SAÚL GODOY GÓMEZ |
Y lo peor, al
gobierno de Maduro dándole, con su silencio cómplice, el aval para que Jaua, en
su ignorancia y malas mañas, embarre de estiércol lo que Chávez trato de crear
en términos de ideales.
Si un movimiento
revolucionario pierde su tensión ética, si sucumbe a los intereses personales
de algunos de sus actores, esa revolución esta perdida, por más importante que
esta persona pretenda ser para el movimiento.
Cómo es posible que,
a estas alturas de tanto sacrificio y trabajo revolucionario, venga un
funcionario, de la importancia de Elias Jaua, ex canciller, ex presidente
encargado, ex ministro de la Secretaria de la Presidencia de la Republica y
otros importantes cargos en el gobierno, tanto de Chávez como de Maduro, supuestamente
al tanto de que se vive un momento critico para la vida de la revolución,
venga, por medio de un comportamiento delincuencial, burgués y violatorio de
las normas básicas de convivencia entre países, a poner la torta? Efectivamente
lo hizo, en su visita “secreta” a Brasil, acompañado de su familia, con nada
menos que una “niñera”, una de las figuras de explotación y de status capitalista
más conspicuas, con un maletín lleno de documentos comprometedores, que hablan
de estrategias electorales y pactos con movimientos sociales brasileños hechos
a espaldas del gobierno carioca, supuestamente uno de los socios fundamentales
del gobierno bolivariano, y con un arma en su equipaje que no declaró.
El problema no es
tanto lo que hizo (si se quisiera justificar este comportamiento como
“necesario para la revolución”), sino que se dejó agarrar con las manos en la
masa y a la vista de todo el mundo, de la manera más pendeja, por tratar de
introducir un arma cargada por una frontera de un país extranjero.
Su caso se complicó
pues la mentada niñera llegó al Brasil en una “colita” de los aviones de la
estatal petrolera PDVSA, justo en el momento en que su colega en la Asamblea
Nacional, el teniente coronel Diosdado Cabello, se encontraba pidiendo las cabezas
de los corruptos en el gobierno.
Alega el Ministro
para las Comunas que se encontraba en Brasil de trabajo cuando su esposa, que
según él, le sirve de asistente, tuvo que ser internada de urgencia en un
hospital e intervenida, mientras su suegra y la niñera eran detenidas en una
aduana del aeropuerto de Sao Paulo.
Las cosas se le
enredan cuando el gobierno brasilero emite una protesta por no habérsele
informado de la presencia del alto funcionario en su territorio, supongo que el
caso tendrá sus consecuencias cuando se investigue el tipo de acuerdos a los que
este representante del gobierno en funciones había llegado con grupos sociales
organizados que hacen vida política en Brasil, sin la anuencia del gobierno de
ese país.
Ha sido una sarta de
errores inexplicables para un funcionario de la trayectoria y categoría de
Jáua, quien ha debido estar muy consciente de lo que estaba haciendo, de lo mal
que lo estaba haciendo. El gobierno de Maduro usando su poder hegemónico
comunicacional para tapar el asunto, a hecho que ninguno de los medios de
comunicación bajo su poder haya dicho cosa alguna sobre el hecho, como si no
hubiera sucedido, pero la verdad es que el incidente ha causado un daño
innecesario a las relaciones bilaterales con Brasil.
Hay una ciudadana
venezolana presa con cargos por contrabando de armas, hay una investigación por
las actividades secretas de Jáua en Brasil; lo único que se conoce es la
explicación, inconsistente, del comunicado del funcionario en el que afirma que
se trata de un lamentable error.
Errores de este tenor
se pagan en países serios y responsables con la destitución del funcionario y
su procesamiento por los delitos cometidos, eso, si el gobierno quisiera hacer
de su campaña contra la corrupción algo que tuviera sentido, que debería
empezar por poner orden en casa, no permitiendo que un caso como éste pasara por
debajo de la mesa, justo cuando el gobierno esta precisando apoyo popular y
credibilidad en su gestión.
El incidente Jáua es demasiado
notorio y ha repercutido internacionalmente; su situación personal y la del
gobierno se van agravar a medida que el gobierno brasileño investigue y la
prensa se haga eco de esta operación mediocre y corrupta.
No creo que la
amistad y la camaradería con su clan de poder sean suficientes para salvarlo,
está en juego el prestigio de algo mucho más grande e importante. ¿Quién tiene
que pagar esta metida de pata? Espero que no sea la connotada niñera, que en estos momentos debe afrontar la justicia en
tribunales brasileños y sólo recibía órdenes de su jefe.
Una investigación de
ley se debería abrir dentro de la empresa PDVSA, cuya flota de aviones es usada
para cometer ilícitos, entre ellos el permitir que sus vuelos sean aprovechados
por el interés personalísimo de algunos privilegiados funcionarios, para su uso
personal, el de su familia y allegados. Eso es corrupción.
Que sus
administradores y tripulaciones permitan que maletines contentivos de dineros,
armas y documentos secretos (y quién sabe si otras cosas mucho más peligrosas)
se transporten en sus aeronaves en detrimento de la seguridad del país y de la
normativa internacional de aeronáutica.
El país debería conocer
a qué programa, plan o misión pertenece esta gestión de convenios con
organizaciones extranjeras, donde el nombre del país se ve involucrado; saber
si el señor Maduro Moros estaba al tanto de la misma y si éste contaba con su
anuencia, ya que se trataba de un despacho y un funcionario de su tren
ejecutivo.
Debería informársenos
sobre la manera como se llevó a cabo y porqué se hizo esta negociación, que más
bien pareciera una operación de espionaje o de subversión contra el gobierno
brasileño, realizada sin el aparente conocimiento de nuestra cancillería.
El señor Jáua tiene
un pasado muy poco claro en cuanto a sus actividades políticas, su persona ha recibido
varios rechazos de gobiernos amigos al momento de ofrecer su nombre como
nuestro representante ante sus fueros; este último episodio se está manejado de
manera turbia y sesgada, contribuyendo muy poco en mejorar su crédito como
figura pública.
Por ultimo pero no
menos importante, ¿Es el nepotismo una práctica aceptada y legal en el
ejercicio de las funciones públicas en Venezuela? ¿Es una práctica cónsona con
la moral revolucionaria?
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
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