CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL |
El
impuesto, nos dice el DRAE, es un
tributo que se exige en función de la capacidad económica de los obligados a su
pago. Existen varias clases de impuesto, el directo, que es el que grava las
fuentes de capacidad económica, como la renta y el patrimonio, el indirecto, el
que grava el consumo o gasto y hasta existe el llamado el impuesto
revolucionario que es aquél sistema montado por una organización terrorista
para financiarse mediante extorsión y amenazas. Se sabe que los impuestos
tienen objetivos claros como son la seguridad, la infraestructura del país, la
defensa y el mantenimiento de todas las zonas públicas.
El
sitio eumed.net nos explica que
“La historia de los impuestos es casi tan antigua como la historia del
hombre pensante. Desde las primeras sociedades humanas, los impuestos eran
aplicados por los soberanos o jefes en forma de tributos, muchos de los cuales
eran destinados para asuntos ceremoniales y para las clases dominantes.
La
defraudación de impuestos teniendo el carácter y destino que se les daba eran
poco comunes, debido al control directo que de la recaudación hacían sacerdotes
y soberanos. Las primeras leyes tributarias aparecen en Egipto, China y
Mesopotamia”. Hoy día los impuestos
supuestamente son utilizados para el bienestar común, sin embargo existen
países con gobiernos estatistas que utilizan la mayoría de esos impuestos para
mantener una burocracia estatal.
Antes
de continuar este comentario deseamos aclarar que no estamos en contra de los
tributos, LO QUE NO ENTENDEMOS ES PORQUÉ DEBEMOS PAGAR TANTOS Y TAN ALTOS
IMPUESTOS. ¿Por qué permitimos que el Estado siga aumentando el personal en las
instituciones públicas duplicando funciones y generando más gastos?
Nos
preguntamos también ¿Por qué no tener un Estado más pequeño, funcional,
fiscalizador, y FACILITADOR? ¿Acaso es tan difícil de comprender que un Estado
pequeño beneficia a la mayoría?
Cuando
se nos dice que se necesita un Estado
fuerte, en lo único que pensamos es en el costo que se tiene y en el cómo se
puede sostener, un Estado fuerte en
países como el nuestro significa MUCHOS EMPLEADOS y ALTOS IMPUESTOS, en estas
circunstancias el Estado se convierte en el socio de toda actividad comercial,
industrial, educativa y social, UN ESTADO VORAZ, enemigo de la empresa y
enemigo de las mayorías, y si a esto le agregamos las inflaciones que muchas
veces producen, las gollerías que se
forman en las instituciones públicas y los contratos laborales desmedidos que
se firman, el resultado con el tiempo es garrafal.
Imaginen
un Estado con menos gastos y con menos impuestos, seríamos un país más barato
para los ciudadanos que lo habitamos, atractivo para las inversionistas, y con
ello se podría tener más empleo, los exportadores podrían vender sus productos
a menor precio y por lo tanto estaríamos en mejor posición para competir,
vendrían más turistas y consecuentemente
estas medidas generarían más riqueza
para todos.
Está
comprobado que la recaudación de impuestos es mayor cuando estos son más bajos,
también se ha comprobado que la corrupción se reduce, contrario a los políticos
latinoamericanos que piensan que la soluciones del Estado se solucionan solo
con impuestos, Canadá, Suecia y Gran Bretaña han decidido bajar los impuestos.
En
nuestra región, lamentablemente la mayoría de los impuestos se utilizan
generalmente para pagar salarios y
beneficios desmedidos a los empleados públicos, en Costa Rica por ejemplo,
existen instituciones que gastan el 80% de sus presupuestos para pagar a los
funcionarios del Estado. ¿Cómo se puede avanzar y hacer proyectos que el país
necesita de esa forma? Y aquí de nuevo
nos preguntamos ¿Es acaso lógico que esto sea así? ¿Por qué por ejemplo, no se invierte la ecuación y se utiliza un
80% de ese presupuesto para hacer lo que necesita en el país y el resto para
pagar salarios? TODO LO QUE NECESITAMOS
ES REDUCIR EL ESTADO DE FORMA INTELIGENTE.
Nosotros
en el caso de los impuestos pensamos como Milton Friedman cuando dijo “Estoy a favor de reducir impuestos bajo
cualquier circunstancia y por cualquier excusa, por cualquier razón, en
cualquier momento en que sea posible”.
La razón de pensar así es muy simple, generalmente quienes administran
los impuestos son irresponsables y muchas veces los utilizan para beneficiarse
directamente.
Carlos
Vilchez Navamuel
carlosvilcheznavamuel@gmail.com
@carlosvilchezn
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