miércoles, 1 de octubre de 2014

RUBEN CONTRERAS, VARGAS, UN ESTADO A LA DERIVA

Cualquier lector podría pensar que el estado Vargas no es un barco y no se está hundiendo porque está en tierra firme, aunque con el problema que presentan los casquetes polares, no tardaran los años cuando posiblemente esta franja costera estará bajo el agua; pero el caso que nos ocupa es que todas las administraciones, sean privadas o públicas, necesitan de una gerencia eficaz que proyecte, planifique y estime los recursos necesarios para la ejecución de lo propuesto,  en función de cumplir con lo planteado. Lo cual es el deber ser el norte de cualquier gobernante o gerente que se estime y que tenga como meta la felicidad de sus gobernados.

El estado Vargas actualmente es una región, que a pesar del deslave acaecido hace 15 años,  tiene la potencialidad y condiciones para un  desarrollo armónico en todos sus órdenes, por sus características geográficas, con sus 160 Kms de costa aptas para la pesca y para la práctica de todos los deportes náuticos, con una agricultura de subsistencia en diversos rubros, en especial hortalizas y frutales, asi como  infraestructura receptora para el turismo selectivo por la diversidad de hoteles 5 estrellas y turismo popular y social con la cacareada ciudad vacacional de Los Caracas. Además de zonas propicias para el turismo de aventura y la carga histórica conjugada con el sincretismo mágico  religioso, que fortalecen su atractivo como destino turístico para cualquier viajero que puede llegar tanto por el aeropuerto de Maiquetía como como por el puerto de La Guayra. Lo cual lo convierte en un Hinterland ante el mundo.

Al estado Vargas, a pesar de esas  bondades y del esfuerzo de convertirla en Estado por unos dirigentes que ansiaban un cambio de status para su desarrollo, quienes la han gobernado a partir de 1999, han carecido de visión en cuanto a la importancia de convertirlo en un ente autosustentable, y se han dado a la tarea de convertir a  la región en una zona de menesterosos, debido a que no se han impulsado planes que le permitan a sus habitantes desarrollar sus ideas y menos la potencialidad  de sus recursos naturales y humanos.

Esto es debido en parte,  a que como estamos bajo un gobierno militarista, descentralizador,  totalitario y despótico, que echó por tierra el avance descentralizador iniciado en 1989, todos los planes vienen desde el gobierno central y los militares, como los que han gobernado a Vargas son lo más parecido y actúan como eunucos, todo lo que hacen es basado en las propuestas determinadas desde el gobierno central y son incapaces de elevar una idea a favor de los habitantes de la región.

Es asi como se puede observar el cuadro desolador que presenta nuestra región, carente de programas para revitalizar la industria turística, con emblemáticos elefantes rojos como los hoteles Sheraton con su marina, El Meliá, La Estación del Teleférico en Macuto, El Balneario  de Naiguatá en ruinas al igual que el de Macuto, La Ciudad Vacacional Los Caracas, destruida  y abandonada con su piscina del botuco con aguas putrefactas, al igual que la planta de tratamiento de Punta Gorda, entre tantos casos.

Sin agua no puede haber desarrollo y en Vargas, teníamos 3 opciones para obtener ese preciado líquido. En el Ministerio del Ambiente reposaban los proyectos y planos para la construcción de la represa de Puerto Maya y Los Acuíferos de Caraballeda, dejando para después del 2030 la utilización de los  9  ríos de la parroquia Caruao. Nada de esto se ha concretado a pesar de la inmensa cuantía de recursos que le han ingresado al estado venezolano por concepto de la renta petrolera, asi como por la generación de tributos auspiciados por el Seniat. Los recursos han tomado los caminos del dispendio enriqueciendo a la familia Chávez y a la fauna militarista que sostiene al régimen, aparte de los regalos a los chulos del alba y a la corte de aduladores y embajadores que cobran su mesada por escribir apologías para adornar  a un régimen carente de escrúpulos.

Es asi como observamos que en Vargas, la mayoría de las obras que construye el régimen son de adorno, siembra de palmeras y plantas,  caminerías, plazas, estadios, terminales de transporte, fiestas y ferias,  pero nada que tenga que ver con la solución de un problema en materia de servicios básicos como salud, educación, acueductos, cloacas, vialidad y la generación de empleo. Pareciese que el gobierno regional y central tiene una política de no proveer al ciudadano común de sus necesidades perentorias, razón por la cual la estructura hospitalaria, que fue construida durante la tan cacareada 4ta. República, está en estado de abandono y sin dotación de medicamentos, al extremo que con la epidemia de la Chukingunya, se ha visto desfilar a innumerables ciudadanos requiriendo de servicios médicos y medicina y como respuesta han obtenido la célebre frase de, No Hay ni servicios ni medicamentos, al extremo que la región parece estar en una condición similar a cuando en 1908 se detectó la peste bubónica y Cipriano Castro opto por meter preso al Dr. Gómez Peraza, director de la unidad sanitaria  de La Guayra para esa época, debido a que esa noticia desestabilizaba al régimen. Ahora cualquier parecido es coincidencial, al extremo que el inmaduro acaba de constituir un estado mayor contra el dengue y la epidemia para que cierren las fronteras y los mosquitos no nos invadan.

Esto ha incidido de una manera determinante en que la región o el estado Vargas este en una condición de mengua. Los servicios públicos colapsados, el aeropuerto de Maiquetía en un estado de inacción por la ruina del parque aeronáutico nacional y por la retirada de las líneas aéreas internacionales, el puerto de la Guayra desolado y las empresa navieras subsisten gracias a su tenacidad y al dólar libre y los demás entes, están a la buena de dios, esperando piadosamente alguna reivindicación que le permita sus trabajadores obtener el reconocimiento de su contrato  colectivo o el pago de las deudas contraídas, que en algún momento fueron desviadas por los tantos boli burgueses que han desfilado al frente de los organismos del estado, esquilmándolos sin ofrecer solución a los problemas.

El caso es que el estado está  a la deriva, amorfo, paquidérmico, con un gobernador que parece no entender sus funciones de gerente y administrador  y con un equipo de funcionarios provenientes de las filas castrenses en su mayoría, que han desplazado a los funcionarios civiles que estudiaron y se formaron para ocupar las labores gerenciales en los distintos espacios de la administración pública, lo cual ha permitido que ese pueblo sabio, que está pendiente de todo lo que acontece en la región expresa que, Manu Militare solo sirve para meter mano.

Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras_

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