ENRIQUE MELÉNDEZ
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La
locura, que se anuncia, no nos conducirá sino más al precipicio; no con toda la
irresponsabilidad del caso, sino con toda la irracionalidad; porque no tiene
sentido que Maduro anuncie que va a decretar un aumento general de salarios,
además de abrigar otras “sorpresitas” más: ¿Otro “Dakazo”; que dejó al comercio
sin aparatos eléctricos, en un momento en que escasean las divisas, para la
importación y reposición de inventarios?
Empezando
que Maduro es como Chávez: él asume la responsabilidad; mas no el castigo. Pero
sí demuestra un cierto desfase con la realidad un presidente que lanza tal
promesa, en un momento en que la economía presenta una caída tan descomunal;
que el BCV ni siquiera se atreve a publicar las cifras del PIB; por la
vergüenza que siente esta gente; es decir, no hay una productividad que
responda por este incremento salarial; pero, además, en un momento de caída de
los precios del petróleo. ¿No darse cuenta este señor de semejante situación?
Aparte de venir con esa fanfarronada de que nuestra economía está preparada
para un precio del barril del petróleo a 40 dólares. Claro, ellos, que tienen
los dólares, y que navegan en riquezas, como lo están haciendo ver los
colectivos en el caso de Diosdado Cabello; razón por la cual solicitan su
destitución, y quien acaba de ser desmentido, a ese respecto, por su propio
compañero de partido, el economista Víctor Alvarez, quien más bien ha llamado
la atención de los voceros del gobierno a propósito de dicha fanfarronada: no
es cierto que el país esté preparado para un barril a 40 dólares.
En
efecto, la irresponsabilidad no está reñida con la irracionalidad en este caso;
pues para este doblete, que piensa conectar Maduro, y que va a favorecer los
números del gobierno para los próximos días en todas las encuestas, cuenta con
la maquinita de hacer billetes del BCV, y más ahora cuando acaba de poner al
Fonden buchón, con lo de la devaluación solapada; que llevó a cabo el gobierno
por concepto del millardito, que le entrega Pdvsa a dicho fondo, en términos de
dólares, y que este año alcanzaría unos diez mil millones de dólares; que no van
al cambio de 6,30, sino de 50 bolívares, unos 500 millardos de bolívares; un
concepto que inventó Chávez para despilfarrar más el dinero “entre los pobres”;
como lo justificaba él; que aquello no acarreaba ningún daño fiscal; pero que
se trata de un bomba de tiempo; puesto que esto va a dar una sensación de
abundancia; por supuesto, en los primeros meses del año, sobre todo, a nivel de
las Misiones, como ya se ha venido sosteniendo desde que se anunció la
Modificación del Convenio Cambiario Nº 30; tomando en cuenta que el Fonden
alimenta, entre otros populismos, a las Misiones.
Una
sensación de abundancia que se mantendrá el tiempo justo que dure la campaña
electoral, para los próximos comicios, y es por esto que el oficialismo ha
asomado que habría la posibilidad de adelantar dicho evento; quizás, para el
mes de junio; momento en que la bomba de tiempo que representa esa burbuja
monetaria estalle, y donde el bolívar costará 500 veces menos de lo que cuesta
ahora. Es ahí donde ponen el acento los economistas; con una moneda quinientas
veces devaluada, nadie querrá poseer bolívares, y si no se va hacia la compra
de automóviles, equipos, electrodomésticos; todo lo que los economistas
califican como comodity, entonces se irá hacia la paridad de cambiaria, y que ya
para el momento se moverá como un disparo hacia los 200 dólares.
Se
estima que para comienzos de año el gobierno necesitará no menos de 30 mil
millones de dólares, y en donde se contemplan pagos para la gasolina que se
está importando; además del crudo liviano que se trajo en una primera
oportunidad de Argelia, y que se está utilizando como diluyente del petróleo
extrapesado de la Faja; pagos a los importadores de bienes de consumo e
insumos, en lo que se refiere al compromiso que se tiene con ellos, para el
otorgamiento de las divisas; pagos destinado al servicio y amortización de la
deuda pública: la locura del año, Maduro amenaza con decretar un aumento
general de salarios; en lugar de preocuparse; primero, por controlar la
inflación; segundo, por recuperar el aparato productivo.
Claro,
a Maduro también lo mueve el hecho de que fue brutal ese aumento del 45% del
sueldo de los militares. Sobre todo, porque desde el punto de vista político es
un descaro, y una gran falta de honradez frente a la sociedad civil. Este hecho
nos retrotrae al año de 1819; cuando el Libertador crea la Ley de Fueros y
Confiscaciones Militares; momento a partir del cual el militar pasa a ser una
clase privilegiada en el país, y que es uno de los aspectos que más se le ha
criticado al Libertador, y lo que es más grave: en un instante en que las
montañas proclaman que el país quedó en manos de los colectivos, y los ríos lo
riegan por todos los rincones de Venezuela; para vergüenza de unas fuerzas
armadas que, en ese sentido, pareciera que viven de bozal en bozal de arepas;
habida cuenta de que aquí lo que se compra es su silencio, es decir, silencio
frente a esa realidad que constituye el hecho de que un mayor general haya
salido del ministerio de Interior, porque los grupos paramilitares de este
gobierno lo solicitaron; so pena de incendiar a la ciudad.
Claro,
Maduro tampoco va a ser tan mano suelta, como lo fue en el caso del aumento de
los militares; ni lo piense la clase trabajadora que va a ser de 45%; si acaso
un 30%, y es mucho. Lo que sí es que antes de decretarlo, debería seguir el
consejo de Hausmann, en el sentido de que el mejor camino que le queda es
acudir al FMI, a solicitar un préstamo. Esto le daría para desmantelar el
control de cambio y de precios, y, a continuación, convocar a un diálogo de
unidad nacional, para la recuperación del aparato productivo.
Enrique
Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
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