ELINOR MONTES |
Proverbios
4. 14-19. “No entres por el sendero de los malvados, no pises
el camino de los perversos; evítalo no lo atravieses; apártate de
él y sigue. No duermen si no comen crímenes, pierden el sueño si no hacen caer
a alguien, comen la maldad como pan y beben violencias como vino. La senda de
los honrados brilla como la aurora, se va esclareciendo hasta pleno día; el
camino de los malvados es tenebroso: no saben dónde tropezarán.”
La
nación venezolana lleva 15 años en un contexto en el que desde el Estado-partido
se han promovido como normales crímenes de lesa humanidad
como la discriminación y la persecución sistemática de millones
de disidentes mediante su descalificación, insultos, calumnias
e inculpación de los males que aquejan al país para provocar el
odio hacia ellos; expropiaciones-expoliaciones; listas discriminatorias
como la “Tascón” y “Maisanta”; criminalización de la protesta,
encarcelamientos, tortura, asesinatos, otros, y lo más reciente,
en el evento celebrado en el PUSV, publicado en el Nuevo País
el 05-11-14, se anunció que “la revolución se hace con revolucionarios”,
que los opositores no tienen cabida en la administración
pública, “independientemente de su preparación y capacidad”
y se dio la orden a los revolucionarios de denunciar a los opositores.
Esta
cultura de odio y de muerte que sólo lleva a la ruina moral y material
no forma parte de nuestra idiosincrasia, menos de nuestras creencias
religiosas.
No podemos permitir que la cubanización de lo que
fue nuestra Venezuela siga enraizándose ¡Despertemos, rescatemos nuestra
venezolanidad! que se caracterizó por la solidaridad y el trato
de todos como iguales, retomemos el dicho: “donde comen 2 comen 3”.
Nos quieren transformar en una sociedad de sobrevivientes, de seres
inhumanos, carentes de amor, de compasión, capaces de ascender a costa
del atropello, del robo, del asesinato, del espionaje y la delación
del compañero de trabajo, del vecino, del amigo, del hermano, del
prójimo.
Somos
mayoría quienes rechazamos perder la vida en las colas para comprar
o hacer trámites de cualquier tipo. Somos mayoría los que deseamos
vivir en un clima de paz, de amor al prójimo, de ascenso social
mediante la capacitación y el trabajo, con sueldos acordes a lo que
cuestan las cosas que nos permiten vivir con calidad de vida.
Debemos
reflexionar ¿Nos estamos adaptando o estamos haciendo algo para
cambiar esta realidad? ¿Qué valores practicamos en nuestra familia,
en nuestra comunidad? ¿Cuánto tiempo dedicamos a nuestros hijos,
estamos enterados de lo que les dan en la Escuela –desde kinder hasta
la Universidad-? ¿Somos coherentes con lo que predicamos y con lo
que practicamos? ¿Qué queremos para nosotros, para nuestros hijos y para
nuestra nación?
Las
personas al igual que los animales nacemos, crecemos, nos reproducimos
y morimos, pero nos diferenciamos en que nosotros somos dignos,
tenemos libre voluntad, memoria, pasado, presente y futuro, somos
sensibles y racionales, tenemos capacidad para conocernos, evaluarnos
en nuestras virtudes –valores hechos hábitos- y nuestros defectos,
capaces de cambiar para bien o para mal y aspiramos trascender,
quienes creemos en Dios a una vida después de la vida.
¿Usted
que aspira?
Elinor
Montes
elmon35@gmail.com
@elinormontes
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