NELSON ACOSTA ESPINOZA |
La presentación de Julia fue aguda e
inteligente. Secundada por los señalamientos de Andrés. En general todas las
intervenciones se distinguieron por su madurez y pertinencia. Se llevaron a
cabo en un conversatorio sobre transición política. El propósito de este evento
fue convocar a un grupo de jóvenes y, otros no tan jóvenes, con la finalidad de
conversar sobre el futuro político del país. Se trataron temas como, elecciones
y sus modalidades, procesos autonómicos en curso (parroquia Miguel Peña);
elementos para la construcción de un nuevo relato político en el país. Lo
sorprendente, para este escribidor, fue la madurez como este grupo de jóvenes
desarrollaron sus respectivas reflexiones. Voy a intentar resumir algunos de
los temas que se desplegaron en esta actividad
convocada por Observatorio Venezolano de
las Autonomías
Un punto llamativo fue la advertencia sobre
cierto desanimo existente en la población en relación al proceso electoral
pautado para el próximo año. Este desaliento, sin embargo, no implicaría inhibición política. Se
enfatizó que existen los cimientos para iniciar la construcción de una
alternativa política. Pero para alcanzar este objetivo se haría indispensable
relacionar las elecciones con la realidad del país.
Los venideros comicios, sin duda, ofrecen una
oportunidad para incentivar la discusión sobre los elementos que implicaría la
transición política. Lo resaltante, en este intercambio, fue el rechazo al electoralismo per se. Esta práctica no
entusiasma a la población. Se trata y, en este punto las intervenciones
coincidieron, de colocar las elecciones al servicio o subordinada a la
proyección de un proyecto de país
alternativo al actual. Suena, hay que reconocerlo, demasiado abstracto.
Para evitar esta desviación intelectualista, sería indispensable
"federalizar" las propuestas políticas. Hacerlas visibles
relacionándolas con las coyunturas regionales.
En una de las intervenciones se señaló que
las tomas de la Bastilla (1789), del
Palacio de Invierno (1917) y la caída del muro de Berlín (1989) fueron momentos
estelares que cambiaron la orientación política del mundo occidental. No fueron
precedidos por discusiones electorales y se impusieron como una respuesta a los
procesos de descomposición social vigentes en esos momentos históricos. Respetando las diferencias, la situación del
país se asemeja a esos momentos cruciales. Las condiciones de deterioro
económico, social y cultural de la nación están exigiendo un cambio drástico de
rumbo. Hay que formular la hoja de ruta. Las elecciones parlamentarias pudieran
representar ese punto de quiebre entre el fin de una época y el inicio de otra.
Un tema que se resaltó en este encuentro fue
el fortalecimiento de un movimiento vecinal que persigue la autonomía para
la parroquia Miguel Peña. Esta vecindad
es la de mayor densidad poblacional de
las que componen el municipio Valencia (550.00 habitantes de acuerdo el censo
del 2007). Es asiento de un tejido denso de pequeños comerciantes y
establecimientos industriales medianos. Constituye un mercado cautivo para
futuro emplazamientos comerciales, industriales y de servicios. Posee un sentido
de identidad. Lo fundamental del intercambio de ideas en esta área, a mi
juicio, fue la posibilidad de establecer
una conexión entre el método de escogencia de los candidatos en las próximas
elecciones y este movimiento cultural y político. Pareciera que autonomías y primarias se implican
mutuamente.
Una conclusión podemos adelantar en relación
a la temática tratada en este conversatorio: no existe un verdadero debate
sobre el futuro de Venezuela. Los viejos mitos que han alimentado la práctica
política del país aún se encuentran presentes. Operan como dispositivos
simbólicos que orientan el accionar político de oposición y gobierno. En el
fondo, perciben la realidad con las herramientas cognitivas del pasado.
Estudiar la historia del país es tarea urgente. Punto de partida para conocer
las causas verdaderas del desastre actual, lo malo del pasado y del presente
que debe ser superado y la responsabilidad de nuestras elites en esta
calamidad.
En fin, quizás sea necesario derribar algunas
tapias cognitivas que prevalecen en sectores de la oposición democrática. Una
de ellas es la idea del diálogo. Derrumbemos, entonces, esos "muros de
Berlín", que obstaculizan la transición hacia una democracia más cerca del
ciudadano. Sin dudas, la política ahora es así.
Nelson
Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
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