sábado, 29 de noviembre de 2014

LUIS GARCÍA MORA, LA CAPITULACIÓN DE MADURO,

LUIS GARCÍA MORA
Desde ya, Maduro se adentra en el 2015. Es decir en el Mar de las Tormentas.

El paquete de medidas dislocadas, desarticuladas (fatigosas) que acaba de anunciar esta semana, con el barril de petróleo venezolano cayendo vertiginosamente (este sábado estaba en 68.97 dólares) al igual que su popularidad, junto a la disfuncionalidad de su Gobierno, nos obliga a introducirnos en el galimatías de sus medidas.

Económicas.Legales.

Con el tsunami a la vista del 2015 que significa un contorno económico, político y moral, que puede marcar su capitulación.

Y no es cuento. Son hechos.

En principio la economía se va al demonio.

En el futuro inmediato nadie da un céntimo ni en su partido ni en la oposición  por su futuro político, popular.

Luego, para un vasto y creciente sector del PSUV, el estalinismo y el militarismo de la cúpula está acudiendo al maloliente y cubanófilo recurso de la represión, la persecución interna y la purga, para mantener el poder, con unas medidas miserables y obtusas que a lo que apuntan es a lo que supuestamente se quiere evitar y es que desde la base el partido se deshaga por las costuras.

Finalmente la “moral revolucionaria” se fue al carajo.

De manera que ya los vientos huracanados están aquí.

Con episodios tangibles como éste: las bases populares chavistas, aniquiladas por la crisis y la miseria, se sublevan hasta el paroxismo en las redes, ante el escandaloso ejercicio de manirrotismo vulgar del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, de gastarse una mega pelota de dólares en un festival musical navideño, cuando por ninguna parte se encuentran las medicinas y la comida.

(Creo que tuvo que echar para atrás a Chino y Nacho por una violenta jalada de orejas de Maduro)

Con una disociación política peligrosa, y es que nadie siente en el Gobierno que tiene el poder.

Mientras Maduro corre hacia delante despavorido.

La decisión está tomada, dijo (la de la bomba del aumento del precio de la gasolina), pero “No hay apuro”. No, claro, cómo va a haberlo. Estamos hablando de la variable “tiempo”, timing, tan distinta en el planteamiento económico (donde lo fundamental es no violarlo), y en el político (donde constantemente se viola para “ganar tiempo”)

¿Cómo, sin tiempo, puede aprender a jugar este juego Maduro?

¿Con cuáles juicios de valor se está moviendo?

Lo primero, se sabe, es lo más importante en este momento. Que la economía crezca con baja inflación y que redunde en el bienestar de los venezolanos. Y como es el consenso entre los expertos, estas medidas en el corto plazo no aportan esta visión. En lo fundamental te eliminan el ajuste por inflación y te aumentan la tasa efectiva de los impuestos.

Con lo que esta inflación suelta y sin jinete hace que los números sean cada vez más grandes, a la vez que te llevan para arriba artificialmente con dinero inorgánico lo que al final te obligará a pagar aún más impuestos.

Todo lo contrario de lo que afirma Maduro que estas decisiones permitirán “reimpulsar la economía y garantizar el crecimiento”.

¿En el mediano plazo? Quién sabe. Ahí está la llamada Ley de Zonas Económicas Especiales (como la que tienen los chinos) que pueden promover inversión, junto a la modificación de la Ley de Inversiones Extranjeras, para cuadrar, pues se trataría de Zonas con leyes distintas junto a otras en las que no aplicarían ciertas leyes con otras condiciones.

Es decir que si lo que quiere Maduro es sobrevivir al 2015, visto desde el lado del crecimiento no suma medidas más positivas, mientras que desde el lado impositivo de Marco Torres, sí, recogerán más ingresos.

Con un tema: todo esto tiene que ver con el Gobierno Central que es el que recibe la plata en el despacho de Hacienda, que es el que va a distribuirla, pero el problema más agudo de Venezuela, el fiscal, no se resuelve. Que es el problema de todo el Sector Público: la ausencia de crecimiento económico con la más alta inflación y el desabastecimiento.

