LUIS EDUARDO MARTÍNEZ HIDALGO |
Fue muy satisfactorio presentar a Maickel
Melamed en la conferencia “Vuelta en U” que ofreció recientemente, en Maturín,
ante centenares de personas.
Maickel es mi amigo, lo que valoro en mucho
porque se trata de un ser humano excepcional.
Supe de él por vez primera a través de las
redes sociales, siendo uno de los casi 2 millones de venezolanos que siguió por
horas su desempeño en el Maratón de
Nueva York, en el 2011. Meses después, por decisión unánime de nuestros
Consejos Directivos y Superior le impusimos el Doctorado Honoris Causa en
solemne acto académico de la Universidad Tecnológica del Centro, uno de los
pocos otorgados a lo largo de nuestra historia institucional.
No ha sido nada fácil la existencia de
Maickel. ¿Cuánto han tenido que superar
para llegar a ser lo que hoy es?, para afirmar: “yo he vencido mis obstáculos y
estoy aquí para demostrar que mi fe y mi determinación son más grandes que las
dificultades que se me presentan”. Como bien señala en una de sus frases más
conocida: “nada es tan grande como para no intentarlo”.
Su capacidad de motivación con el ejemplo, su
nobleza y ternura y su gran amor a la vida son características que le
distinguen.
Maickel Melamed es un ejemplo de dignidad,
disciplina, y perseverancia; vino al mundo para enseñarnos que todos y todas
tenemos la capacidad de crear nuestros sueños y lograr hacerlos realidad, y que
debemos trabajar por ellos sin descanso, que debemos defender nuestros ideales
con pasión y solidaridad.
Maickel es un ejemplo de que cuando se
quiere, se puede.
En “Vuelta en U” destacó la importancia del
equipo, de trabajar en equipo –lo describió muy bien cuando explicó su casi
deserción en el Maratón de Chicago-, de marchar juntos, cultivar el liderazgo y
la capacidad de empatizar con los demás.
Maickel es un gran ejemplo para la juventud
por perseguir grandes metas y superarlas, culminando exigentes maratones, escalando el Pico Bolívar, practicando
deportes extremos, graduándose de economista de la Universidad Católica Andrés
Bello, convirtiéndose en un gran conferencista, facilitador y trabajador
social.
El Maickel público es también el Maickel
privado. No hay poses ni divismo, es humilde y sencillo, agradable en la
conversación –que no superficial porque cuando habla siempre transmite un
mensaje-, positivo, optimista.
Dedica especial atención a los niños y a los
jóvenes, consciente como está que es con ellos que será posible los cambios
necesarios.
Semanas atrás, almorzando en mi casa, habló
mucho con mi hija Isabel y sus amigos que hicieron un alto, en el Modelo de
Naciones Unidas donde participaban, para compartir mesa con Maickel. De lo
tanto que tocaron, recuerdo especialmente dos frases:
A propósito de los antagonismos del presente,
de la lucha encarnizada entre oficialistas y opositores Maickel dijo, palabras
más, palabras menos: “No hay 2 visiones de país. Hay 30 millones de visiones
porque cada venezolano tiene y debe tener la suya”.
Con respecto a las verdades absolutas:
“Cuestionen todo, que todo es cuestionable”.
Más tarde, utilizando la figura del vaso con
una mitad de agua, la mitad lleno para unos, la mitad vacía para otros, Maickel
resaltó que hay dos maneras de ver al mundo: la del perdedor y la del ganador.
De que Maickel Melamed es un ganador, nadie
lo duda; de que todos podemos serlo, no debería tampoco existir duda, Depende
sí de cada uno de nosotros.
Luis
Eduardo Martínez:
vicerrector.ugma.unitec@gmail.com
@rectorunitecve
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