de Hugo Chávez, en un régimen con una marcada
tendencia totalitaria. Lamentablemente, los gobiernos democráticos del mundo
sólo ahora han empezado a cambiar de percepción como consecuencia al permanente
irrespeto de los derechos humanos por unidades
militares y grupos paramilitares
en la represión de manifestaciones pacíficas, que se tornaron violentas, en respuesta a estos ataques.
Es de interés, aunque sea someramente,
revisar las circunstancias que
condujeron a la imputación de la diputada Machado para después analizar las
realidades políticas venezolanas. Lo primero a resaltar es la permanente
oposición al régimen mantenida por María Corina, con valor y decisión, desde hace varios años, tanto a nivel
nacional como internacional. Esa acción la ha transformado en un objetivo
permanente del régimen. Una de las maniobras en su contra fue hacer pública por
Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador, y Ernesto Villegas, ministro
de Información, una larga conversación privada con el historiador Germán
Carrera Damas, de la cual se tomaron algunas frases para montar un diálogo que
pareciera comprometedor. Después, el régimen presentó unos curiosos correos
electrónicos, considerados un montaje por Google, para justificar la actuación
de la Fiscalía del Ministerio Público
Inicialmente,
se planteó la posibilidad de acusarla por un supuesto magnicidio en contra de
Nicolás Maduro. Ante la absoluta falta de seriedad de esta acusación y la
inexistencia de pruebas consideraron acusarla por conspiración, tratando de
vincularla con los acontecimientos violentos del 12 de febrero de este año,
olvidando que los dos muertos ocurridos ese día: Basil Da Acosta, opositor al
régimen, y Juan Montoya, miembro de un
colectivo armado, fueron curiosamente asesinados por un mismo miembro del
SEBIN: el comisario, Melvin Collazos, obligando a Nicolás Maduro a destituir al
director del SEBIN, general Bernal Martínez. Definitivamente, la actual
acusación contra María Corina, las detenciones de Leopoldo López, de los
alcaldes Scarano y Ceballos y de los demás presos políticos son actos
totalmente arbitrarios que sólo pueden ocurrir en un sistema político, en el
cual no existe independencia de los
poderes públicos.
El
gobierno de Nicolás Maduro está decidido a imponer en Venezuela un régimen contrario a los
principios fundamentales establecidos en la Constitución de 1999. En ese
esfuerzo el chavismo tiene más de quince
años. Si se analizan los artículos 2 y 6, se percibe claramente la violación a
los principios del pluralismo político, al querer imponer una hegemonía
ideológica, y la alternancia en el poder al modificar, mediante una enmienda
constitucional írrita, los artículos 160,192, 174 y 239 para establecer la reelección indefinida. El principio de la
independencia de los poderes públicos se viola permanentemente al imponer
magistrados, jueces y rectores de los tribunales de la República y del Consejos
Nacional Electoral comprometidos con el PSUV. También se irrespeta el artículo
168 que establece a los municipios como la unidad política primaria de la
Nación al crear el sistema de comunas.
Si
todavía existe alguna duda de las intenciones del chavismo observemos su
marcado interés en ideologizar a los cuadros militares violando el artículo 328
constitucional que establece: “la Fuerza
Armada Nacional es una institución esencialmente profesional, sin
militancia política… en el cumplimiento de sus funciones está al servicio
exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política
alguna”… Al mantener, como dicen algunos jefes militares, que la Fuerza Armada
es chavista se irrumpe el principio del pluralismo político perfilándose una
marcada tendencia al partido único. Justamente, esa tendencia totalitaria
produce un rechazo por parte de la mayoría de la sociedad venezolana y es la
razón que induce al gobierno de Maduro a imponer el terror como política de
Estado. Ese es el origen de los presos políticos y fue la causa de la
imputación a María Corina Machado. Eso sí, perderán el tiempo. Los venezolanos
no nos rendimos...
Fernando
Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich.
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