Y esto, en el plano económico de las medidas, pues en el funcional del aparato de Gobierno, para muchos dentro y fuera de su partido, la percepción existente –y que Maduro debe cambiar urgentemente– es que se trata de un “Yes Man”, un di que sí o un “Sí, señor”. El típico obsecuente que pasó toda su vida obedeciendo a Chávez y que en su experiencia como canciller le consultaba a cada rato. “Tenía muy poca cuerda”.

Un hombre, un funcionario con la ruta siempre trazada, que ha creado numerosos viceministerios y cambios de personal de un modo tan vertiginoso que en todos los organismos sus cabezas saben que trabajan para un corto plazo antes de que algo o alguien los eyecte. Y “con tanta confusión de responsabilidades, que se hace muy difícil tomar decisiones y cumplirlas, y la información no llega donde tiene que llegar”.

Ha creado una organización que llanamente no funciona.

Por ejemplo, es vox populi que Ramírez sigue mandando en el negocio petrolero, en PDVSA, donde “Del Pino sólo anuncia si hay o no hay gasolina. Y no ha podido nombrar a nadie en la junta directiva. No tiene poder. Y no dura”.

Junto a otro ítem: Maduro nombra a un nuevo ministro de petróleo que no se sabe dónde está, y es más, pasa por Venezuela el ministro de petróleo de Arabia Saudita, Alí al-Naími, y se reúne con el Canciller (Ramírez) y no con el ministro de petróleo. Y es el canciller quien viaja a buscar un apoyo casi imposible para frenar la caída del barril.

Con un (eso sí) conglomerado de medios de comunicación del Estado (sin contar los rendidos al estado) con un presupuesto de más de 3000 millones de bolívares, 740 mil salarios mínimos, según mi amigo, el acucioso Marcelino Bisbal, como modeladores de la sociedad.

Toman del Fondo Chino 4 mil millones de dólares más para metérselo a unas reservas internacionales menguadas, anuncian que multarán a las empresas (que quedan) que cierren la producción (¿…?), y en una Navidad con unos venezolanos tan bebedores y locos, se atreve (impaciente, agobiado) a aumentarle 20% y 30” a las bebidas alcohólicas.

Menos las cervecitas. Ah, no es tan tonto… Pues, seguro, dicen los jodedores, que de haberlas subido entonces sí que hubiera hecho estallar la infinita paciencia que ha mostrado el venezolano.

Sin embargo, recobremos la seriedad: Maduro ha creado un súper organismo directamente controlado por él, el Cuerpo Nacional Anticorrupción, para acabar con la ídem.

No, ni la Fiscalía ni la policía que tenemos (está demostrado para Maduro), sirven para eso (ni para nada). Se tratará de unos funcionarios policiales y fiscales nuevos y especiales que no se sabe de dónde los sacará (“Estoy pensando en nombres, guerreras y guerreros de la honestidad en una tarea histórica”, dijo, y uno imagina  a Los Intocables, de Eliot Ness).

Quizás debería traer a Kevin Costner. O a Sean Connery. Y puestos en esto, hasta a Andy García.

O a la gente del movimiento neo “chavista” español “Podemos”, que ha insurgido allá contra algo (la “corrupción, una pandemia que ha carcomido la democracia española”), que aquí campea en una nueva élite política “revolucionaria”, de signo similar al de ellos.

Una bomba de inmundicia que allá en España estalló (como amenaza con estallar en México) debido a la repercusión de los escándalos seriamente investigados por una (esa sí) institucionalidad más sana e independiente, y ventilados a cielo abierto por unos medios también más libres e independientes. Y que aquí es sólo una escandalosa corrupción que inferimos, porque jamás ha sido investigada a fondo (ni oficial ni extraoficialmente), y un monstruo ante el que Maduro cree que puede jugar de manera retórica.

Que no provoca sorpresa ni conmoción. Porque no son ni siquiera las ramas. Es el árbol entero el que está podrido.

Y no hay ética.

Ni institución.

Y de acuerdo con lo que ha advertido un ex ministro de Cordiplán, de él no conciliar un acuerdo de gobernabilidad, en 2015 se avecina un estado de “conmoción social”.

Y si no se toman las decisiones claves, en 2015 (dicen) la inflación sobrepasará el 100 por ciento.

Y, en 2016, arribará al 1000%.

Y en ese 2016, ¿dónde estará Maduro?

Luis Garcia Mora
aguilaluis_7@hotmail.com
@LuisGarciaMora

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