A duras penas me levanto a las 6:47 a.m.,
extrañamente me ha disminuido el dolor en la corva derecha y en la izquierda se
me ha desaparecido, eso me levanta el ánimo pero ya a esa hora, el calor se
hace más intenso, las orejas se me van a encender y pienso, ¿será la tensión?.
En realidad no me provocaba desayunar, al no
aceptar mi segunda arepa, todos me miran con asombro, debo reconocer que me
sentía lleno. La verdad es que sentía llenura de barriga y “pecho”, como si
tuviera el pecho apretado y comenzaron unas punzadas de dolor en la espalda,
cintura y hombros. De igual forma noto que me duelen las muñecas. Me río y
bromeo con que cargar a las niñas me dejó “molido”.
Al pararme de la mesa, me duelen nuevamente
las corvas, aún más intensamente que el día anterior.
Me provoca tomar un Ibuprofeno para el dolor
de las articulaciones, como buen venezolano que se automedica, pero
inmediatamente me asalta la mente un artículo de Maria Emilia Jorge, publicado
en el periódico EL NACIONAL el día 24 de Septiembre del 2014, en el cual
resaltaba:
“…El infectólogo Julio Castro, investigador
del Instituto de Medicina Tropical, dice que también el paracetamol puede
recetarse en estos casos. “Tiene los mismos componentes del acetaminofén, pero
paracetamol es el nombre europeo”.
Los especialistas recomiendan mantener
hidratado al paciente, que tome mucha agua y lleve una dieta que pueda tolerar,
basada en sopas y alimentos licuados. Los baños y compresas con agua fría
también contribuyen al control de la temperatura.
Ambas enfermedades (dengue y Chikungunta),
tienen síntomas parecidos: fiebre, dolor y erupciones. En el Chikungunya el
dolor se concentra en las articulaciones (codos, rodillas, muñecas, tobillos) y
en el dengue es general y muscular.
Contraindicaciones.“Existe la posibilidad
teórica de que el paciente tenga las dos patologías, porque las produce el
mismo vector. Los dos virus están circulando actualmente, sobre todo en la zona
central del país”, indicó Hernández. Ante ese supuesto y ante la dificultad de
diferenciación clínica, la experta recomienda descartar el uso de
antiinflamatorios no esteroideos (Aines), como el ibuprofeno, el diclofenac
potásico y sódico, o la novalcina, que pueden fomentar el desarrollo de
hemorragias.
Una vez ha sido descartado el dengue podrían
usarse algunos medicamentos del grupo Aines para actuar sobre el dolor
articular o antialérgicos que disminuyan el prurito, explica Sánchez. “En
pacientes con enfermedades de base que tienen que ver con las articulaciones,
los dolores son más intensos. En esos casos podría llegarse al uso de
medicamentos con pequeñas cantidades de esteroides”…”
“No es nada… para qué llamar al médico, o a
la ambulancia, no voy a ser el aguafiestas… eso se me va a pasar.”
Cae la
tarde del sábado, unos amigos nos han invitado a comer pizzas a la leña en su
horno a estrenar, creación del padre de nuestra querida “Martica”. Como no
asistir, las niñas, la suegra, los cuñados, los amigos. A mí me duele hasta
pensar, no aguanto el sueño y los ojos me pesan, me pican, pero por no voy a
dejar que los otros la pasen mal, a lo mejor con la pizza y una cerveza se me
pasa.
Pasamos el rato, apenas como, y a decir
verdad me da la impresión de que todo me sabe igual. Ya siento que me duele
“hasta el pelo”, demasiado calor, siento que me quemo y no encuentro forma de
sentarme sin dolor; trato de respirar profundo pero el calor oprime mi pecho.
Mi esposa se sienta a mi lado y me pregunta cómo me siento, me veo
descompuesto… me pican mis adoloridas manos… me rasco… ella toma mi mano.
¿Qué te pasa? Me dice con cierta alarma y al
levantar mi mano puedo notar como tanto mano y brazo se están llenando de
minúsculas manchas rojizas. Inmediatamente notamos que son ambas manos y
brazos, al igual que pecho y hombros, mis tobillos y piernas muestran la misma
señal.
Nos vamos, debo reconocer que la mayoría se
despedía de lejitos, mientras un susurro recorría la terraza…
Chikungunya…Chikungunya.
A Dios gracias que como buenos venezolanos ya
habíamos buscado con frenesí apocalíptico el escaso Acetaminofen.
Llegamos al apartamento y me baño, frio,
nunca había sentido tanto frío en Valencia.
Me toman la temperatura, 39,3 grados
centígrados, temperatura que no me bajaría hasta la tarde del día siguiente,
gracias al tratamiento con Atamel. Ahora entiendo por qué mi esposa caminó
tanto para tener esas dosis de la medicina, es que vivimos la Venezuela escasa
del socialismo del Siglo XXI.
Debo confesarles que me vi en la obligación
de tomarme toda la semana, tras varios días tratando de escribir este artículo,
lo dejé hasta recuperar el uso de mis
facultades mentales y físicas. El cansancio constante no era normal, el ardor
en los ojos y los terribles dolores en mis hinchadas manos, me impedían
escribir. Y lo peor de todo, nada me sabía bien, ¡la maldición del goloso puej!
Fue solo una semana que no trabajé, una
semana en la cual solo gasté, pues no estaba posibilitado de producir.
