Cualquier lector podría pensar que el estado
Vargas no es un barco y no se está hundiendo porque está en tierra firme,
aunque con el problema que presentan los casquetes polares, no tardaran los
años cuando posiblemente esta franja costera estará bajo el agua; pero el caso que
nos ocupa es que todas las administraciones, sean privadas o públicas,
necesitan de una gerencia eficaz que proyecte, planifique y estime los recursos
necesarios para la ejecución de lo propuesto,
en función de cumplir con lo planteado. Lo cual es el deber ser el norte
de cualquier gobernante o gerente que se estime y que tenga como meta la
felicidad de sus gobernados.
El estado Vargas actualmente es una región,
que a pesar del deslave acaecido hace 15 años,
tiene la potencialidad y condiciones para un desarrollo armónico en todos sus órdenes, por
sus características geográficas, con sus 160 Kms de costa aptas para la pesca y
para la práctica de todos los deportes náuticos, con una agricultura de
subsistencia en diversos rubros, en especial hortalizas y frutales, asi
como infraestructura receptora para el
turismo selectivo por la diversidad de hoteles 5 estrellas y turismo popular y
social con la cacareada ciudad vacacional de Los Caracas. Además de zonas
propicias para el turismo de aventura y la carga histórica conjugada con el
sincretismo mágico religioso, que
fortalecen su atractivo como destino turístico para cualquier viajero que puede
llegar tanto por el aeropuerto de Maiquetía como como por el puerto de La
Guayra. Lo cual lo convierte en un Hinterland ante el mundo.
Al estado Vargas, a pesar de esas bondades y del esfuerzo de convertirla en
Estado por unos dirigentes que ansiaban un cambio de status para su desarrollo,
quienes la han gobernado a partir de 1999, han carecido de visión en cuanto a
la importancia de convertirlo en un ente autosustentable, y se han dado a la
tarea de convertir a la región en una zona
de menesterosos, debido a que no se han impulsado planes que le permitan a sus
habitantes desarrollar sus ideas y menos la potencialidad de sus recursos naturales y humanos.
Esto es debido en parte, a que como estamos bajo un gobierno
militarista, descentralizador,
totalitario y despótico, que echó por tierra el avance descentralizador
iniciado en 1989, todos los planes vienen desde el gobierno central y los
militares, como los que han gobernado a Vargas son lo más parecido y actúan
como eunucos, todo lo que hacen es basado en las propuestas determinadas desde
el gobierno central y son incapaces de elevar una idea a favor de los
habitantes de la región.
Es asi como se puede observar el cuadro
desolador que presenta nuestra región, carente de programas para revitalizar la
industria turística, con emblemáticos elefantes rojos como los hoteles Sheraton
con su marina, El Meliá, La Estación del Teleférico en Macuto, El
Balneario de Naiguatá en ruinas al igual
que el de Macuto, La Ciudad Vacacional Los Caracas, destruida y abandonada con su piscina del botuco con
aguas putrefactas, al igual que la planta de tratamiento de Punta Gorda, entre
tantos casos.
Sin agua no puede haber desarrollo y en
Vargas, teníamos 3 opciones para obtener ese preciado líquido. En el Ministerio
del Ambiente reposaban los proyectos y planos para la construcción de la
represa de Puerto Maya y Los Acuíferos de Caraballeda, dejando para después del
2030 la utilización de los 9 ríos de la parroquia Caruao. Nada de esto se
ha concretado a pesar de la inmensa cuantía de recursos que le han ingresado al
estado venezolano por concepto de la renta petrolera, asi como por la
generación de tributos auspiciados por el Seniat. Los recursos han tomado los
caminos del dispendio enriqueciendo a la familia Chávez y a la fauna
militarista que sostiene al régimen, aparte de los regalos a los chulos del
alba y a la corte de aduladores y embajadores que cobran su mesada por escribir
apologías para adornar a un régimen
carente de escrúpulos.
Es asi como observamos que en Vargas, la
mayoría de las obras que construye el régimen son de adorno, siembra de
palmeras y plantas, caminerías, plazas,
estadios, terminales de transporte, fiestas y ferias, pero nada que tenga que ver con la solución
de un problema en materia de servicios básicos como salud, educación,
acueductos, cloacas, vialidad y la generación de empleo. Pareciese que el
gobierno regional y central tiene una política de no proveer al ciudadano común
de sus necesidades perentorias, razón por la cual la estructura hospitalaria,
que fue construida durante la tan cacareada 4ta. República, está en estado de
abandono y sin dotación de medicamentos, al extremo que con la epidemia de la
Chukingunya, se ha visto desfilar a innumerables ciudadanos requiriendo de
servicios médicos y medicina y como respuesta han obtenido la célebre frase de,
No Hay ni servicios ni medicamentos, al extremo que la región parece estar en
una condición similar a cuando en 1908 se detectó la peste bubónica y Cipriano
Castro opto por meter preso al Dr. Gómez Peraza, director de la unidad
sanitaria de La Guayra para esa época,
debido a que esa noticia desestabilizaba al régimen. Ahora cualquier parecido
es coincidencial, al extremo que el inmaduro acaba de constituir un estado
mayor contra el dengue y la epidemia para que cierren las fronteras y los
mosquitos no nos invadan.
Esto ha incidido de una manera determinante
en que la región o el estado Vargas este en una condición de mengua. Los
servicios públicos colapsados, el aeropuerto de Maiquetía en un estado de
inacción por la ruina del parque aeronáutico nacional y por la retirada de las
líneas aéreas internacionales, el puerto de la Guayra desolado y las empresa
navieras subsisten gracias a su tenacidad y al dólar libre y los demás entes,
están a la buena de dios, esperando piadosamente alguna reivindicación que le
permita sus trabajadores obtener el reconocimiento de su contrato colectivo o el pago de las deudas contraídas,
que en algún momento fueron desviadas por los tantos boli burgueses que han
desfilado al frente de los organismos del estado, esquilmándolos sin ofrecer
solución a los problemas.
El caso es que el estado está a la deriva, amorfo, paquidérmico, con un
gobernador que parece no entender sus funciones de gerente y administrador y con un equipo de funcionarios provenientes
de las filas castrenses en su mayoría, que han desplazado a los funcionarios
civiles que estudiaron y se formaron para ocupar las labores gerenciales en los
distintos espacios de la administración pública, lo cual ha permitido que ese
pueblo sabio, que está pendiente de todo lo que acontece en la región expresa
que, Manu Militare solo sirve para meter mano.
Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras_
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