Es posible que en este momento yo sea
simplemente 1 de los 4 venezolanos por cada 10 habitantes que tiene la
enfermedad y que NO están produciendo. ¡Saque la cuenta Señor director!
Soy uno más de los venezolanos de a pie que
vemos vulnerados nuestros derechos constitucionales, debido al “Juego político”,
producto de la corrupción e ineficiencia, grandes motores de la Revolución.
“Artículo 83. La salud es un derecho social
fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a
la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la
calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las
personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de
participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas
sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los
tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República.
Artículo 84. Para garantizar el derecho a la
salud, el Estado creará, ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público
nacional de salud, de carácter intersectorial, descentralizado y participativo,
integrado al sistema de seguridad social, regido por los principios de
gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social y
solidaridad. El sistema público de salud dará prioridad a la promoción de la
salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno
y rehabilitación de calidad. Los bienes y servicios públicos de salud son
propiedad del Estado y no podrán ser privatizados. La comunidad organizada
tiene el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la
planificación, ejecución y control de la política específica en las
instituciones públicas de salud… Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela”
Desde mi afiebrada mente y mi adolorido
cuerpo, lamento mi situación, así como la de los miles de venezolanos que
atraviesan ésta y todas las enfermedades que no cuentan con los insumos
básicos, en especial aquellos destinados a fenecer por la carencia de
tratamientos adecuados contra el cáncer. Lamento la mortalidad de niños en
hospitales decadentes, ante el abandono del sistema de salud público. Nosotros
estamos, en este momento metidos en la coyuntura sanitaria de un país enfermo.
Mientras la temperatura del país se eleva
cada día, a Venezuela se le han inflamado la coyuntura económica, la política y
la social. Los dolores coyunturales han paralizado a la nación con una de las
mayores reservas petroleras probadas del mundo, mientras el precio del barril
baja y al país le escasea su medicina, las divisas.
Un sarpullido rojo inundó al país y sus instituciones, en una vorágine de corrupción e ineficiencia. Al país lo picó el zancudo del Socialismo… el país tiene Chicungunya… por cierto “caso importado” de Cuba.
6 días después, cuando creía que ya me podría
reintegrar a mi trabajo me brota nuevamente el sarpullido con mayor intensidad,
los brazos duelen. Llamé al doctor, me dice que es normal, que continúe el
reposo, esos eventos continuarán sucediendo. La enfermedad no tiene cura,
simplemente se atacan los síntomas, igual como el gobierno, carente de
dirección, ataca los síntomas de la crisis dejando que el virus rojo continúe
su proceso infeccioso en las raíces más profundas del pueblo venezolano.
El doctor me indica que pasarán meses de
recaídas y recuperaciones, pero hay que esperar a que el cuerpo cree las
defensas, capaces de hacer frente a la enfermedad. 15 años con esta enfermedad
y aún el país no ha podido crear los anticuerpos para repeler el virus de
decidía, corrupción e ineficiencia.
12 días después, las manos se me vuelven a
inflamar, el cansancio continúa y el gobierno pide una reunión de emergencia
con los países miembros de la OPEP, pero tranquilos, llegaron a puerto los
insumos para la “Navidad Feliz 2014”. Todo va a estar Chévere.
Este virus no se acaba hasta que cada uno de
nosotros no actúe en oposición al deterioro de nuestra nación, en las manos de
cada uno de los ciudadanos de este país se encuentra el cambio, es un
venezolano el bachaquero, el buhonero, el funcionario público. Es venezolano el
trabajador de la empresa privada, el motorizado y el camionetero.
Venezolanos somos todos y como un todo debemos declararnos opuestos a la todos aquellos valores que nos arrastran a ser parte del sistema perverso de desvalorización moral y social.
No conseguimos la solución porque estamos
enfermos.
Esperamos nos resuelvan el problema cuando somos
parte del problema.
No esperemos la vacuna, cuando somos parte de
la enfermedad.
¡VENEZOLANO, ES HORA DE DECIR BASTA!
ES TIEMPO DE PLANTAR NUESTRO ROSTRO AL FUTURO
Y DEJAR DE SER CÓMPLICES DISFRAZADOS DE SOBREVIVIENTES.
¡LLEGÓ EL TIEMPO DE SER VENEZOLANOS!!!!
DILE NO, A LA COMPRA DE CONCIENCIAS… ES HORA
DE DEJAR DE SER PENDEJOS CON VARA DE “VIVOS”.
ES HORA DE REVOLUCIONAR LAS CONCIENCIAS Y
PARALIZAR A LA ENFERMEDAD.
¡VENEZOLANO, EN EL NOMBRE DE DIOS Y POR EL
FUTURO DE TUS HIJOS, LEVÁNTATE Y ANDA!!!!
ES TIEMPO DE DEJAR AL LADO LAS “SENSACIONES”
Y DEJARNOS “SENTIR”.
Solo siendo singularmente buenos, podemos
aspirar a una buena pluralidad.
Yo quiero ser más bueno y menos “Buenon”…
Yo me levantaré, lucharé y produciré, porque
ese es mi credo.
MI CREDO ES VENEZUELA
Deja de hacer las cosas porque “los demás lo
hacen”, NO SEAS VIRUS, SÉ LA MEDICINA
Reinaldo
Poleo
rpoleo@gmail.com
@rpoleo
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